Presidente Chávez: mire en su entorno. No todo lo que brilla es oro

Cuando estuve representando al Estado Zulia en la Asamblea Nacional Constituyente, i por primera vez me vi fuera de mi ambiente universitario, de docente en Medicina i Filosofía i de mi profesiones de médico, de filósofo o profesor de filosofía, de escritor i de artista pintor, la experiencia me hizo calibrar mui bien la calidad humana de los hombres que, con un entusiasmo político “tradicional” (político consideraban solamente a quien pertenecía a un partido i estaba entre los dirigentes) i un fingido espíritu de cambio revolucionario. Desde la Universidad conocí a muchos “izquierdosos” que se iniciaron, incluso, en el partido comunista, o en nuevas agrupaciones ya casi anarquistas como Causa R, Bandera Roja i otras. Recuerdo que un amigo “adeco” una vez me buscó para que le diera clases de Filosofía de la Historia (que es en gran parte análisis filosófico de la historia i las ideas políticas) a la juventud de su partido. Les dicté creo que solamente dos clases; aquellos muchachos no querían estudiar i comprender la realidad del mundo i de la historia. Querían hacerse notar, repetir lemas (“slogans” dicen) tomados de frases del Ché Guevara o de Mao o Fidel; las escribían en las paredes o vociferaban con ellas, pero ninguno se atrevía a imitar la valentía, la vocación i la grandeza del Ché que era su icono joven, i menos estudiar Ciencias Políticas. Querían irse haciendo “visibles” i como le sucedió a muchos del MAS (partido que tuvo un ejemplar humano admirable como Luis Hómez Martínez)i dos contrapartidas en la Constituyente (Tablante i Puchi) la gran mayoría, esporulados del partido comunista, deseaban solamente cargos en los gobiernos (algunos ya maduros como Pompeyo i Petkoff). Algunos de ellos llegaron a la Constituyente o antes, se asomaron a la revolución i buscaron firmas para participar en ella; a muchos los conocía bien el pueblo, i no votó por ellos; esos son de los peores detractores de todo el proceso.

De los que conocí en la Constituyente (en mi página WEB tenía ya abocetados a muchos) voi a citar dos ejemplos precisos, a quienes nunca toleré internamente, porque su fenotipo, sus actuaciones, sus intereses ocultos i su cultura inmaterial deficiente, me hacían desconfiar de ellos i saber que solamente le interesaba lo que les convenía; su vocación revolucionaria falsa, se transparentaba sin que lo quisieran: ellos son Luis Miquilena i Herman Escarrá. Al primero lo he “biografiado” en un extenso artículo, como El Traidor Mayor. El hombre en el cual Chávez confió igual que en un padre i decía que era “un viejo primaveral” i…¡Cómo lo traicionó! Sin embargo después de un tiempo, estimo que el Presidente debió intuir o presentir algo, porque pasándolo por varios cargos desde Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (para mí sin méritos para eso, a no ser su ayuda económica en la campaña electoral) no lo colocó en la Vice-presidencia (i uno de los motivos para desertar del proceso). De haber estado allí en vez de Diosdado Cabello, el golpe fascista hubiese triunfado, ya que encargado de la Primera Magistratura, su cargo era constitucional i su salto de talanquera lo mismo. Por eso será que luego ha hecho apariciones, con cara pálida de muerto en vida i con un traje negro que parece un “fúnebre engasolinado” de terciopelo.

De Herman Escarrá, la contrapartida de su hermano Carlos, ambos abogados, tengo que decir que lo conocí en conferencias que venía a dar en Maracaibo, justificando i exaltando la campaña electoral de Hugo Chávez i el proceso revolucionario que se gestaba, porque ya era intolerable el estado de desgobierno, corrupción i atraso de todos los gobiernos de la llamada IV República. Empero, sus gestos, su mirada i su aire de “magíster”, de superioridad, características que exageró en la Constituyente con un rimbombante protocolo, me hacían desconfiar i, cuando allá se tocaron temas como el aborto, la eutanasia, los derechos de la mujer, el inicio de la vida, etc., en ciertos artículos, Escarrá como Olavarría i otros exhibieron lo que yo llamo i sostengo es, deshonestidad intelectual: hablar de lo que no se sabe, por lo que tuve un serio altercado con Jorge Olavaria, otro abogado que, al sacarlo de “lo suyo”, es bastante ignorante, pero quería deslumbrarnos como “historiador”, dándose como se dice aquí “un puñal de historia la noche anterior”, para venir al otro día a deslumbrar hasta con fechas de acontecimientos históricos. Sé que no saben ni quien fue Ludwing Wittgenstein, menos de su frase: “de lo que no se puede hablar, mejor es callar”. Escarrá me acuso de “partidario de la cultura de la muerte” i yo fui el único constituyente que escribió sobre sus intervenciones i las ideas que defendía, tres folletos que repartí a quienes estaban interesados en esos problemas, incluyendo naturalmente a doctor Herman, quien, a cada paso, alardeaba de sus veinte años de docencia. Yo estuve en 33 años de docencia universitaria, en tres Facultades, seis escuelas, nunca tomé un Año Sabático, i fundé tres cátedras universitarias i nunca lo proclamé.

Por estos ejemplos, i muchos otros, el Presidente Hugo Chávez Frías, hombre que demuestra leer mucho i comprender a cabalidad lo que estudia, tiene las mejores ideas, intenciones i proyectos porque, como nuestros libertadores, tiene un sueño de patria grande que ningún presidente de los que se han calificado de democráticos lo han tenido. Sé que a veces, algunos colaboradores son gente de experiencia pero la mayoría jóvenes que han resultado eficientes i leales, hombres íntegros que demuestran con su labor, su capacidad i su identificación con el proceso como por ejemplo José Vicente Rangel, Diosdado Cabello, Héctor Navarro, Aristóbulo Izturiz, Blanco La Cruz, Vielma Mora, Freddy Bernal, Otaiza, etc., o periodistas como William Lara, Elías Jaua, Vladimir Villegas, Juan Barreto i muchos otros que perdonen los olvide de momento, o gobernadores leales i eficientes, o ministros, profesionales i diputados de primera calidad como Tobías Nóbrega, Rafael Ramírez, María Cristina Iglesias Tarek William Saab, Rodrigo Cabeza, Calixto Ortega i otros que han demostrado estar verdaderamente identificados con una monumental tarea de cambio social radical, teniendo por norte la Constitución i siendo el pueblo el principal protagonista. Democracia participativa que otorga poder al pueblo i que unidos se va a una titánica lucha contra la marginidad i la pobreza. Se trata de afirmar las bases de la soberanía plena del pueblo de Venezuela i el rescate de las etnias indígenas, su cultura i convertir a su gente en verdaderos ciudadanos. Una indígena, inteligente i leal, es Vice-presidenta de la Asamblea Nacional. Por eso la brillante i eficiente idea de las Misiones que, indudablemente, son un ejemplo para América i el mundo. La labor i los logros de la Misión Robinsón la Misión Barrio Adentro, son cosas maravillosas. Solamente estar acabando con el analfabetismo, es una proeza nunca vista, por su eficiencia i rapidez.

Mas, las cosas no se realizan solamente con las intenciones o deseos. I para que los preceptos de la revolución pacífica (que empezamos a ver sus resultados, pese a todos los tropiezos i tragedias que ha puesto en el camino la oposición fascista) necesita de hombres compenetrados con ese sublime ideal. I una de las cosas que noto es, señor Presidente, que de todas maneras a usted lo rodean muchas personas que en el momento menos pensado, se harán desertores o que viendo el proceso como un cambio de gobierno que propicia nuevos cargos i oportunidades, le hacen a muchas personas como quien escribe, una muralla a su alrededor, como si uno les fuera a quitar oportunidades o a buscar cargos. Durante una vida profesional i pública de más de medio siglo, nadie puede ni presumir que he buscado un cargo (mis cátedras i cargos los gané por concursos, la mayoría de las veces), menos ahora que mi tiempo es oro, para escribir, crear i pintar. Por ejemplo, para buscar hacer justicia con el caso de una profesional amiga, recurrí en ocasiones a hombres como Vielma Mora, Nóbrega, Alejandro Montes i los abogados i otros profesionales de su entorno, i la recepción fue cordial i de puertas abiertas; empero, tengo dos años por acercarme a usted para cosas como el rescate i cuido del patrimonio científico i cultural del Dr. Humberto Fernández Moran, el más grande científico venezolano de nuestra historia; o aportes a los problemas del Zulia, sin poder lograr ni por cartas, correo electrónico, faxes, petición de audiencia en Miraflores personalmente i con mi abogada al lado, carpetas con documentos i mensajeros especiales o hasta recados de diputados amigos, que usted me pueda responder; no porque no me tome en cuenta, sino porque mis envíos no los hacen llegar a usted. Aquí en Maracaibo, los medios de comunicación me tienen vetado (ignoro la causa oculta, i la otra es la de ser “chavista”), pese a que para muchos de mis amigos, les parece soi si no el primero, uno de los primeros intelectuales del Zulia i escritor de amplia trayectoria. Desde la Asamblea Constituyente vengo escribiendo sobre el proceso revolucionario (tengo recopilado material para un libro) i, es últimamente, gracias a APORREA i a una distinguida dama que esta vinculada con esa magnífica página, que me están leyendo desde los Estados Unidos hasta la Argentina (me lo escriben desde esos destinos), cuando he podido exteriorizar mis ideas que, expuse en la prensa local por más de 46 años. Por estas cosas, presidente, fíjese bien en el entorno; no todo lo que brilla es oro. En la delegación del Zulia a la ANC, fui como el abanderado i asesor de todos; luego, cuando unos se han ido a la oposición, los que han quedado con usted, me olvidan, por no decir me ignoran, i como no estoi buscando ningún cargo, sino que me entusiasma este proceso revolucionario i soi bolivariano de toda la vida, he seguido defendiendo lo que pauta la más bella i completa de las Constituciones que conozco: la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.


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Roberto Jiménez Maggiolo


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