He visto la entrevista realizada en el programa Contragolpe, conducido por la periodista Vanesa Davies, con la participación del Dr. Alejandro Angulo Fontiveros, presidente de la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia i, aunque los argumentos de este magistrado me parecieron correctos, creo que les faltó profundidad i más citas importantes, para dejar claro muchos aspectos de los dos problemas tratados, como fueron, primero el Aborto i luego la Eutanasia. No sería exageración decir que de los dos, me he ocupado fundamentalmente, casi toda mi vida de médico obstetra, profesor de filosofía i apasionado por los estudios de la Ética, como disciplina científica i no, anacronismos morales.
Me viene a la memoria lo que muchas veces, en el terreno de la sociología, he consignado i repetido mucho: uno de los rasgos culturales del venezolano es la improvisación i, cuando usted le preguntaba al doctor Angulo de si la iglesia, el conglomerado nacional i los miembros de la Asamblea Nacional admitirían sus ideas que realmente son de avanzada (aunque se vienen proponiendo desde hace más de 30 años) aceptaría despenalizar el aborto i admitir la eutanasia, el magistrado pensó que tal vez no estaban preparados para ello i que la lucha sería dura, como sucedió en la Asamblea Nacional Constituyente. Sin embargo, no estoi de acuerdo con que nadie haya defendido estas ideas con verdadera firmeza, pues en la Asamblea fui protagonista de esa defensa, especialmente desde el punto de vista de la defensa de los Derechos Humanos de la mujer, pues discutí con sólidos argumentos, me enfrenté a dos dinosaurios como Olavarría i Escarrá, i hasta una vez tuve un conflicto serio, tomé el micrófono i la palabra sin que me la otorgaran, para protestar por el atropello que me hacía el Presidente de la Asamblea, el mediocre de Luis Miquilena, cuando se hacía el loco para no permitirme la palabra, porque lo había prometido al tristemente célebre Cardenal Velasco.
Mis intervenciones en defensa de los derechos de la mujer, fueron recogidas en parte, en un libro coordinado por Mercedes Muñoz, titulado LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS EN LA NUEVA CONSTITUCIÓN VENEZOLANA. I es más, fui el único constituyente, en las plenarias sacara folletos que repartí a los más interesados, sobre esto problemas, uno titulado LA VIDA DESDE LA CONCEPCIÓN, i otro LA VIDA HUMANA. EL PROBLEMA DEL ABORTO I LA EUTANASIA. Además, amiga Davies he dado muchísmas conferencias sobre estos temas, especialmente en la Universidad de los Andes, en la UCO i naturalmente en L.U.Z., participado en foros, mesas redondas, etc., menos en Caracas, porque en la capital siempre hai disposición para ignorar “la provincia”, como sucede ahora con los programas de VTV, que repiten cuatro i cinco veces a los mismos invitados i tengo más de un año o dos, prometiéndome Ernesto Villegas una entrevista, o recientemente Jorge Arreaza.
Creo que pocas personas en el país, tengan más experiencia, escritos i conocimientos a fondo del problema del aborto i la eutanasia que, quien escribe. Incluso en mi página WEB (por ahora suspendida por el incumplimiento de un irresponsable) propuse al mundo un Testamento Biológico o Living Hill, publicado en español e inglés. Como dije en reciente artículo, en gran parte la oposición a comprender, analizar i estudiar estos problemas, se debe sencillamente a la irracionalidad de la iglesia, a su dogmatismo anticientífico, a su terquedad en anclarse en ideas viejas i superadas, como tantas veces ha hecho ese papel de lastre cultural, para luego rectificar siglos después como en el caso Galileo, sin percatarse del mal que le hace a la humanidad. La iglesia por norma, no respeta las ideas ajenas, i José Ingenieros, el médico filósofo argentino, decía: “el respeto a los ideales ajenos, es virtud suprema de los que piensan”.
De aborto te puedo presentar muchísmos testimonio desde la medicina; muchísimos desde la filosofía, la psicología i la sociología; i finalmente muchos más desde lo social i lo político. Es el fanatismo religioso quien impide buscar soluciones científicas i humanistas a los problemas del hombre, con las amenazas baratas de una ética interesada como decía el filósofo Hartman. ¿Por que interesada? Porque sencillamente, como decía Kant, una norma moral o ética que tenga el menor interés, deja de ser norma moral, i la ética cristiana ordena comportarse bien (lo que la iglesia poco cumple) porque propone un eudemonismo del más allá: una felicidad celestial que, si actúo bien voi al cielo i si actúo mal voi al infierno. El infierno es solamente un invento inexistente realmente, para amedrentar a los débiles i establecer un negocio, especialmente cuando en siglos atrás el gran tráfico religioso era la venta de indulgencias. I en cuanto al concepto de vida, de concepción (para nosotros los médicos, fecundación) i de alma insuflada, ya el Dr. Angulo te adelantó algo, pero son disparates que venían repitiéndose desde los tiempos de Aristóteles i la Edad Media, se estancó, precisamente por eso. Hai que leer muchos, estudiar la Patrística i la Escolástica para que, tal como la Lógica aristotélica del silogismo, etc., ya tiene poco valor o vigencia, así los disparates que propone la iglesia como argumentos contra la libertad de la mujer, para no tener UN EMBARAZO OBLIGADO, como dice el médico i sacerdote Fleschert, mujeres i hombres los irán desechando. Estoi dispuesto a ir a Caracas, para que, en un programa como Contragolpe, poder aclarar con amplitud de detalles estos dos problemas. La Eutanasia, igualmente requiere comprensión i estudio, adelantando que, la pasiva la admiten las leyes i la iglesia, pero que puede ser más cruel que la eutanasia activa. I muchos no saben distinguir estas cosas. Precisamente hoy, 1º de octubre, aparece uno de estos casos en PANORAMA, porque por alguna circunstancia trascendió a la prensa, pero eso e frecuente casi todas las semanas del año.
El aborto criminal es el problema social, porque si estuviese legislado al respecto i en las verdaderas indicaciones que las hai i bien justificadas, se hiciera el aborto legalmente i con los procedimientos médicos adecuados, no ocurriría la muerte de mujeres jóvenes en edad reproductiva. A Fontiveros se le olvidó la célebre frase de Luis Razetti, el Padre de la Moral Médica Venezolana que insistía más o menos así: “Entre la vida de un embrión o de un feto y la vida de la madre, no tengo ninguna duda en saber de parte de quien me voy a poner”.