La oposición continúa afirmando que hubo fraude en el referendo presidencial
del pasado 15 de agosto, que ratificó en su puesto al Presidente Hugo Chávez con
casi 2 millones de votos de diferencia. Presenta una serie de pruebas
intangibles (más que todo argumentaciones) con las cuales esperan lograr una
impugnación del proceso refrendario, y tal vez un pronunciamiento internacional
que desconozca al jefe de Estado venezolano.
Pareciera ser que la
oposición, cuyos líderes aparentan estar totalmente convencidos del fraude, no
conocen el tipo de pruebas que tiene que recabar para poder lograr su objetivo.
Para entenderlo, sólo tienen que retroceder un poco en el pasado y revisar las
pruebas que el Comando Ayacucho recolectó para afirmar que hubo un “megafraude”
en la recolección de firmas de la oposición para convocar el
referendo.
Veamos:
Centros de clonación de
cédulas
El 29 y 30 de mayo de este año, durante los "reparos" de la
recolección de firmas para invocar el referendo presidencial, los cuerpos de
seguridad y los propios ciudadanos descubrieron a una serie de personas que
transportaban decenas o incluso cientos de cédulas de identidad falsas,
posiblemente para utilizarlas en centros de clonación (ver 1,
2,
3,
4,
5).
Esto llevó al descubrimiento de varios centros de clonación en casas de partidos
de la oposición en El
Valle, Zulia,
Barcelona
y otros lugares de Anzoátegui.
Estas cédulas de identidad (que sin duda son pruebas tangibles) eran
utilizadas para firmar en el nombre de personas vivas o fallecidas. De allí que,
antes de los reparos, cientos de personas llamaban a Radio Nacional de
Venezuela, Venezolana de Televisión y otros medios de comunicación para reportar
que ellos aparecían como firmantes en la primera recolección de firmas
(noviembre de 2003) sin haber estampado su rúbrica. Otros miles denunciaron, con
certificado de defunción en mano, que sus familiares fallecidos aparecían como
firmantes.
Además, según un cable de Venpres del 31 de mayo, la Fiscalía
también
ratificó haber encontrado mesas de reparo paralelas, intentos de sustraer
material de los reparos, personas que usaban credenciales de testigos que eran
falsos, personas que fueron capturadas luego de reparar en varios lugares y
personas que portaban decenas de planillas de control de firmantes y hojas de
ruta de control de acta.
El presidente de la Junta Nacional Electoral,
Jorge Rodríguez, también mostró pruebas
de que personas firmaban y estampaban sus huellas múltiples veces, hasta 32
veces seguidas durante la recolección de firmas. En total, 10 mil
quinientas personas fueron acusadas ante la Fiscalía por incurrir en delitos
electorales, presentándose pruebas en contra de ellas que incluyen exámenes
dactiloscópicos. También denunció movimientos internos en el CNE para permitir
que 50 mil
fallecidos quedaran en el registro electoral durante los
reparos.
Las planillas "planas"
Pero una de las pruebas tangibles más fuertes de que hubo algún tipo de
fraude en la recolección de firmas fueron las planillas con firmas de caligrafía
similar, mejor conocidas como "planillas planas" debido a que aparentemente
fueron hechas por una misma persona que colocaba cédulas y nombres uno debajo
del otro. El 24 de febrero se anunció que pasarían
a revisión del Comité Técnico del 148 mil planillas con "planas", pruebas
tangibles, que podían verse y tocarse. Finalmente, se determinó que 876
mil firmas estaban en planillas planas. También habían 11.256 firmas de
fallecidos que fueron excluidas.
Sin embargo, a pesar de todas estas
pruebas tangibles de que hubo un fraude por parte de sectores de la oposición,
el CNE prefirió no anular estar firmas de un plumazo sino darle la oportunidad a
los votantes de regresar a los centros y ratificar si firmaron o no, en los
llamados "reparos".
La mitad de las firmas no fueron reparadas
En total, 1.192.914
firmas de la oposición fueron a "reparos", pero 577.946 (48,4%) no fueron
verificadas por sus dueños a pesar de la fortísima campaña publicitaria y
mediática de la oposición, que instaba a sus partidarios a regresar a sus
centros de votación a estampar otra vez su rúbrica. Todo lo contrario, 74.112
personas fueron al CNE a retirar sus firmas. Aún el más escéptico de los
opositores no puede negar que, de esas 577.946 firmas que no fueron ratificadas,
al menos 100 mil o 200 mil eran firmas que estaban en planillas "planas"
falsas.
A pesar de todas las pruebas tangibles de que hubo un fraude en
varios cientos de miles de firmas de la oposición, la cantidad de rúbricas
válidas recabadas fueron suficientes para convocar el referendo contra el
Presidente Chávez, con 105 mil firmas por encima de las requeridas.
Más
importante aún: estas pruebas demuestran que, aún cuando el "megafraude"
de la oposición fue relativamente pequeño, sin embargo dejó pruebas y evidencias
por doquier. Si existiera entonces un fraude chavista en el referendo
del 15 de agosto, el cual fabricó al menos 1,8 millones de firmas para lograr la
victoria del Presidente Chávez, éste debió dejar evidencias mucho más
notorias y mucho más fáciles de conseguir, dado que la mayoría de
los especialistas en informática, telecomunicaciones, estadística y comunicación
social de nuestro país apoyan sinceramente a la oposición, al igual que muchos
empleados del CNE, SmartMatic, Cantv y otras empresas que participaron directa o
indirectamente en el referendo.
El referendo del 15 de
agosto
Hoy, la oposición presenta argumentaciones y pruebas no
tangibles para tratar de eliminar de un plumazo 1.811.621 votos que hay de
diferencia entre la opción del "No" y la opción del "Sí".
La primera
"prueba", en realidad un mero indicio en caso de comprobarse su veracidad, se
trata de los "topes" o repeticiones de resultados dentro de algunos de los
centros de votación, teoría que ha sido descartada incluso por muchos peritos y
representantes de la oposición.
Hoy, las denuncias se centran en el
registro electoral, debido a que el gobierno realizó un operativo meses antes
del referendo para nacionalizar a cientos de miles de extranjeros que cumplían
con los requisitos legales. Mi mamá (nacida en Colombia pero con casi 60 años
viviendo en Venezuela) y por lo menos 3 señoras más a quienes conozco
personalmente se beneficiaron de esta misión y hoy son venezolanas, y así pasó
con muchísimos otros miles de personas, tanto venezolanas como extranjeras, que
por un motivo u otro no se habían inscrito en el REP. Además, estos operativos
beneficiaron a ciudadanos tanto chavistas como de la oposición.
Sin
embargo, ¡queremos ver las pruebas! No debe ser difícil para la oposición
obtener una copia de la base de datos de la Onidex... total, muchos de sus
empleados están vinculados directamente con Acción Democrática. Esperemos a que
ellos la obtengan y que entonces muestren a esos cientos de miles de personas
que, según ellos, no existen.
Otras denuncias que se presentaron en el
"video de Mendoza" mostrado por Globovisión el martes pasado simplemente son
decepcionantes por su generalidad. En el video vemos que "se dice", "se afirma",
"se comenta", que en las máquinas el Sí salía como No, pero no se dice la
cantidad exacta de casos (SmartMatic
sí las contabilizó; los casos no pasaron de 57, y en su mayoria fueron
malentendidos). "Se comenta", según dice el video, que en algunos papelitos los
números que estaban al lado del "Sí" y del "No" estaban intercambiados, pero no
se encontró ni un sólo caso que probara esto en las auditorías. "Se comenta" que
en "algunas" mesas no había tinta, pero no se dice la cantidad de casos ni se
especifica cuales fueron.
En el
informe del supuesto fraude presentado por Tulio Álvarez, en el punto 85, se
dan otras "fundamentaciones estadísticas del fraude":
- "Negativa por parte del Consejo Nacional Electoral para realizar una auditoria del software de las máquinas de votación en presencia de las partes involucradas": Aún cuando SmartMatic sí está de acuerdo con la auditoría, y aún cuando la auditoría realizada por el Centro Carter y la OEA es más que suficiente para auditar las máquinas ya que una auditoría del softweare es mucho más larga, toma su tiempo y no es necesaria si los resultados auditados son correctos.
- "Las máquinas electorales pueden comunicarse bidireccionalmente con el centro de totalización": cualquier experto en seguridad informática sabe que, para poder establecerse una conexión encriptada, es necesario realizar un intercambio de claves públicas y privadas que exige bidireccionalidad. Sin embargo, hasta no examinar el código fuente no se puede asegurar que haya o no haya bidireccionalidad en la capa de transmisión de datos.
- "Cambio de última hora de numerosos miembros de la oposición en las mesas electorales, por miembros afectos al oficialismo": los cambios ocurrieron no en las mesas electorales, sino en las juntas electorales municipales, y fue específicamente contra aquellos miembros que hubieran tomado una posición política en favor o en contra del oficialismo firmando en cualquiera de las dos recolecciones de firmas, incluyendo aquella contra los diputados opositores.
- Pretenden invalidar la auditoria realizada el 18 de Agosto, posterior al acto de votación, ya que la muestra fue escogida de manera unilateral por el CNE y sin la presencia de los testigos de mesa correspondiente: Pero toda Venezuela fue testigo de que la oposición no quiso participar en esta auditoría.
¿Por qué es tan difícil encontrar pruebas del "fraude"?
Es de notar, por último, que la oposición tenía testigos en todas las mesas electorales del referendo, quienes se quedaron con copias de las actas.
También habían testigos de la oposición en el CNE, tanto directos (identificados como tales) como indirectos (empleados del CNE que pasan información a la oposición y a los medios privados). Eso también ocurre incluso en la empresa SmartMatic, donde buena parte de sus 190 empleados son de tendencia opositora y no hubieran dudado en pasar información a los medios en caso de haber estado trabajando en un "megafraude" con las máquinas. Igual situación se vive con la Cantv, y con casi cualquier otra empresa o ente relacionado con el revocatorio. Ello sin mencionar que los siempre bien dateados periodistas en su mayoría apoyan a la oposición.
La observación internacional fue numerosa y se realizó de acuerdo a las exigencias de la oposición. Se realizaron "quick counts" y otros chequeos para verificar que la totalización fuera correcta. Se trajeron más de 300 observadores internacionales, en una de las elecciones más presenciadas de la historia.
Sin mencionar que, en Venezuela, la gran mayoría de los peritos y expertos en informática, telecomunicaciones y estadística son partidarios de la oposición y de buena gana trabajarían de gratis para salir del "régimen".
Más bien, se dice que los que apoyamos al gobierno somos una cuerda de flojos sin conocimientos técnicos suficientes; "el mismo lumpen de siempre, convertidos en sempiternos pasajeros de autobuses, con un bollo de pan y una carterita de ron, que van a dar vivas al gran embaucador de la comarca", como nos describió Miguel Henrique Otero una vez. También se asume que absolutamente todos los 6 millones de chavistas somos personas sin conciencia, que el día que veamos a nuestro gobierno cometiendo un fraude nos vamos a quedar callados y no lo vamos a denunciar.
Y no queremos caer en especulaciones, pero todos sabemos que Estados Unidos apoya a la oposición venezolana; a mi parecer, ellos no hubieran dudado en usar a su central de inteligencia (CIA) para recolectar pruebas y darle "una ayudadita" a la opción del "Sí".
Entonces, ¿por qué es tan difícil encontrar las pruebas de que se recolectaron nada más y nada menos que dos millones de votos fraudulentos?
En conclusión, cuando sopesamos los argumentos que presentó el Comando Ayacucho en contra de la recolección de firmas de la oposición, y los comparamos con los argumentos que presenta la Coordinadora Democrática en estos momentos, no nos queda otra concluir que no pueden conseguir las pruebas del "fraude" simplemente porque éste no existió.