Los indígenas afirman que la policía les disparó cuando los manifestantes intentaban bloquear la carretera Panamericana. La policía niega ser responsable, y dice que quienes murieron recibieron disparos desde la propia manifestación indígena, y que ellos fueron atacados con pólvora. Inicialmente, la policía afirmó que los indígenas murieron cuando estalló un explosivo que manipulaban, pero luego se comprobó que tenían impactos de bala en su cabeza y espalda. Los líderes indígenas negaron la versión de las autoridades y aseguraron que murieron en medio de un enfrentamiento con la policía que utilizó armas de fuego.
Tras el incidente, el corresponsal del canal de noticias CNN indicó que ambos fallecidos recibieron disparos en la cabeza y la espalda, y presentó un video que fue tomado por una activista indígena, que muestra a los policías permitiendo que una persona, con uniforme verde y su rostro tapado con un pasamontaña, empuñara un fusil M-16 y disparara tres veces, aparentemente contra los manifestantes.
El coronel Jorge Enrique Cartagena, de la policía de Colombia, confirmó que un fusil M-16 sólo puede disparar balas de plomo, y aseguró que se investigará el asunto. Pero el presidente Uribe calificó de "un cuento" las denuncias de disparos contra los indígenas, y asegura que los uniformados no dispararon contra los manifestantes.
Miles de indígenas, con instrumentos musicales autóctonos y coloridos trajes comenzaron la marcha para reclamar el cumplimiento de compromisos previos del Gobierno como la compra y titulación de tierras. La movilización por la carretera Panamericana, que comunica en sudoeste con el centro de Colombia, se inició en el municipio de Piendamó, en el departamento del Cauca, y concluirá el viernes en la ciudad de Cali, la capital del departamento del Valle.
La marcha fue organizada una semana después de las violentas protestas en la que los indígenas se enfrentaron con piedras y garrotes con la policía y el ejército, que utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a los enfurecidos manifestantes.
El gobierno denunció que las protestas de la semana pasada estaban infiltradas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que hacían parte de "un plan de la oposición política para desestabilizar" la administración de Uribe. Pero los indígenas rechazaron las acusaciones del Gobierno y aseguraron que se trata de un movimiento de protesta.
"Estamos en riesgo inminente de un proceso de genocidio a raíz de ese señalamiento", dijo Ayda Quilcué, consejera mayor del Movimiento Indígena del Cauca, quien aseguró que con la marcha pacífica buscan demostrar que no tienen ningún vínculo con la guerrilla ni con el terrorismo.
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