Parado frente al balcón de la Oligarquía, en su lujoso apartamento en Santa Paula, John Vicente Salvatierra mira el Guarairarepano –El cerro El Ávila–, y medita: “Tanta belleza y tanta naturaleza y tanta riqueza y tanto bicho bruto que nos está gobernando. La gente inteligente se fue del país. Salieron a buscar el futuro que aquí le niega el autócrata, se fueron a Europa, Asia, y hasta a África, a buscar mejor vida. Quedamos en manos de los brutos. Y con gente bruta no se va a ninguna parte”.
Se aleja del balcón de la Oligarquía y camina lentamente hacia la cocina. Llega y abre su portentosa nevera de tres puertas y saca una pitahaya que le trajo un amigo de la Isla de Margarita. Le da un mordisco y saborea con mucho gusto la fruta. Y se dice para sí: “Frutas tropicales nuestras que no llegan a ninguna parte porque los brutos ni siquiera saben que esta fruta existe”. Camina hacia su computadora y toma asiento en su butacón Luis XVII, busca sus correos electrónicos y se ríe con unos cuantos chistes acerca del dictador venezolano que le envían sus grandes amigos: “Con estos chistes nos reímos pero no salimos del tirano, pienso que así se mantiene más en el poder, porque mientras nos reímos perdimos la rabia que es la única que nos puede salvar”.
Desde su butacón Luis XVII mira que una Guacharaca se posa sobre el balcón y entonces dice entusiasmado. “Coño, qué maravilla de país, lástima del tirano que nos gastamos”. Toma la cámara que tiene allí cerca, encuadra a la Guacharaca con el fondo del Guarairarepano –Cerro El Ávila–, y hace click, click, click. Mira lo buena que le quedó la foto y luego la baja a su computadora y empieza a mandarlas a sus amigos en el correo electrónico con el título: “Las Guacharacas huyen del régimen”.
Suena su blackberry y atiende la llamada. Es un columnista amigo que lo está llamando para que le dé un dato para su próxima columna que ya tituló: “La cultura chavista no tiene ningún brillo, ni siquiera brilla por su ausencia”. Y quiere saber cuándo fue la última exposición fotográfica que hizo el régimen. John Vicente Salvatierra le da el dato y aprovecha para decirle que coloque por allí, en ese artículo, que estamos gobernados por gente muy bruta, y que con estos brutos no se va a ninguna parte y que denuncie que hay un desabastecimiento de inteligencia, provocado por el gobierno del tirano, porque la gente con talento se fue del país y la fuga de cerebros es demoledora. Y entonces el amigo columnista le dice. “Carajo, John Vicente pero ese artículo está mucho mejor que el mío. Así lo voy a titular: Desabastecimiento de inteligencia”.
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