Bogotá 19 de marzo 2008.- Organizaciones sociales denuncian el aumento de las amenazas, hostigamientos y asesinatos, contra asociaciones defensoras de los derechos humanos y sindicales, después de la gran movilización del 6 del corriente.
Las entidades atacadas nos envían desde Colombia un mensaje, que comienza revelando: “El alarmante clima de intolerancia y violencia que vive el país, viene acompañado de un recrudecimiento del militarismo y de las violaciones a los derechos de la población civil y de sus agrupaciones (…) Es totalmente falso que el paramilitarismo se haya desmovilizado”.
Más adelante refieren que “desde el momento que se hizo pública la convocatoria a la marcha del 6 de marzo, en rechazo a la parapolítica y los crímenes de Estado, arreciaron las intimidaciones contra sus promotores”. Responsabilizan directamente a las Águilas Negras y la Organización Nueva Generación Nariño.
Incriminan a un asesor de Uribe
Culpan a uno de los principales asesores de Álvaro Uribe Vélez, José Obdulio Gaviria, por sus señalamientos temerarios, en el sentido de que se trataba de “una marcha de las FARC”, cobarde imputación que resultó en más asesinatos y atentados. También “solicitan de manera respetuosa al presidente que retire de su cago a ese asesor, por considerar que sus declaraciones incentivan el accionar macabro de los paramiliares”.
Además, señalan a los columnistas Fernando Londoño, Saúl Hernández Rafael Nieto y Plinio Apuleyo Mendoza, quienes cometieron la misma torpe vileza de atribuirle a la marcha ser una movilización “orientada y dirigida por las FARC”, con lo cual convierten a sus dirigentes en blancos u objetivos de los tenebrosos “paracos” que hoy siguen activos.
Incluso el tránsfuga Plinio Apuleyo siempre se declaraba “izquierdista” y “gran amigo del ‘Gabo’ García Márquez”, pero se ha revelado como otro personaje del fascismo colombiano.
Más asesinados y otros amenazados
Algunas de las últimas víctima fueron: Leonidas Gómez, trabajador del Citibank e integrante de la Unión Nacional de Empleados Bancarios; Gildardo Gómez Alzate, miembro del Centro de Estudios e Investigaciones Docentes, mortalmente acuchillado en la puerta de su casa; y Carlos Burbano, de la Asociación Nacional de Trabajadores de Hospitales y Clínicas. Engrosan la fatídica lista de amenazados de muerte, los dirigentes sindicales Mauricio Cubides, Iván Cepeda, Adriana González, Guillermo Castaño, Antonio Pedroza y Rafael Boada.
Suscriben este importante documento unitario, el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, Reiniciar, Minga, Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz, Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, Comité Permanente de Defensa de los Derechos Humanos, Andas, ONIC, CUT Subdirectiva Bogotá Cundinamarca, Departamento de Derechos Humanos CUT, Unión Nacional de Empleados Bancarios UNEB, Admucic, Ruta Pacífica de Mujeres, Hijos e Hijas, Por la memoria y contra la impunidad, Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, CAJAR, Comisión Colombiana de Juristas CCJ y muchas otras instituciones.
Propósitos realmente terroristas
Los amenazados se están dirigiendo a las autoridades colombianas para que se investiguen en profundidad los hechos de sangre y la intimidación terrorista implícita en esas advertencias de criminal cobardía, cuyo evidente propósito es sembrar el terror entre sus destinatarios, como se ha visto en la relativamente nueva estructura paramilitar y parapolítica denominada “Águilas Negras”, de creciente peligrosidad por sus presuntas intenciones de pasar de las amenazas a la acción criminal”.
Las organizaciones firmantes convocan a la solidaridad nacional e internacional para pronunciarse frente al gobierno colombiano, de modo que puedan aclararse los asesinatos y amenazas, acabar con las “Águilas Negras” y todos los grupos análogos y lograr la captura de sus integrantes.
