En un momento del “Aló Presidente” de este domingo, mientras el Presidente trataba con los niños el programa de las computadoras canaima, solicito la presencia de ministro Menéndez. Esta solicitud fue requerida por el problema de volumen de las computadoras, pero después aprovecho la presencia del ministro para pedirle que informara sobre la puesta en marcha de la fábrica de computadora de este tipo en Venezuela.
El Presidente, una vez anunciada una nueva adquisición de computadora, informó sobre la instalación de una fábrica en Venezuela e inmediatamente pregunto por la fecha de operación de la planta. El ministro Menéndez, que ya ha debido pasar por una prueba de este tipo, más o menos balbuceo y se refirió a un semestre. Chávez insistió en lo de la fecha, pero luego entendió que Menéndez no la tenía y todo quedó ahí.
Esta situación ha sido tantas pero tantas veces recogida en los programa de Aló Presidente y Chávez ha insistido tantas veces en la necesidad de hacer las cosas rápidas y buenas, que ya estamos acostumbrarnos a este tipo de preguntas y a encontrarnos con un tipo de respuesta, en la cual resalta la falta de precisión sobre la culminación de los proyectos. La distancia entre una idea y la formulación del proyecto que le da sentido a esa idea, se hace burocráticamente largo y la distancia entre la formulación del proyecto y su culminación tiene toda la carga genética de esa conducta burocrática anterior.
Busco una referencia nacional de este exagerada presencia de la burocracia imponiendo su ley entre un idea y la culminación de un proyecto y la única referencia a considerar, como una pequeña excepción de la regla, fueron los estadios que se construyeron para el evento de fútbol, que a decir verdad, la precisión en la fecha de culminación no fue tal porque muchos quedaron para acomodos posteriores a la finalización de evento.
El “Estado revolucionario” y las instituciones que la conforman tienen ese tremendo vació. No parecen preocuparse por el tiempo. Entre lo financiero y el tiempo, nuestros burócratas revolucionarios parecen focalizar su preocupación en los recursos, que no dejando de ser una variable importante, no es definitiva en ese proceso de hacer entrar a la revolución por el camino de la eficiencia, la eficacia y por consiguiente conseguir mejores niveles de efectividad.
Los estadios se “terminaron” en el tiempo previsto, pero otros proyectos después de estos centros deportivos, se manejan con idefinición de fecha. El semestre tal o cual, no dejando de ser un horizonte de tiempo con cierta presición, resguarda lo fundamental del Estado burocrático. No se trata tampoco de ir muy al detalle, porque siempre un proyecto por alguna razón culmina antes o unos días después de la fecha prevista para su culminación, pero lo extremadamente importante para la revolución es entrar a un mejor manejo del factor tiempo.
Einstein nos lo advirtió una vez, cuando dijo: “el tiempo es como la naturaleza organiza las cosas para evitar que todo ocurra al mismo tiempo”. El compromiso del gobierno está concentrado ahora en una política de vivienda y sería interesante definir ese compromiso en el tiempo: 2012