Corre con fuerza el rumor de que la “mordida” sigue muy activa

La justicia en algunos tribunales no camina

Las corruptelas en el Poder Judicial siguen tan campantes como en el viejo régimen. Antes se daban sin mayores tapujos y ahora las disfrazan o se las practica mediante códigos bien ingeniosos. Nos cuenta una parienta muy cercana que es parte actora de dos casos que se ventilan por ante los tribunales civiles desde hace ochos años, uno por efecto de una infamia que no tiene nombre, pues se señala a su marido, ya fallecido, de ser padre de un hijo fuera de su matrimonio, supuestamente nacido hace 57 años, pero la parte que formula dicha demanda se niega a que se le haga a ese hijo casi sexagenario la prueba del ADN y el Juez, pues bien gracias, nada decide y el asunto duerme allí el sueño eterno...

El otro expediente tiene que ver con su casa de habitación, que es su vivienda principal. La alquiló hace algunos años como única fórmula de subsistencia que tiene y quien la ocupa decidió no pagarle más los arrendamientos. Ella introdujo la acción de desalojo y no ha habido manera de que el Tribunal tome la decisión que corresponde, como sería acordarlo, pues la ley así lo estipula cuando los pagos se atrasan en más de tres meses. Le han dicho por secretaría que el asunto está para sentencia, pero que la demora obedece a que hay seis casos por delante. Su sorpresa fue mayúscula cuando ya en retiraba del Tribunal un ciudadano al que ella no pudo identificar si era o no empleado del mismo, le dijo: “mire señora allí lo que le quiso decir la secretaria es que debía pagar seis millones de bolívares para que su asunto le sea resuelto.” No supo que contestarle y muy alterada le volteó la cara y se marchó sin abrir la boca. Le parecía increíble lo que había escuchado…

Esto último ocurrió hace pocos meses y luego de comentar el hecho entre varios de sus familiares y amigos, algunos de los cuales son abogados, le han dicho que eso que le aclaró ese desconocido, que no lo es tal, sino un sujeto puesto allí para cumplir el rol de intermediario dentro de ese entramado mafioso y corrupto, es una realidad, pues ahora ha surgido una codificación muy específica dentro de la cual se ocultan los hechos de corrupción y eso de decir que hay tantos casos por delante, es uno de ellos: Si nos dicen, por ejemplo, que hay diez expedientes por delante, eso significa que la mordida es de 10 mil bolívares. ¿Qué le parece?

Le hemos sugerido a la parienta que denuncie ambos casos en las instancias que correspondan y nos ha confesado que tiene temor de hacerlo porque a lo mejor le hacen daño a ella o algunos de sus hijos o nietos y hasta pierde su casa, pues nos agrega que el inquilino maula de su casa es adeco e hijo de un adeco que, al parecer, cuenta con muchas palancas que todavía mueve a su antojo, conforme a noticias muy variadas que no dejan de llegarle a sus oídos, las cuales ella no tiene como confirmarlas.

Hoy nos ha contado haber acudido hace ya algunas meses atrás a la Defensoría del Pueblo en busca de ayuda y salir de allí muy contenta, pues además de que le ofrecieron averiguar lo que estaba pasando con esa evidente denegación de justicia, la atendieron de manera maravillosa, lo cual le produjo una inmensa alegría, pues con ello ha podido poner en evidencia que ahora, a diferencia del pasado cuarto republicano, la gente tiene a donde acudir y, además, ser escuchada. Ella espera con gran ilusión que por esos vientos de Plaza Morelos logre que sus causas al fin sean sentenciadas.

Por cierto que es buena la ocasión para solicitarle a la Inspectoría General de Tribunales que active y promocione mecanismos ágiles, transparentes y seguros para que quien se vea afectado por estas prácticas inmorales de algunos tribunales tenga donde plantear sus quejas por denegación de justicia u otra trastada. Hemos visto que en la Isla de Margarita esa Inspectoría se ha puesto las pilas y los comenzó a implementar allí hace pocas tiempo, según pudimos leer en la prensa local.

No quiero concluir sin dejar de hacerle un llamado a quien pueda interceder para que estos asuntos muy desagradables que le niegan justicia a nuestra parienta, se resuelvan sin tener que acudir al extremo de pagar sobornos, a lo cual ella, con toda razón, se niega. Consignamos abajo nuestro correo y número del celular, de manera que por cualquiera de esas vías se comuniquen con nosotros para concertar una cita y así poder suministrales la información pertinente sobre ambos casos.


oliverr@cantv.net


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Iván Oliver Rugeles


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