ANTE LA FRACTURA DE MARIA LIONZA
La Fundación Alejandro Colina (FACOL), en una asamblea realizada el día lunes 7 del presente mes, celebrada en Caracas en el aula de postgrado N° 16 de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCV, debatió sobre un tema que nos concierne a nosotros y a muchos venezolanos: la lamentable fractura de la obra escultórica María Lionza, creación del insigne escultor Alejandro Colina.
Como organización no gubernamental de carácter cultural nuestra misión es velar por la conservación y preservación de toda la obra del escultor, dispersa en gran parte del territorio nacional. No sólo esta obra merece nuestra atención; existen otras esculturas en estado de deplorable deterioro pero en el caso específico de María Lionza distintos informes de expertos nacionales y extranjeros certificaban su estado comatoso y la tendencia a la aceleración de los daños y su inminente desplome. Desde la fecha misma de nuestro nacimiento, el día 20-11-02, FACOL redactó la Declaración de Emergencia de la Escultura de María Lionza, publicada a comienzos del año 2003. Es decir, ante la EMERGENCIA se requerían acciones urgentes e inmediatas, como se ameritan ahora. Lamentablemente, la profunda fractura reciente nos dio la razón.
Mantenemos los planteamientos del PROYECTO DE RESCATE INTEGRAL DE MARÍA LIONZA, una de cuyas consignas es “ conservación es igual a restauración y réplica” y que se fundamenta en criterios profesionales sólidos en el área. Según lo estipulado por los institutos internacionales de conservación, cuando una obra de arte presenta extremo grado de deterioro, debe restaurarse y ubicarse en un espacio cubierto o semi-cubierto de un museo. En el lugar tradicional de la pieza original suele colocarse una réplica con nuevos materiales que aseguran su perdurabilidad y resistencia en el tiempo. En este caso, en la autopista Francisco Fajardo existen demasiadas condiciones hostiles y “patologizantes”: smock, humedad, vientos y altas vibraciones. Nos ha interesado siempre respetar todas las dimensiones de la obra: artística, urbanística, antropológica. Según los conceptos señalados anteriormente no avalamos el lugar de la autopista para la pieza original, pero sí para una réplica que respete su carácter de ícono de la ciudad de Caracas.
No tiene sentido ni lógica algunas dos María Lionzas al aire libre en la misma ciudad. No avalamos su ubicación en la Plaza de los Museos. La respetable práctica del culto distorsionará el concepto urbanístico de ese entorno. Distintos expertos han señalado la discordancia conceptual y proporcional entre el espacio y la obra.
En el mes de julio del año pasado, Fundapatrimonio atendió nuestro llamado de emergencia; solicitó y contrató la asesoría de la Asociación de Restauradores Sin Fronteras. Dos de sus representates, junto a funcionarios del Consejo de Preservación y Desarrollo de la UCV, del Instituto de Patrimonio Cultural, Fundapatrimonio, miembros de la Fundación Alejandro Colina y otros expertos nacionales, conformaron una mesa técnica que trató el tema ampliamente, con un carácter multidisciplinario e interinstitucional.
A partir de un momento María Lionza se enmarcó en el plano de la polarización política y todos hemos observado la confrontación entre Fundapatrimonio y la directiva de Copred de la UCV. FACOL nunca ha formado parte de ese conflicto y ha optado siempre por soluciones negociadas. PROPONEMOS QUE SE EXCLUYA A MARIA LIONZA DE LA AGENDA DE LA POLARIZACIÓN POLÍTICA Y LLAMAMOS AL DIÁLOGO Y AL ENTENDIMIENTO ENTRE DICHAS INSTITUCIONES.
María Lionza pertenece simbólicamente a todos los venezolanos. El rescate de una obra de carácter patrimonial, de la cual se han apropiado positivamente distintos colectivos, amerita acciones concertadas entre Copred de la UCV; Fundapatrimonio y FACOL, como representante legal de los derechos de autor.
Las acciones de restauración tienen que ser inmediatas y en un espacio que asegure su protección y custodia las 24 horas del día.
Si bien reivindicamos en primer lugar el carácter artístico de la obra, reconocemos sus otras dimensiones, entre ellas, su transformación en un monumento de culto. Pues bien, luego de la restauración de la obra original, deben establecerse estrictas normas de uso y dispositivos para el culto que aseguren la preservación de la escultura. Desde una organización laica, académica y cultural como FACOL, pero respetuosa de la diversidad y de las minorías, llamamos a los creyentes al diálogo y los exhortamos a comprender y apoyar las urgentes acciones de restauración. Agradecemos todo el afecto manifestado hacia la obra.
FUNDACIÓN ALEJANDRO COLINA