¿Donde están los programas de los candidatos oposicionistas?

Increíble resulta, por decir lo menos, que estando a las puertas de elecciones regionales y contando la oposición con una enorme cantidad de medios NO HAYA DEBATE entre sus candidatos, que refleje la posición de éstos en torno a los temas que concitan el interés en el contexto internacional, como la pobreza, la guerra, la contaminación ambiental, así como tampoco ante los agudos problemas que existen en el país, la inseguridad, el desempleo y los problemas fronterizos.

Esta falta de debate cuesta entenderla. Los medios de difusión, si fueran realmente medios de comunicación, deberían ser los que le proporcionaran elementos a los electores que les permitieran exigir que los partidos políticos cumplan su papel:

Dentro de la lógica de la democracia liberal que defiende la “oposición”, los partidos políticos son los mediadores entre los electores y las instituciones que conforman el Estado.
Esa mediación sólo podría darse sobre la base del conocimiento de las necesidades y aspiraciones de los electores, insumo indispensable para elaborar los programas de gobierno y las soluciones ofrecidas, en concordancia con la visión ideológico-política en la cual se sustentan esas organizaciones.
¿Qué ocultan, en la proximidad de las elecciones, los medios?

En tiempos de campaña electoral, los escandalosos titulares de algunos medios comerciales de difusión masiva, escritos o audiovisuales, dirigen sus baterías a promover informaciones sobre la forma, para ocultar lo verdaderamente sustancial, el fondo de las mismas, según sea la conveniencia de los dueños de dichos medios desinformativos. Un claro ejemplo de esa técnica distractiva aquí en Venezuela, es la invisibilización que hacen la mayoría de los medios en estos momentos de la CARENCIA DE PROGRAMAS que ofrezcan soluciones a los graves y urgentes problemas que enfrentan día a día los electores, carencia de la que adolecen las candidaturas de los aspirantes a ocupar cargos de elección popular a nivel local o regional, municipios o gobernaciones de estado, provincia, región.

De los titulares del día martes 21 de septiembre orientados a ese objetivo se pueden destacar los siguientes:

· “Regionales pueden ser el detonante de guerra civil” (2001)
· “Regionales en pico’e zamuro” (El Nuevo País”)
· “Cinco organizaciones se deslindan de la Coordinadora” (El Universal)
· “Súmate denuncia ilegalidad en convocatoria” (El Universal)
· “Coordinadora en el cadalso” (El Globo)
· “Súmate acusa al CNE de organizar elecciones regionales ilegales” (El Nacional)

El contenido de la información que acompaña a esos titulares en los medios permite afirmar que el ocultamiento de esa CARENCIA DE PROGRAMAS por parte de los candidatos es sólo parte de toda una estrategia que persigue varios objetivos al mismo tiempo, pero todos unidos en un mismo fin: la desestabilización de las instituciones del país.

En ese objetivo se inscribe el desprestigio del CNE. Destacar con un titular la opinión de una organización que señala que las venideras elecciones del 31 de octubre son ilegales o asomar su suspensión por declaraciones de un miembro del CNE, cumple ese propósito.

Respecto al otorgamiento de primera página a la salida de algunas organizaciones de la Coordinadora se puede preguntar ¿justifica el peso electoral de “Alianza Bravo Pueblo” o “Un Solo Pueblo” y algunas personalidades ese trato?, ¿tienen seguidores los representantes de estas organizaciones o son simplemente “líderes de pantalla de TV”?

El tratamiento dado por los medios de difusión, al no proporcionar elementos a los usuarios que eleven sus conocimientos en materia política; como tampoco cuestionar la carencia de programas de los candidatos, al fijar la atención de los usuarios en problemas de forma, además de ocultar el verdadero objetivo que mueve a los partidos políticos contrarios al actual proceso de cambios, la desestabilización de las instituciones del país, se dirige también a invisibilizar que:

Las necesidades y aspiraciones de los electores tienen sin cuidado a los candidatos.
A los candidatos que postulan a ocupar cargos en las instancias de poder locales y regionales, lo único que les preocupa es conservar los cargos que tienen, en el caso de que los tengan o ganarlos en el caso de quienes no los tienen. La preocupación de no perder o tener esos cargos no está dirigida a servir a los electores que los favorezcan con su voto, sino para que le sirvan de vitrina donde “mostrarse” y de ese modo ir acumulando piso político para sus futuras aspiraciones.
La preocupación por no perder o ganar los espacios de poder local o regional, lleva a los candidatos y a sus organizaciones a ignorar los postulados ideológico-político de sus partidos. Ejemplo de ello es el apoyo que los socialcristianos le darán en el Zulia al actual gobernador Rosales de AD, socialdemócrata.
Las actuales exigencias de los electores

Los candidatos a cargos de elección popular que persistan en esa actitud de irrespeto a los electores al no presentar un programa, y no cualquier programa sino uno aterrizado, circunscrito a la problemática local y realizable va directo al fracaso y demostraría que no se ha percatado del salto cualitativo que ha dado este pueblo. Un pueblo que se prepara día a día para el ejercicio pleno de su soberanía, reclamando los espacios que le pertenecen y el protagonismo al cual tiene derecho según el proyecto de país establecido en la Constitución Nacional.

Efectivamente como dice el refrán popular “no hay peor ciego que el que no quiere ver”… quien no quiera ver y adecuarse a los cambios que el pueblo ha experimentado se expone a una derrota, así lo demuestran las cifras del referéndum y lo confirmarán los resultados de las elecciones regionales.





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