21 de febrero de 2013.- Cada vez que asistimos a las clínicas privadas caemos en la ruleta de la vida o de la muerte, por un lado los costos son elevados y sin regulación alguna, por el otro no hay garantía de la calidad de la atención y del respeto a la vida, en un país donde la salud es un derecho constitucional, donde somos tratados como “clientes” y compramos la mercancía “Salud”. No les importa los resultados de esta transacción. Nos les importa si sanamos o morimos. Son viles traficantes de vida, te sacan hasta el último centavo. Algunos opinan que el Estado se hace cómplice al no regular este sector. El platal que se paga se debería invertir en el sector público de salud para así tener el sistema de salud digno al cual tenemos derecho todas y todos los venezolanas y venezolanos.
¡¡¡ Regulación de precios y atención de calidad ¡¡¡