1.La dirección de un proyecto político que obtuvo el 57% del voto del electorado, en dos oportunidades, para colocar a su líder en la Presidencia de la República y el 73% de la votación para respaldar el proyecto de Nación que le propuso a la población,tiene el deber ético de defender ese mandato popular.
2.Los proyectos políticos que han trascendido en la historia, lo han hecho porque sus dirigentes tuvieron una noción clara del ejercicio del poder del Estado. Asumiendo con responsabilidad y coraje la defensa de las instituciones y las reglas democráticas que el mandato popular estableció.
3.La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, dejó perfectamente establecidos los lapsos de mandatos, los tiempos para el ejercicio de la alternabilidad en el poder y los mecanismos para sortear las crisis políticas. Esto último, estableciendo el referendo revocatorio, pero con condiciones y lapsos definidos con el objeto de evitar alteraciones en la estabilidad política y en el funcionamiento del Estado,por parte de minorías caprichosas.
4.Un gobierno que superó un golpe de Estado, gracias a la valentía y decidida voluntad de la mayoría del pueblo y al apego a la Constitución de la estructura central de la Fuerza Armada, no puede ni debe ceder al chantaje de las minorías poderosas.
5.Alterar los lapsos constitucionales significaría un grave precedente para la institucionalidad de la República Bolivariana de Venezuela. De aceptarse un adelanto de elecciones, aun triunfando el Presidente Chávez, las minorías poderosas habrán legitimado el chantaje como forma de mantener sus perversos privilegios, truncándose la posibilidad de una democracia participativa y protagónica.
6.La dirigencia revolucionaria no puede negociar en una mesa, con las viejas cúpulas, la Constitución y el gobierno que el pueblo se dio en las urnas electorales y sigue defendiendo en las calles y en los cuarteles.
7.Con la oposición podemos dialogar y acordarnos, en construcción de espacios para la tolerancia y el respeto político; para abrir la institucionalidad a todos los sectores democráticos y conformar unos poderes públicos decentes y eficaces; para lograr que todos aceptemos y respetemos las normas constitucionales. Diálogo para que cese la impunidad y se imponga la justicia y la paz; así como para lograr una agenda de políticas públicas de emergencia destinadas a superar la exclusión social y económica, en la que sigue inmersa la mayoría de la población venezolana.
8.En este momento se requiere firmeza para defender el mandato popular, firmeza para hacer respetar la Constitución y los lapsos que ella establece. En agosto del 2003, es la fecha para contarnos y demostrar que la mayoría del pueblo respaldará al proyecto popular y democrático que lideriza Chávez.
9.Para que la revolución avance, es necesario hacer un transformación profunda de la administración pública. Es necesario establecer una nueva noción de relación partido - redes sociales y gobierno, superando las viejas practicas del clientelismo. En tal sentido, es saludable la incorporación paulatina de hombres y mujeres capaces, honestos y con compromiso político en la estructura de toma de decisiones y ejecución de las políticas públicas, con el fin de poder contar con funcionarios que respondan técnica y políticamente por el cumplimiento y eficacia de las mismas.
CON BOLÍVAR DECIMOS QUE VACILAR ES PERDERNOS.
Macuto, 14 de noviembre de 2002.