Marzo 27 de 2013.-El mundo sigue girando con sus noches y sus días, pero en Chaktapa, desde el lunes 3 de marzo, la vida se les detuvo a los yukpa, quienes solían recorrer los caminos al lado de Sabino Romero Izarra y es que la muerte de Sabino deja un vacío no solamente en el pueblo yukpa, sino en los colectivos sociales que lo acompañaron en su lucha por la recuperación de sus tierras ancestrales.
Para los que tuvieron el honor de conocer a Sabino, de compartir sus preocupaciones legítimas, supieron reconocer en él a un guerrero de grandes dimensiones, que venía de tiempos ancestrales con la misma valentía y dignidad de Guaicaipuro, pero que también, volvía a toparse con los mismos prejuicios hacia el indio y es que sigue persistiendo la misma incomprensión, tal vez más velados. Los indígenas siguen siendo las víctimas del hombre que les arrebató sus territorios o “habitat” como prefieren llamarlo, algunos “ilustres ignorantes”, para de esa manera, desconocer el derecho territorial que ellos tienen y que les han expoliado y les siguen arrebatando, por oscuros intereses mezclados de poder, dinero y muchas formas, donde el indígena es quien ha pagado con el desplazamiento, la pobreza, el hambre, la violencia, la incomprensión racista y por último, con sus vidas.
Hoy muchos “revolucionarios” encarcelados en sus teorías, en silencio rechazan y ponen frenos a escondidas, o hacen un peso acérrimo para que no se visibilice la lucha de los indígenas. Se esconde su lucha, se criminaliza y castiga a quienes los acompañan.
Muchísimas personas se escandalizan con la muerte de Sabino, pero prefieren hacerlo detrás de bastidores, con leves susurros solidarios, pero que no ayudan en nada a la causa del hoy guerrero asesinado. Otros, se acercan con el ojo desconfiado, lejano, prejuiciado e hipócrita.
¿Cuántos colectivos y medios se hicieron solidarios y apoyaron la lucha de Sabino, quiénes ofrecieron su apoyo para protegerlo de las garras de sus asesinos? No son muchos, pero quienes apoyan esa causa, saben que no es fácil acompañarlos, por las consecuencias que esto puede traer.
El apoyo a Sabino, significó para muchos, persecución, como es el caso de Homo et Natura y el acoso hacia activistas que hoy prefieren mantenerse al margen, debido al temor de seguir siendo presionados con este caso.
Pero si en algo se parecen los pueblos oprimidos, como es el caso de los yukpa y los palestinos, es seguir resistiendo, incólumes. En cada niño yukpa, viene sembrada esa semilla que les viene de sus orígenes, que los conmina a luchar, a no desaparecer. Es el caso de los hijos de Sabino: Sabino, Isidro y la compañera de vida de Sabino Romero Izarra, Lucía, quienes llegaron a Caracas para discutir la recuperación de sus tierras, tal como se las ofreció el Comandante Presidente, pero que en el camino se extraviaron dichas órdenes presidenciales, lo que ha desatado más violencia en esta zona perijanera. Violencia que se llevó a ocho yukpas, entre ellos al cacique Sabino, quien fue el baluarte de esta lucha.
A eso de las 9 de la mañana, del lunes 25, llegaron los yukpa, a la esquina de Carmelitas, en un autobús, desde Machiques, a la cabeza del Cacique Sabino Romero Martínez, hijo mayor de Sabino, acompañado de otros y otras integrantes yukpa, para finiquitar de una vez por todas esta deuda del Estado con el Pueblo Yukpa. De allí se trasladaron a la Casa Amarilla, acompañados del diputado Yldefonzo Finol y de Esther Macías, directora de Fronteras del estado Zulia, allí comieron y se dispusieron a esperar por la tan esperada cita a las 10 de la mañana, luego corrida para las 12 del mediodía, para posteriormente recibirlos en el edificio de la Cancillería, a eso de las 6 de la tarde.
Ya entrada la noche, salieron los yukpa de la reunión con el vicepresidente polìtico y canciller de la Republica, Elías Jaua. Los yukpa, ofrecieron una rueda de prensa, en la cual declararon los resultados de dicho encuentro con Elías Jaua, en el cual les aseguró el pago de las bienhechurías para un lapso de 60 días, corriendo a partir del día del encuentro 25 de marzo, así como la debida investigación del asesinato de Sabino Romero.
En esta rueda de prensa, Carmen Fernández, manifestó la desprotección que tiene, por parte del Estado, a pesar de recibir amenazas de muerte y de haberle asesinado a dos de sus hijos por sicarios que también rondan el área de su residencia.
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