Una cosa es escribir y hablar de Conciencia de pueblo y otra experimentarla. Este martes tuve la oportunidad de presenciar a un pueblo arrecho por el desabastecimiento de Harina Pan. Pero al mismo tiempo consciente que la culpa es de la Polar que no termina de vaciar sus depósitos y abastecer a todos sus proveedores. Todo ocurrió en el abasto de un Chino, del barrio Portugal Arriba, de Barcelona. Hable con mujeres del pueblo. De esas que hablan con el alma. Que no se caen a cobas.
Un funcionario de Indepabis se encontraba conmigo a bordo de una lancha de Polibolivar navegando por el río Neverí como entrevistado. Casi al final de la navegación le llamó el jefe, ordenándole que se trasladara al sitio porque, al parecer, había un problema de venta de Harina Pan. Por supuesto que me fui con el funcionario.
Nos recibió una larga cola de gente en la calzada del negocio asiático. Mientras adentro había un gentío. Ramón, dueño del establecimiento, al verme, me dijo: “Amélico TVO. No hay Halina Pan que filmal. Ya la vendí tola. Me mandalon solo 100 paquitas”.
Mientras acompañaba al fiscal de Indepabis inspeccionar los depósitos la gente que estaba en la cola entró toda al negocio y en la cara le vi la rabia Pero al mismo tiempo también le vi su decencia, su educación. Quizás, antes, en tiempos de IV República lo más seguro es que la gente hubiere saqueado el negocio, por cierto, bien equipado. Pero no. La gente aunque, molesta, reclamaba Harina Pan al denotar que no había un paquete ni para remedio se quedó tranquila y se retiró del negocio en buena lid. La mayoría, incluso, se despidió estrechando amablemente la mano del asiático.
Abandonamos el negocio. Eran las siete de la noche y nos dirigíamos a mí hogar. Había terminada la jornada cuando en la calle Bolívar, del barrio 29 de marzo, observamos una larga cola en un abasto chino.
“Fíjate, dijo el funcionario. Allí están vendiendo Harina Pan. De un coñazo de negocios en manos de chinos en Puerto La Cruz y Barcelona La Polar distribuye ñingas de Harina pan por cuentagotas a dos chinos en El Puerto y a dos en Barcelona. Por supuesto que tan raquítica oferta nunca va a superar la demanda. Y eso genera rabia en el pueblo. Hasta ahora el pueblo no le ha parado ni le parará a tan diabólica provocación oligárquica, cual es el desabastecimiento programado de alimentos porqué tomó conciencia”.
¡Claro! ¡Más claro no canta un gallo! Espaciar raquíticamente la distribución del producto mediante una escasez programada persigue enloquecer a los consumidores. Pero el pueblo ya no es el pendejo de antes. Sabe que en los depósitos de Polar hay harina para tirar para arriba. Eso me lo dijeron muchos en el negocio de Ramón. Pueblo consciente no se come esa coba. Tendrán que contarle una de vaquero.
El Gobierno nacional maneja el problema con marcado sigilo pues el caso es bastante delicado dado que los propulsores del desabastecimiento de alimentos están jugando al caos, a que el pueblo se moleste y salga a asaltar en la vía a los camiones cargados de Harina Pan. A lo mejor la Revolución importa miles de toneladas de harina y la distribuye a través de la redes de Mercal, Pdval, Bicentenario o mediante operativos de mercado a cielo abierto. Esa pudiera ser una solución. Pero hay que meter por el aro a los hambreadores del pueblo sin dar esos bemoles. Hay que metérselo con vaselina.
Claro los bicharrangos van a arreciar su “escondedera harinérica” en ocasión de las elecciones presidenciales del 14 de abril. ’Pero de nada les valdrá esa marranada porqué el pueblo reventará las urnas con catajarrias de votos para Maduro.
TINTERO
Luto fértil. Bella metáfora del coterráneo y pana Gustavo Pereira. Fue un Sukhoy 35 lanzado a los cielos de los pueblos del mundo en la apertura de la Feria Internacional del libro 2013. Con este parto poético el bardo margariteño significó lo positivo, lo grande y lo útil que es el luto por Chávez. ¡Aleluya Gustavo!
TINTERO II
De Miguel Littín, escritor y director de cine de Chile, presente en la Feria Internacional del Libro 2013, recuerdo su película El Chacal de Nahueltoro. Y su retorno clandestino a Chile con su rostro transformado. Pero tan transformado que ni su mamá, al principio, le reconoció. Por cierto sería bueno que popularizaran El Chacal de Nahueltoro filme de 1969. Basada en hechos reales. La cinta narra la historia de un impactante crimen, hito de las páginas rojas, cuando un campesino, Jorge del Carmen Valenzuela Torres fue apresado por el asesinato múltiple de una mujer campesina y sus cinco hijos, en la localidad de Nahueltoro (San Carlos). Por la brutalidad del crimen cometido fue apodado El Chacal. Galardonada con el premio OCIC Award 1970 en el Festival Internacional de Cine de Berlín..
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