INTROITO
Cualquier estudiante que haya tenido que reventarse su cerebro para aprobar algún curso de estadística se sentirá anonadado al oír a tantos dirigentes opositores hablando de muestreo, de promedio, de población, y no precisamente de manera inteligente. No señor. ¿Sabrán estos carajos lo difícil que es entender esos conceptos? No. No lo saben. Y por eso dicen esas barbaridades. Porque no tienen la más mínima idea de lo que están hablando.
ORIGEN
Los orígenes de la estadística, de la teoría de probabilidades, se deben a unos reyes europeos que querían ganar más en los casinos. Y le pagaron a sus matemáticos (recuerden: en esa época todavía no había estadísticos ni estadígrafos ni nada parecido) para que averiguaran la vaina. Afortunadamente se quemaron unas cuantas neuronas y crearon la estadística. Y la Teoría de las Probabilidades. Y el Muestreo como instrumento para conocer una población.
POBLACIÓN Y LA MUESTRA
La manera más fácil para conocer una población es analizando a cada uno de sus individuos. Si la población es pequeña esto es perfectamente posible. Y la probabilidad de certeza es de 100%. Es decir que no hay probabilidad de error. El error es cero. Por ejemplo: la altura promedio de los estudiantes de quinto grado de cualquier escuela. Se miden todos y se saca el promedio. El problema se complica cuando la población crece. Esto dificulta el proceso debido a múltiples problemas, en particular el cansancio. Por ejemplo la altura promedio de los estudiantes de la Universidad Bolivariana. No es imposible, pero requiere más tiempo, más recursos, más esfuerzo. Si hay que hacerlo cada semana, imagínense. Por eso se inventó el muestreo. Por supuesto existe un margen de error, el cual disminuye a medida que el número de individuos de la muestra se acerca al de la población. Afortunadamente los estudios han demostrado que la disminución del error es marginal. Esto quiere decir que incrementos sucesivos en el número de individuos no van acompañados de disminuciones proporcionales en el margen de error. Por ejemplo, en la población votante de Venezuela, una muestra de 2000 individuos origina resultados tan confiables como una muestra de 5000 individuos, con márgenes de errores que se diferencian por centésimas. Y encuestar 5000 personas es muchísimo más trabajo que encuestar a 2000. Y de paso, con 2000 la muestra es suficientemente representativa de la población. El margen de error es muy pequeño. Y esto ha sido suficientemente y científicamente comprobado.
PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR
No es raro conseguir algún producto envasado que viene fallo. Que le falta algo. Por eso los gobiernos han creado Instituciones para proteger al consumidor. Imagínense cómo sería cuando no había control gubernamental. La mano mágica del mercado. Si no hay castigo, cualquier industrial estafa al consumidor. Quítenle 5 mililitros a cada botella de refresco. A lo mejor el consumidor no se da cuenta, aunque él está pagando ese volumen que le están quitando ¿Y cuánto le queda a la embotelladora? Multipliquen ese pequeño aparentemente indetectable volumen por millones de botellas que se llenan. Y todo eso va a los bolsillos del industrial.
O por castigo legal (multas) o por castigo de los consumidores que descubren la estafa, los industriales se han visto obligados a colocar en el envase lo que dice que contiene ese envase. Por lo que han mecanizado los procesos, han colocado controles, y eventualmente toman muestras en las líneas de producción para evaluar el producto. Estas muestras permiten ajustar las fallas. En procesos totalmente automatizados los muestreos son también automáticos. Pero siempre se toman muestras para evaluar otros aspectos que las máquinas no pueden hacer de manera automática. Por ejemplo en una planta de llenado de botellas de aceite comestible el chequeo del volumen es continuo y puede hacerse con balanzas automáticas computarizadas para controlar mayor o menor flujo en la retorta. Para otras características del aceite, como por ejemplo su resistencia al calor, se toman muestras aleatorias y se le hacen las pruebas necesarias correspondientes. Y estos resultados se toman como un reflejo fiel de la población. Si la muestra es lo suficientemente representativa, lo que ella indique se puede aplicar, con muchísima certeza, a la población. Pero puede haber características de la población que no se pueden o no se deben evaluar en todos los individuos.
TÉCNICAS DESTRUCTIVAS
La teoría del muestreo ha demostrado su altísima utilidad en aquellos procesos donde no se puede evaluar a todos los individuos de una población. Y no se puede porque la población presenta algunas características particulares, que sea inmensa o desconocida, por ejemplo. En otros procesos, aún cuando se puede evaluar a cada uno de los individuos de la población, estos no se deben evaluar.
CODA
Y por eso fue que botaron a Antonio Ledezma, a Pompeyo Márquez, a Andrés Velásquez, a Rafael Alfonso, a Herman Escarrá, a Tulio Álvarez, a Asdrúbal Aguiar, a Enrique Capriles Radonsky, a Alberto Quirós Corradi, y a todos esos líderes de tercera pacotilla que abundan en la oposición. Trabajaban en una fábrica de pilas desechables (o de bombillos) y para saber la vida útil de cada individuo (pila o bombillo) de la producción de un mes, gastaron todas las pilas y quemaron todos los bombillos. Los resultados fueron convincentes. Sin margen de error. Ellos no creen en el muestreo. Y por eso los botaron. Y todavía no entienden por qué los botaron.
LUIS RIVERO BADARACCO.
LGRIVEROB@CANTV.NET
Maturín, 27 de septiembre del 2004