De allí que el
componente del pensar sea fundamentalmente entre la lógica de la experiencia
vivida desde los planteamientos del Marxismo, pasando por los referentes
del socialismo real hasta el momento actual, siendo además inédito
puesto que presenta una transición del capitalismo al socialismo, muy
diferente a lo vivido por la Unión Soviética en el siglo pasado, de
allí la importancia de la lógica innovadora para afrontar los retos
que se nos ha deparado para nuestra sociedad.
Producto de la cultura
rentista petrolera irradiada desde principios del siglo XX, que trajo
como consecuencia un capitalismo tardío especulativo, se generó
en el país una situación de desigualdad entre quienes accedían mayoritariamente
a lo poco que quedaba de la renta petrolera y la clase social políticamente
excluida en ese reparto; de allí que la política del Gobierno Bolivariano
sea garantizar una distribución equilibrada de la riqueza nacional,
que colocan a Venezuela como uno de los países con menor desigualdad
de la región.
Sin embargo una vez satisfechas
algunas necesidades fundamentales, pareciera haberse generado una distorsión
cultural de la sociedad rentista, incrementando el consumo innecesario,
desarrollando nuevas formas especulativas de acción económica, y perdiendo
la importancia del trabajo productivo como fuente de liberación, amarrado
claro a una fuerte dominación ideológica por los signos y valores
del capitalismo heredado.
Esto ha desembocado en
la baja eficiencia de la gestión económica de la productividad nacional,
al sumergirnos en una batalla frontal contra la lógica de la economía
de mercado, desde las perspectivas del control que terminan incrementando
la cadena especulativa y de corrupción que alimentan arbitrariamente
los problemas originados en materia económica.
En todo caso se ha asumido
como debe ser la tarea del Estado, en participar como fiscalizador y
propiciador de nuevas formas de producción, sin embargo no serán suficientes
puesto que el fenómeno de la especulación al darse como hecho cultural,
no se puede asumir un combate asertivo si no se disponen de los elementos
culturales del pueblo en la acción; en otras palabras la participación
activa de la gente en todos los procesos de la economía, por eso debemos
a lo interno del proceso realizar una discusión profunda que permita
desarrollar el mapa económico productivo nacional para determinar los
cuellos de botella y donde los encontremos accionar directamente con
la gente.
“La participación
protagónica de los Consejos Comunales y de Trabajadores es clave para
crear las bases del desarrollo de las relaciones socialistas de producción”.
Víctor Álvarez
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