La embajada de EEUU en Quito, en "extraña" ¿coincidencia?, a la misma hora en que empezaba la reunión de la OEA en Washington para "tratar el caso de Ecuador", procedió a "evacuar de manera urgente a su personal" argumentando que "no hay condiciones de seguridad debido a las protestas (de forajidos) en sus afueras".

A la misma hora, reporteros de La Luna y ciudadanos que llamaron a la emisora, desmintieron totalmente, desde las afueras de la embajada, que no había una sola protesta en el lugar.

La sorpresiva -y tramposa- medida de la embajada de EEUU en Quito, demuestra su mala fé y la desesperación de Washington, que intenta -quizás en vana maniobra- que la OEA desconozca la rebelión forajida de Quito y del pueblo ecuatoriano, así como la sucesión constitucional producida, en señal meridiana de que:

a) se niega a admitir la derrota de su protegido, Gutiérrez.
b) aún defiende a Gutiérrez y al gutierrismo
c) no está "a gusto" con las primeras señales enviadas por el gobierno de Alfredo Palacio en temas básicos de su interés geopolítico (soberanía; economía; petróleo en manos estatales; agenda social; política internacional; deuda; Tlc; etc.)

La OEA decidió, contrariamente a lo que en primera instancia se rumoreaba entre las diplomacias del continente, únicamente formar una "misión" para visitar a futuro el país, en una de sus cansonas y repetitivas iniciativas que no le harán mayor mella al país y que han demostrado el tardío tortuguismo y la miopía de sus desafortunadas intervenciones en la última década en el continente (silencio ante el golpe de Estado en Venezuela, en Haití, la masacre en Bolivia, etc.)

A 24 horas de la cita del "ministerio de colonias", trascendió que el presidente Alvaro Uribe, en su reunión con Ricardo Lagos, presidente de Chile, durante su visita a Bogotá, intentó que emitieran una declaración conjunta citando que los hechos del miércoles en Ecuador "violentarían la Carta Democrática", que el gobierno "legítimamente constituido" es el del coronel Gutiérrez (el aliado de Uribe, no olvidarlo), y que debe respetarse su "mandato popular".

Conocemos que la propuesta colombiana no cuajó, porque Lagos habría citado que los gobiernos de América Latina "no pueden convertirse en jueces constitucionales de un país hermano que debe resolver él mismo sus asuntos internos".

La jugada de los EEUU a través de sus satélites en la región, era obvia: aislar al Ecuador, revertir la situación, y lograr -sino el retorno de Gutiérrez- (que provocaría una guerra civil de consecuencias nefastas, o simple y llano fascismo), por lo menos la salida "gradual" del gobierno actual; romper la sucesión constitucional a efectos de empantanar la situación y ganar tiempo, para presionar y amenazar al nuevo régimen si no mantiene los ejes que Gutiérrez sí les garantizó (TLC, Plan Colombia, etc.)

Las organizaciones de DDHH del Ecuador, conscientes del momento y las intenciones de EEUU, han procedido a ejecutar una estrategia internacional para aclarar la situación nacional y recordar el nefasto saldo del régimen gutierrista en la represión de estos días.

A la vez, en Quito y otros lugares del país, "extrañamente" se inició una guerra de rumores sin precedentes, que iban desde "la huida de Gutiérrez de la embajada de Brasil y su traslado a fortines militares", "la llegada de tanques desde Latacunga", "el golpe de Estado en la noche", presuntas "rebeliones militares", en mensajes enviados en cadena por celulares, correos electrónicos y "radio bemba".

Expertos militares en retiro, que participan activamente en el monitoreo del Plan Colombia con la APDH, indicaron que se trataría, en términos técnicos, de una Operación de Guerra Sicológica a gran escala, promovida por el gutierrismo, cuyo desmantelamiento de las diversas estructuras del Estado, por lógica aún demora, cuota que -según trascendió- llegaría a cerca de cuatro mil funcionarios repartidos en diversas instancias locales, regionales, provinciales y nacionales, entre civiles, policiales y militares, y que en alianza con el PRE, Sociedad Patriótica, Cero Corrupción y otros, intentaría revertir su derrota con el apoyo gringo en Washington.

Por ello es bastante... ¿raro? que ciertos mass media televisivos que no transmitieron la realidad de los graves hechos de represión a Quito, ni la ejemplar lucha forajida, hoy realicen "enlaces" y "flash" informativos entrevistando "en exclusiva" al dictócrata asilado en la embajada carioca, a sabiendas que un peticionario de asilo, una vez que se halle en territorio extranjero (y la embajada lo es), NO puede dar declaraciones políticas sobre su país. Canal 1, se dio el lujo de pasar con la cadena radial Sonorama, una "entrevista" a la aún gobernadora gutierrista de Manabí que anunciaba marchas a Quito "para reponer en la presidencia a nuestro líder". Y finalmente, llegaron a rumorear que Abdalá estaba en Venezuela (por si acaso, hemos hecho urgentes intervenciones telefónicas y mensajes para que investiguen ese rumor y a rechazar la presencia del corruptócrata en tierra bolivariana).

Adicionalmente, se están mandando "mensajes" a los celulares y medios, con el afán de desorientar a los forajidos. El querido amigo Marco Pérez, de Radio Tarqui, otra radio solidaria de Quito, nos compartía que tuvieron llamadas anónimas, y otras no tanto, ("dirigentes populares y revolucionarios") que llamaron para "denunciar" que los defensores de DDHH "van a ir a la embajada brasileña nada más y nada menos que a garantizar la protección y salida de Gutiérrez"...

Los servicios secretos y los alicaídos cancerberos no lograrán sus propósitos de sembrar confusión y terror a un Quito cuya bravura y dignidad YA PROBARON.

Como "Kalimán" aconsejaba a su amigo "Solín", a nuestros queridos amigos y amigas les pedimos serenidad, vigilancia, paciencia... y pacífica lucha forajida, contraloría social, resistencia ciudadana, alerta para estar listos y derrotar -otra vez- a los gringos y a sus pretorianos en el Ecuador.

Si el mundo político es frágil en el país, este pueblo forajido es una maravillosa roca.