- La dirección de un proyecto político que obtuvo el
57% del voto del electorado, en dos oportunidades, para
colocar a su líder en la Presidencia de la República y el 73%
de la votación para respaldar el proyecto de Nación que le
propuso a la población, tiene el deber ético de defender ese
mandato popular.
- Los proyectos políticos que han trascendido en la
historia, lo han hecho porque sus dirigentes tuvieron una
noción clara del ejercicio del poder del Estado. Asumiendo
con responsabilidad y coraje la defensa de las instituciones
y las reglas democráticas que el mandato popular estableció.
- La Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, dejó perfectamente establecidos los lapsos de
mandatos, los tiempos para el ejercicio de la alternabilidad
en el poder y los mecanismos para sortear las crisis
políticas. Esto último, estableciendo el referendo
revocatorio, pero con condiciones y lapsos definidos con el
objeto de evitar alteraciones en la estabilidad política y en
el funcionamiento del Estado, por parte de minorías
caprichosas.
- Un gobierno que superó un golpe de Estado, gracias a
la valentía y decidida voluntad de la mayoría del pueblo y al
apego a la Constitución de la estructura de la Fuerza Armada,
no puede ni debe ceder al chantaje de las minorías poderosas.
- Alterar los lapsos constitucionales significaría un
grave precedente para la institucionalidad de la República
Bolivariana de Venezuela. De aceptar un adelanto de
elecciones, aun triunfando el Presidente Chávez, las minorías
poderosas habrán legitimado el chantaje como forma de
mantener sus perversos privilegios, truncándose la
posibilidad de una democracia participativa.
- La dirigencia revolucionaria no puede, ni siquiera
con el pensamiento, negociar en una mesa, con las viejas
cúpulas, la Constitución y el gobierno que el pueblo se dio
en las urnas electorales y sigue defendiendo en las calles y
en los cuarteles.
- Diálogo sí, para construir espacios para la
tolerancia y el respeto político; para abrir la
institucionalidad a todos los sectores democráticos; para
lograr que todos aceptemos y respetemos las normas
constitucionales. Diálogo para que cese la impunidad y se
imponga la justicia; así como para lograr una agenda de
políticas públicas de emergencia destinadas a superar la
exclusión social y económica.
- Firmeza para defender el mandato popular, firmeza
para hacer respetar la Constitución y los lapsos que ella
establece para contarnos democráticamente.
- En agosto del 2003, es la fecha para contarnos y
demostrar que la mayoría del pueblo respaldará al proyecto
popular y democrático que lideriza Chávez.
- El que no pueda mantener en alto la bandera del
mandato popular, que abandone la pelea. NO ES TIEMPO DE
RECULAR. CON BOLÍVAR DECIMOS QUE VACILAR ES PERDERNOS.
Constituyente Elías Jaua Milano.
Caracas, 8 de noviembre de 2002.