Caracas, 04 Feb. ABN (Joaquín Pereira).- Sombreros a 10 mil bolívares, cachuchas de 15 a 25 mil bolívares, pitos a 2 mil bolívares, banderas de Venezuela de 10 mil a 40 bolívares, muñecas Barbie vestidas con el tricolor nacional a 30 mil, rosarios a 5 mil… Marchar nuevamente en contra del gobierno de Hugo Chávez Frías no tiene precio para un grupo de habitantes del este de la capital venezolana.
Al conmemorarse 14 años de la Rebelión de la Dignidad, grupos opositores decidieron salir nuevamente a la calle luego de mucho tiempo.
Se congregaron en el sector de Chuao en Caracas a partir de las 10:00 de la mañana y luego caminaron hasta los Proceres. Su objetivo era los monolitos que rinden homenaje a los próceres venezolanos, pero como en el lugar se estableció un mercado popular, solo llegaron a la entrada.
“No queremos caer en provocaciones. No intentaremos llegar más allá de la entrada”, aseguró el dirigente opositor Oscar Pérez.
Aunque los buhoneros no pudieron hacer su agosto con esta movilización, pues vendieron poco, sus productos volvieron a satisfacer las necesidades de expresión de un grupo de la población que no comparte los lineamientos del Ejecutivo Nacional.
En un quiosco instalado en el punto de inicio de la concentración, el llamado Comando Nacional de Resistencia (CNR), vendía un “bono de la esperanza”, en versiones de 2 mil, 5 mil y 10 mil bolívares.
El objetivo de la recaudación: Colaborar con la logística de los movimientos opositores en actividades que ellos califican como “cívicas y pacíficas”.
El líder opositor y presidente del partido político Alianza Bravo Pueblo (ABP), Antonio Ledesma, basó sus opiniones para criticar la gestión del Presidente Chávez en el supuesto despilfarro que el gobierno hace de los dineros públicos al ayudar a poblaciones pobres de otros países, incluido el propio Estados Unidos.
Acuso a gobernadores y alcaldes del interior del país en invertir grandes sumas de dinero para costear el traslado de personas a la capital para asistir a la marcha a favor del gobierno.
“Muchos trabajadores públicos han sido obligados a marchar”, denunció.
El río Guiare, que atraviesa de oeste a este a Caracas, sirvió de malla que vio pasar consignas entre bolivarianos y opositores. Mientras los primeros recorrían la autopista en autobuses rumbo al inicio de la marcha a favor del Presidente Chávez, los otros agitaban varios billetes en sus manos.
Unos decías “Que no, que no, que no me da la gana, ser una potencia norteamericana”. Los otros gritaban “Yo vine porque quise, a mi no me pagaron”.
La confrontación verbal se convirtió en un juego que sirvió de catarsis a ambos grupos. En ningún momento “la sangre llegó al Guiare”.
Sólo en dos ocasiones se calentaron un poco los ánimos: La primera causa del desencuentro fue una franela de la Universidad Bolivariana Venezolana (UBV) que una vecina del sector de Bello Monte agitaba con orgullo ante la marcha desde su balcón.
“Invasora, invasora…”, le gritaban los marchistas, aunque la oronda señora es auténtica propietaria de su inmueble.
El otro altercado fue frente a la propia sede de la UBV, donde grupos de estudiantes hacían el ya popular gesto presidencial que hace referencia a los 10 millones que aspira obtener Chavez en las próximas elecciones. Por su parte los opositores respondían con señales eróticas. La policía metropolitana medió entre las partes y el intercambio de consignas se hizo en paz.
Los rostros de la periodista Patricia Poleo, imputada por su presunta participación en el asesinato del fiscal Danilo Anderson, el cardenal Rosario Castillo Lara, quien llamó dictador al Presidente en la homilía de una importante celebración religiosa, y el ex presidente de la Central de Trabajadores de Venezuela, Carlos Ortega, quien fuera sentenciado a prisión hasta el 2021por su participación en el paro petrolero del 2002; siguieron siendo las estampas de las cuales se aferraban los marchantes en su procesión.
El general de división retirado de la GN, Edgar Bolívar Ramirez, estuvo presente en la marcha opositora y afirmó desconfiar del camino electoral como forma efectiva de sacar del poder al presidente Hugo Chávez.
“La única forma que se logre nuestro objetivo por la vía electoral es que sea reformado completamente el Consejo Nacional Electoral a nivel de su junta directiva y de sus procedimientos”, aseveró.
La marcha realizó su recorrido en paz expresando con libertad sus opiniones y desacuerdos sobre la gestión actual de gobierno.
En una tela dejada por los opositores en el simbólico balancín de petróleo ubicado en frente de la UBV, antigua oficina de la estatal de petróleo Pdvsa, se podía leer: “La pava sale a los 7 años. No vale bacalao. Llegó la hora, pueblo activo”.
La frase de una marchista sintetizaba el sentir de los asistentes a la movilización: “Me siento satisfecha porque después de mucho tiempo volvemos a salir a la calle”, dijo.