23 de octubre de 2021.-
Aun cuando su uso es frecuente en todos los hogares y constituye un aseptizador contra la pandemia de COVID 19, dejarlo al libre arbitrio de los infantes, lo pueden convertir en un peligroso juguete con serias implicaciones.
Las principales razones para impedirles la manipulación de productos con alcohol son:
- Es inflamable y de por sí peligroso y
- Los niños pueden restregarse los ojos con las manos alcoholizadas o usar este asperjador como juguete para rociar la cara de otros compañeritos y caer en los ojos, generando, desde un ardor ocular hasta lesiones de grandes opacidades que impidan la visión, luego de producir fuertes inflamación y dolor. Lesión que necesite tratamientos, cirugía ocular o incluso ser irreversible.
Padres, representantes y maestros tienen la obligación de evitar el uso de tales rociadores por parte de los niños, precisó el optometrista Barrientos Vargas, quien agrego que la prevención es lo fundamental, pero en caso de producirse un accidente de esta naturaleza, los primeros auxilios consisten en lavar con agua, por unos 15 minutos los ojos y si la molestia persiste debe ser remitido el niño afectado a un médico.
Además, el Estado debería obligar a los laboratorios fabricantes de alcohol, colocar una advertencia en letras bien grandes y claras sobre el riesgo para los ojos, de dejar en manos de los niños este producto.