El 19 de Abril, con mucho júbilo, celebramos el bicentenario del inicio independentista en Hispanoamérica. Este hecho amerita especial análisis ya que a través de la historiografía han querido adulterar las épicas acciones de este movimiento emancipador, presentado por los conservadores como una acción destinada a defender los derechos de la corona española tras las abdicaciones de Bayona el 5 de mayo de 1808, cuando José Bonaparte asume el Gobierno de España. Pretenden borrar de un solo plumazo las recurrentes insurrecciones y movimientos independentistas que se gestaron desde los tiempos de la conquista.
Si bien es cierto existió la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, no se puede obviar que el acta del Cabildo caraqueño del 19 de abril de 1810, luego de hacer un análisis de la suerte de limbo en que se encontraba el país motivado a que fuimos desconocidos y declarados parte integrante de la corona española, establece lo siguiente: "...Y de erigir en el seno mismo de estos países un sistema de gobierno que supla las enunciadas faltas, ejerciendo los derechos de la soberanía, que por el mismo hecho han recaído en el pueblo...".
Ante el histórico hecho de la retirada del capitán general Vicente Emparan del Cabildo, producto de los candentes discursos que ponían en riesgo el futuro de su autoridad, se evidencian acciones decididas de consumados patriotas como Francisco Salias, quien después sirvió como edecán del generalísimo Francisco de Miranda, y ese día fue quien hizo regresar a Vicente Emparan, para que escuchara las deliberaciones y aceptara que el mando supremo reposaría en ese ilustre ayuntamiento.
Además de este trascendental hecho, se suscitaron otras acciones que permiten determinar que lo de ese día no fue únicamente la salida al balcón, ya que en dicho Cabildo también se decidió el cese de funciones de don Vicente Basadre, intendente del Ejército y Real Hacienda, siendo designado en su lugar Francisco de Berrío; además, el brigadier don Agustín García, comandante subinspector de Artillería, y el señor Juan Vicente de Anca, auditor de guerra, asesor general del Gobierno y teniente gobernador, fueron cesados para todos los empleos; también cesaron en el ejercicio de su ministerio todos los miembros de la Real Audiencia, quedando delegada la suprema autoridad de todas las instituciones de la Colonia al Ayuntamiento que debería reunirse con los diputados del pueblo para la toma de decisiones colegiadas.
Después de narrar los hechos acaecidos ese día en el Cabildo caraqueño, alguien podrá tener duda de que el 19 de Abril fue un movimiento independentista, que se ratifica el 4 de mayo de 1810 cuando Napoleón Bonaparte reconoce la independencia de las naciones de América, y que ha sido tildado como una estrategia populista para ganar la simpatía de las regiones del Nuevo Mundo y la derrota definitiva de los movimientos que se gestaban a favor de Fernando VII, quedando establecido el decreto de la siguiente manera: "El emperador no se opondrá a la independencia de las naciones continentales de América: esta independencia está en el orden necesario de los sucesos: en el de la justicia y en el del interés bien entendido de todas las potencias... Nada de cuanto puede contribuir al bien de América se opone a la prosperidad de Francia. La Francia no se opondrá jamás a sus designios con tal que estos pueblos no contraigan la menor relación con la Inglaterra". Al conocerse este decreto en el continente, se encendió la emancipación hispanoamericana.
pedrocarrenoe@gmail.com