14 de noviembre de 2017.El canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Jorge Arreaza Montserrat, sostuvo una reunión este martes con los representantes diplomáticos de países miembros de la Unión Europea (UE) acreditados en Caracas, con el objetivo de expresar el rechazo enérgico del Gobierno nacional a la decisión del Consejo del bloque que pretende imponer ilegales sanciones al pueblo venezolano.
Desde la Casa Amarilla Antonio José de Sucre, el Ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores lamentó la adhesión de la UE a la estrategia intervencionista del Gobierno de los Estados Unidos que amenazó, incluso, con el uso de la fuerza militar sobre Venezuela.
“Lo más triste es que se ponen a la cola no sólo del Gobierno de los Estados Unidos sino, precisamente, de la Administración del presidente Donald Trump (…) que amenazó a Venezuela con una intervención militar”, manifestó en declaraciones a la prensa.
En este contexto, el diplomático enfatizó que la República Bolivariana se reserva el derecho a la defensa con respuestas concretas.
“En todos los ámbitos; vamos a hacer un análisis integral porque no podemos permitir que se agreda nuestra soberanía de esa manera”, afirmó.
Presiones
El canciller venezolano denunció, además, las presiones de la que fueron objeto países de la UE para plegarse a la decisión del Consejo, cuyo documento –reveló- sería un calco de los que ha redactado el Gobierno norteamericano con pretendidas sanciones contra ciudadanos venezolanos.
“Dicen ellos que es para propiciar el diálogo entre las partes –Gobierno y oposición- pero les decía que desde el año 2014 las sillas de la delegación gubernamental ya están calientes de tanto tiempo que hemos estado esperando que la oposición se digne a apostar por la paz, renuncie a la violencia y se sume a un proceso de diálogo nacional necesario; son ellos los que no quieren sentarse”, complementó.
Paralelamente, criticó el hecho de que la UE pretenda restringir a Venezuela la importación de equipos de orden público, cuando el gobierno de uno de sus países miembros “utilizó los equipos antimotines para evitar que un pueblo acudiese a las urnas”.
En la reunión estuvieron presentes los representantes diplomáticos de la República Federal de Alemania, República de Austria, República Francesa, República Helénica, República Italiana, República de Polonia, República Portuguesa, Rumania, Reino de España, Reino de los Países Bajos y Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, así como de la UE.