A nuestra redacción llegó la siguiente denuncia remitida por Julia D. Álvarez Rivera la cual explica en el texto.
Este artículo es un aporte a la “apertura de los calabozos sicológicos” que manejan una minoría (afortunadamente) de talibanes extremistas (caballos de Troya) del proceso revolucionario, quienes no cejan en señalar que “si criticamos la labor, por cierto altamente ineficiente” de algunos gobiernos regionales e instituciones públicas de la Revolución, daremos armas a la oposición, ¡como si ésta fuera un “bebe de pecho” al que hay que señalarle el camino para la destrucción del Poder Popular!
Imprescindible ser efectivos con la autocrítica, si no, segura estoy, crecerá la cantidad de inconformes con la revolución. Sabemos que a la ultraderecha le sirve cual trabajo de aliados, mantener “en una velada oscuridad”: la creciente inconformidad por incesantes hechos por demás irregulares y la necesidad de ser escuchadas(os) y acompañadas(os) para soluciones tangibles.
Por la madurez política del pueblo y la apertura “efectiva”de este Proceso para la Contraloría Social, nuevamente y de manera responsable, ahora para esta Tribuna, procedo a hacer una denuncia de lo que a mi juicio “se aparta del deber ser”, y que “me hace responsable si dejo hacer”. Se refiere a la ejecución técnica y administrativa de dos (2) Proyectos que formaron parte de la Cartera de Proyectos del Convenio Marco de Acuerdo de Cooperación Técnica entre la República Islámica de Irán y la República Bolivariana de Venezuela, para el Fortalecimiento de la Producción Agrícola, durante los años 2009-2010, ambos elaborados por quien suscribe como Servidora Pública en el INIA, con 22 años de experiencia (para ese entonces) en el área de la Acuicultura.
Estos Proyectos fueron remitidos al Despacho de la Presidencia de la República por el Ministro del Poder Popular para la Agricultura y Tierras, en ese entonces Elías Jaua, siendo “aprobados y firmados” por el Cdte. Presidente para el ejecútese en 2009-2010, totalizando USD20.000.000,00. A continuación algunos detalles de cada Proyecto, cuya documentación de soporte está a la disposición:
1. “FORTALECIMIENTO DEL CULTIVO DE LA TRUCHA ARCO IRIS EN VENEZUELA”, detallado en Punto de cuenta No. 016-09 Trucha Arcoiris, remitido por el MinPPAT. El plan de inversión señalado en el punto fue: para 2009 Bs.F.16.900.220,00 y para 2010 Bs.F.14.600.220,00, lo que totalizó un monto de Bs.F.31.500.440,00, que al cambio oficial fueron USD.14.651.367,00.
2. “CULTIVO DE ESPECIES ÍCTICAS MARINAS EN LA COSTA CENTRAL DE VENEZUELA”, detallado en Punto de Cuenta N. 018-09 Especies Ícticas, remitido también por el MinPPAT. El plan de inversión señalado en el punto fue: para 2009 Bs.F.3.300.000,00 y para 2010 Bs.F.6.500.000,00, lo que totalizó un monto de Bs.F.9.800.000,00, que al cambio oficial fueron USD.4.558.139,53.
Secuencialmente relato solo algunos hechos, la mayoría de los cuales están soportados:
1. Fui designada Responsable Técnica de los dos (2) Proyectos en marzo 2009, asignándome para el mejor desempeño, el apoyo del Ing. Agr. Saverio Celis, en la Oficina de Cooperación e Integración Nacional e Internacional (OCINI) del INIA.
2. Comenzó a ejecutarse lo planificado: en espera de concursos para los contratados, reuniones con los participantes (personal técnico y comunidades involucradas), elaboración de pedidos con las características y códigos respectivos para adquisición de insumos (equipos, materiales y reactivos, etc.) y planificación detallada de las visitas, entre otros. Muchas reuniones con comunidades fueron efectuadas sin viáticos ni vehículo oficial, y lo peor es que “los acuerdos no fueron efectuados”.
3. Redujeron el número de profesionales para trabajar EFECTIVAMENTE en los Proyectos, siendo contratados profesionales sin experiencia alguna. ¿Por qué si existe material humano con base técnica en esas áreas? Tampoco fui llamada a participar en concursos para selección de contratados.
4. La Responsabilidad Técnica de las áreas en cada Proyecto fue “parcelada en la práctica”, ocasionando que los dos (2) Proyectos fueran divididos cada uno en proyectos independientes de: Investigación, Producción, Formación e Infraestructura. Este “parcelamiento” generó actividades no incluidas en los objetivos originales. Práctica ésta de “modificación inconsulta a la fuente de financiamiento” ya señalada por el mismo Cdte.” como “frecuente en los Proyectos aprobados por el Ejecutivo Nacional”.
5. Esta “separación” de áreas no me permitió evaluar los avances ni solventar trabas por aplicación inmediata de correctivos, fundamental para la eficiencia y eficacia. Nuevamente manifesté verbalmente en la OCINI, la falta total de integración y respeto de los objetivos iniciales, imprescindible para el fiel acompañamiento de los piscicultores.
6. Cada vez surgían más trabas burocráticas para las solicitudes de cotizaciones y de viáticos (aún y cuando los justificara exhaustivamente), actividades planificadas junto a la comitiva de expertos iraníes, con los cuales pudimos reunirnos dos veces en Irán y dos veces en Venezuela. Ante esto también acudí 1ro. A la OCINI, 2º. A la Gerencia General y finalmente a la Presidencia del INIA, siendo infructuosos los numerosos intentos para “ser atendida” y restablecer las actividades de los Proyectos originales.
7. Repentinamente, de manera verbal y en una reunión, fui apartada en mayo de 2010 de la Responsabilidad Técnica de estos dos (2) Proyectos, por el entonces Director del INIA-CENIAP (Centro que corresponde al estado Aragua, en Maracay), Hernán Nieto, quien señaló que eran instrucciones directas del Presidente del INIA, en ese entonces Yván Gil.
8. A los pocos días fui cambiada del laboratorio de adscripción a otra área dentro del INIA-CENIAP, trasladada al área de Biotecnología VEGETAL, echando por la borda 24 años de experiencia y especialización a nivel de Doctorado en Acuicultura, con énfasis en Vigilancia Sanitaria de Organismos Acuáticos (ANIMAL). Debía empezar de CERO, es decir, a capacitarme como una recién ingresada, lo que afectó enormemente la EFICIENCIA de mi labor en el INIA y ante el país. En ese momento, pero SOLO en ese momento, mi estímulo a seguir laborando fue llevado a las “catacumbas”, afectando mis evaluaciones anuales de eficiencia. Así el Laboratorio de Microbiología de Peces y Crustáceos (LMPC), donde desempeñé funciones por 24 años, quedó acéfalo y sin personal con experticia, a mi juicio en “cierre técnico”.
9. A continuación fui exhortada por escrito por la Jefa de la Oficina de Personal del INIA-CENIAP, Lic. Nerbis Burgos, al disfrute de “todas” las vacaciones vencidas. Al final alguien me señaló que no tenía que tomarlas juntas, sino espaciadas para no ser afectada, sin embargo, estuve casi un año fuera. Estas vacaciones que se acumularon por “razones de servicio”, ya que NUNCA conté con profesionales fijos del INIA que apoyaran en el laboratorio. Esto influyó negativamente en mis evaluaciones anuales, perdiendo por ello ascensos en la escala horizontal, lo que también afectará mi liquidación remunerativa al final de mi carrera en el INIA.
10. En el “ínterin” y antes de ser cambiada del LMPC, comencé el Informe Técnico Final de la actuación de quien suscribe y de mi equipo, como Coordinadora Nacional de Pesca y Acuicultura del INIA, que incluyó la Responsabilidad Técnica de estos dos (2) Proyectos. Este Informe Final de actuación fue entregado en mayo 2010 a la Presidencia del INIA, allí expongo con base y resalto con claridad que no recibí el apoyo “INDISPENSABLE” y “OBLIGADO DAR” por el INIA para la ejecución de los Proyectos, siendo además desplazada por completo de la posibilidad de llevar a cabo los objetivos planteados en el documento oficial de aprobación.
11. Aún adscrita al LMPC, el sábado previo a la entrega del Informe Final, mientras trabajábamos en éste, fui “conminada”en horas de la tarde a “desalojar la sede del LMPC”, con instrucciones precisas del Director Nieto, de “SOLO permitirme sacar mi cartera”. El lunes siguiente al llegar a trabajar normalmente en la mañana, el Supervisor de la Vigilancia de la Unidad de Sanidad Animal (sede del LMPC) me indicó que, por instrucciones de este Director, no podía ingresar a la Unidad, por ello “sentada solita en la entrada” levanté y con testigos un Acta, narrando estos dos hechos.
12. Antes de ser trasladada a Biotecnología Vegetal, fue “allanada” el área de oficinas del LMPC, esto lo afirmo porque llegó personal de la Vigilancia del INIA y les retiraron sin explicación alguna, los discos duros a las computadoras de todos los que allí laborábamos, desde luego el de la laptop que yo usaba fue el 1ero. Solo indicaron verbalmente que eran órdenes del Presidente del INIA, Yván Gil. En función de esto se paralizó la labor de todos los Proyectos del laboratorio, ya que tardaron varios días, quizás más de una semana y ante mis constantes llamadas, para que nos los devolvieran. En función de esto considero que nuestros derechos como venezolanos nos fueron totalmente violentados. Jamás hubo explicación alguna de estos hechos!
Desconozco si los “objetivos de la versión aprobada” de los dos (2) Proyectos fueron cumplidos, siendo muy probable que NO, ya que en mayo de 2012: 1. Las insalvables trabas burocráticas, 2. La inconexión y pocos avances en las áreas de investigación, producción, formación e infraestructura, y 3. El desvío de lo planificado, eran tales, que era imposible retomar y cumplir con la planificación inicial para finalizar en diciembre 2010. Me pregunto: ¿Por qué se desatendieron: el asesoramiento técnico y la experticia de los especialistas iraníes, cuando precisamente ESTO es lo que nos insta a aprovechar el Comandante Presidente a través de estos convenios marco?
Señor Ministro Juan Carlos Loyo respetuosamente le informo que: 1. Están a disposición las versiones originales de los dos (2) Proyectos, ejecución que disminuirá las “carencias” de: acompañamiento técnico (implementación de buenas prácticas de cultivo); disponibilidad de semilla de calidad genética y sanitaria; alimento concentrado de calidad para cada fase de desarrollo; y formación. 2. Es imprescindible conocer la razón del incumplimiento de los objetivos aprobados por el Cdte. y el destino de recursos DE los pequeños productores piscícolas. 3. Las necesidades de transferencia y/o acompañamiento técnico de piscicultores SOLO pueden ser satisfechas con el trabajo de equipo entre las “instituciones relacionadas con el área de la acuicultura del MinPPAT y las comunidades involucradas”.
Es preocupante que situaciones similares aún ocurran en el INIA en 2012 con algunos Proyectos nacionales de acuicultura, los cuales una vez aprobados: presuntamente le son reformulados “en la práctica” los objetivos y al bajar los recursos les asignan “otro Responsable Técnico sin experticia”, dejando así al grupo y laboratorio que los formuló sin recursos para casi labor alguna. Es triste que a la fecha no haya ni cumplimiento ni seguimiento efectivo a estos Proyectos, existiendo erogaciones desde quizás el 2do. trimestre de 2012. Esta persistente situación se ha planteado en comunicaciones a las autoridades, sin embargo, permanecen silentes ante la muerte lenta de áreas investigación y producción, por la jubilación de profesionales que no les permiten preparar generación de relevo.
Julia D. Álvarez R.
Servidora Pública en Revolución
de la República Bolivariana de Venezuela.
jdarivera@gmail.com