Washington, 21 Sep. ABN.- Un grupo de 90 líderes académicos de todo Estados Unidos pidió a Washington que divulgue los nombres de grupos opositores que financia en Bolivia y que además condene la violencia de la oposición en ese país.
Los académicos, de distintas universidades y centros de análisis del país hicieron la solicitud en una “carta abierta” que enviaron este domingo a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, con copia al embajador Philip Goldberg, declarado “persona non grata” y expulsado de Bolivia hace ocho días.
La carta también fue enviada a los candidatos presidenciales Barack Obama y John McCain, así como a la administradora de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés), Henrietta Fore, y al presidente del subcomité para Asuntos del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes, Eliot Engel.
La violencia generada por grupos de oposición, señalan los académicos, ocasionó muertes, especialmente en los departamentos de Santa Cruz, Pando y Chuquisaca, señaló un despacho de Efe.
“Como el Gobierno de Estados Unidos se niega a divulgar muchos de los receptores de su financiamiento y apoyo, en la actualidad no hay manera de determinar hasta qué grado este apoyo está ayudando a gente involucrada en violencia, sabotaje, y otras formas extralegales de desestabilizar al Gobierno de Bolivia”, indicaron en la misiva.
Recordaron que desde la elección del presidente Evo Morales, en diciembre de 2005, el Gobierno de Washington envió “millones de dólares” de ayuda a las prefecturas y gobiernos municipales en Bolivia.
En 2004, la USAID abrió una “Oficina de Iniciativas para la Transición” en Bolivia, que otorgó unos once millones de dólares para fortalecer la capacidad de los gobiernos departamentales, agregó.
Los académicos señalan que tanto los contribuyentes estadounidenses, como el Gobierno y el pueblo de Bolivia, “tienen derecho a saber qué fondos estadounidenses están ayudando a Bolivia”.
Destacaron en particular que los recientes actos de violencia parecen ser una respuesta organizada de grupos de oposición que intentan lograr lo que no pudieron en las urnas durante el referendo nacional del pasado 10 de agosto.
El grupo de académicos se quejó de que, al menos entre el 5 de mayo de 2008 y el pasado 11 de septiembre, el Departamento de Estado no condenó la violencia de los últimos meses ni felicitó a Morales por su victoria en el referendo de agosto.
En la misiva, pidió que EE.UU. “condene sin equívoco los métodos violentos, destructivos y antidemocráticos empleados por miembros de la oposición “pro-autonomía” en Bolivia” y cese cualquier tipo de apoyo a grupos que fomenten la violencia en ese país.
La carta incluye firmas de 90 académicos de universidades como Harvard University, American University, Duke University, Johns Hopkins University, University of California-Davis, Queens College, New York University, y Purdue, entre otras.
En su primera aparición en público desde que fue expulsado, Goldberg dijo en Washington que las acusaciones del Gobierno de Bolivia en su contra son falsas e 'injustificadas' y que el objetivo de los programas de asistencia de EE.UU. en ese país es aliviar la pobreza y agudizar la lucha antinarcóticos.
En ese sentido, lamentó que la USAID sea ahora blanco de las teorías de conspiración porque, a su juicio, el trabajo de la agencia gubernamental es “muy abierto y transparente”.