De nuevo Nicolás Maduro Moros, designado por votación popular Presidente Constitucional a partir del 14 de abril último, para el período 2013/2019, le informó al país al día siguiente 15 en el Salón Ayacucho de Miraflores, que “ya tenía lista la Comisión para la lucha contra la corrupción”, noticia esa que nos llenó a millones de venezolanos de la mayor alegría, porque creemos que Nicolás Maduro, quien ha abordado el tema, sin pausa y con el mayor coraje, desde que asumió la Presidencia como Encargado el 8 de marzo último, así como acerca de lo que será, en líneas generales, su lucha frontal contra la corrupción, ha dicho, en clara e inteligible voz (palabras más, palabras menos) que: “…mi gobierno será implacable en la lucha frontal contra ese flagelo, se perseguirá a los corruptos donde quiera que estén, que no se mirará sus nombres, por más relevantes que éstos pudieran ser y se los llevará a la justicia para que paguen por sus inmoralidades.”
Y no es para menos que hagamos evidente nuestra inmensa satisfacción al saber que ya dejaremos a un lado los discursos y la palabrería hueca y reiterada contra la corrupción, para ir de verdad al campo de batalla a derrotarla.
La lucha contra esa asquerosa y condenable conducta tiene que ser de todas las horas del día y para que sea exitosa debemos innovar en sus estrategias, como esa que hemos venido sugiriendo cada vez que escribimos sobre el tema (llevamos en esto más de 40 años), de recurrir a lo que se llama en la jerga policial, tareas de inteligencia, con gente bien preparada y adiestrada y bajo la más estricta coordinación y vigilancia. Hemos sostenido el criterio de que la corrupción se maneja como el tráfico de drogas, dentro de complicidades inimaginables y con el mayor de los sigilos y precauciones, por lo que para descubrirla no queda otra opción que inventar o copiar esquemas policiales bien sofisticados que hayan sido exitosos frente estos tipos de delitos, donde las complicidades de toda condición y calibre nunca faltan, pues son esenciales y sólo con ellas logran cuajar con éxito sus planes quienes asumen los roles de autores intelectuales…
En el tema de los servicios públicos, no exageramos si afirmamos que allí la ineficiencia es generalizada y los ciudadanos no tenemos espacios para formular los reclamos respectivos y eso el equipo de seguimiento de la Secretaría de la Presidencia, pero en su más alta instancia lo puede confirmar, a través de terceros bien adiestrados, llamando a sus propios funcionarios que están para cumplir esa tarea, utilizando sea ya la página web del Despacho o los teléfonos o correos de los altos jerarcas que allí aparecen reseñados para que vean que no encontrarán oído alguno que los escuche, así como tampoco quien les indique a donde debe dirigirse para formular el reclamo que sea. Parece mentira lo que decimos, pero damos fe de ello porque hemos intentando en varias ocasiones utilizar esa fuente y todo ha sido en vano.
Personalmente lo hemos hecho en tres ocasiones y, por supuesto, no haber obtenido una respuesta amable que nos ayudara a resolver el problema que teníamos entre manos, eso nos llenó de la mayor indignación, pero sobre todo nos causó la más honda tristeza, pues no terminábamos de explicarnos, ¿cómo era posible que el Presidente Chávez le asignó la tarea de inspeccionar y controlar las tareas del quehacer público de su gobierno a ese Ministerio de la Presidencia y nos encontramos que allí nadie nos puedo orientar en nada?
Descartamos de plano que sea la titular del cargo la responsable de lo que allí sucede, es la gente que la rodea, quizás no toda, por supuesto, pero si una buen parte de ella, que apuesta al fracaso del gobierno y que, sin duda alguna, está integrada por militantes de la oposición infiltrados que optaron por vestirse de rojos rojitos y que igual sucede en el resto de los estamentos gubernamentales. No hace muchos años el propio Diosdado Cabello dijo que en el Ministerio del Poder Popular para las Obras Públicas, en el cual se desempeñaba como su titular, más del 80% de sus funcionarios eran de la oposición y eso no ha cambiado en lo absoluto, allí todo sigue igual...
Ahora verificar eso no resulta nada difícil. Es voz populi que nuestro Estado, efectivamente, en todas sus instancias, está plagado de sus peores enemigos. Asumen conductas que calificamos de delictuales y sumamente graves y casi nunca sucede nada. Alguien del alto gobierno decía en días recientes por televisión que reclamó un pésimo servicio a un empleado público del área respectiva (no recordamos a qué área se refirió) y esa persona le ripostó: “¡bueno, “siga votado por Chávez…!”. Ahora eso sucede con más frecuencia de la que nos imaginamos. Ocurre en casi todas las dependencias del Estado y para verificarlo basta que se ordene una rigurosa y masiva tarea de inteligencia para que se compruebe de modo fehaciente lo que decimos (allí están disponibles todas las taquillas de atención al público para demandar todo tipo de servicios estatales, así como las páginas digitales de los órganos del estado, así como sus teléfonos de contacto y los correos de sus jerarcas).
Si se nos ocurre reclamar, por ejemplo, una falla eléctrica, un corte intempestivo de teléfono o de agua y no por falta de pago, no menos de una hora debemos estar conectados con los respectivos teléfonos que habilitan las empresas que prestan esos servicios para ello y cuando al fin se nos atiende, nada se nos explica, solo nos dicen, después de otra larga espera, que los técnicos están trabajando y punto; no permiten que se les repregunte porque ya nos han asegurado que nada más saben de lo que puede estar aconteciendo.
Estuvimos en días pasados interesados en obtener cifras actualizadas de la producción de viviendas que nos las solicitaron amigos camaradas de otros países del mundo y nada logramos averiguar, no obstante que utilizamos las páginas de la Gran Misión Vivienda Venezuela, las del propio Ministerio de la Secretaría, del Banavih, del Ministerio de Obras Públicas y del INAVI, así como los teléfonos y correos que en cada una de sus páginas se indican. En el INAVI nos atendió amablemente una dama que dijo ser la secretaria del Presidente, quien luego de escucharnos, nos tomó nuestros datos personales (nombre, teléfonos y el correo electrónico) y nos pidió que le hiciéramos la petición formal al presidente del Instituto, el Arq. Nelson Rodríguez, a través de su correo oficial (Presidenciainavi@inavi.gob.ve ), para enviarnos los datos que le habíamos requerido a ella, lo cual hicimos ese mismo día (15/02/2013) y de inmediato confirmamos que -efectivamente- llegó a destino nuestro mensaje, y esta es hora que no hemos recibido absolutamente ningún tipo de información. Alguien muy vinculado a esa dependencia pública, cuyo no nombre nos lo reservamos para evitar que sea sujeto de represalias, nos ha dicho que esa entidad pública está literalmente tomada por la oposición, así como que es una auténtica cueva de zánganos, donde es común, al parecer, que se suscriban contratos leoninos con terceros y a precios y costos escandalosos. Valdría la pena que el Ministerio de la Secretaría y para el Seguimiento lo visitara e hiciera las indagaciones de rigor para verificar si ello es cierto. Nos agregó esta fuente que se suscriben convenios con empresas de maletín que están inscritas en el Registro Nacional de Contratistas, entidad esta que recomendamos igualmente fiscalizarla de forma rigurosa, pues llama poderosamente la atención que en sus objetivos mercantiles de una buena porción de ellas, está previsto que pueden vender desde una aguja hasta cohetes para viajar al espacio…!!!
No debe haber tregua en ese esfuerzo por combatirla. Es, sin duda alguna, una misión difícil y así lo reconocemos porque hemos trabajado en el área del control del gasto público por más de 30 años (de los cuales casi 23 en la Contraloría General en cargos de Gerencia mayor) y es por eso, precisamente, por lo que estamos convencidos de que se requiere del concurso fundamental y permanente del Jefe del Estado si queremos obtener el éxito que esperamos en una ofensiva total contra los corruptos, así como el acompañamiento leal y honorable de quienes están al frente de los cargos que tienen bajo su responsabilidad el manejo de los bienes y dineros públicos.
No es posible ocultar que solamente el Presidente Maduro nada podrá hacer si su equipo de gobierno no asume el compromiso de acompañarlo en esa lucha feroz que hay que librar para acabar contra la corrupción, la cual le hace un daño irreparable a la República, sobre todo en lo moral y ético. Es un morbo que va de la mano de la ineficiencia y como él mismo Mauro lo dijo el sábado 13 de abril, “La ineficiencia, la corrupción y el burocratismo destruyen a cualquier país, pero sobre todo es el mal que puede ponerle punto final a una revolución y nosotros tenemos que tener conciencia de eso, trabajar con ahínco y sin descanso alguno para evitar lo que sería una inmensa tragedia”.
Y ante esa verdad irrebatible, tenemos todos, sin excepción alguna, prohibido sentarnos y quedarnos inermes ante la posibilidad de que la Patria se nos hunda por efecto de la corrupción. No podemos, bajo ningún respecto, aceptar que algunos sujetos ganados para el delito público nos destruyan este esfuerzo titánico que durante 14 años y de la mano de nuestro Líder Eterno, Hugo Chávez, nos permitió construir una patria libre, soberana, democrática e incluyente como pocas hay en el mundo de hoy…
El tema nos obliga agregar que ya basta con los despidos por tan abominables delitos contra los dineros y bienes públicos, como si no hubiera ocurrido nada grave, y menos, como lo dijo Hugo Chávez, en más de una ocasión, manejar y darle rienda suelta al reciclaje de corruptos, pues él había tomado nota, frente a algunos casos sobre los que pudo enterarse de primera mano, pero que, por demasiado buena gente que siempre lo fue, no quiso extenderse, que sujetos burócratas que habían sido despedidos de instituciones del Estado por corrupción, aparecían, meses después al frente -inclusive- de cargos de mucha mayor importancia. Si mal no nos equivocamos, él hablo sobre este tema la última vez en Miraflores (05/11/2012), cuando ocurrió lo del fracaso de la inauguración de la fábrica de helados Copellia, empresa esa que a las muy pocas semanas de ponerla en funcionamiento debió cerrar por falta de materia prima, lo que el propio Chávez y sin pérdida de tiempo, ordenó que de inmediato se abriera una rigurosa investigación para determinar algo que se mostraba como inaudito, así como que, en el término de la distancia, así lo dispuso, se establecieran las debidas responsabilidades…
Pero ya terminemos con el tema, el cual da para mucho más. No podemos seguir tolerando más y más impunidad en el tema de la corrupción. Los ladrones una vez descubiertos huyen del país y nos quedamos como “pajaritos en grama”. Al parecer pecamos de tontos y en muchos casos, de cómplices, para que esos sujetos abandonen el país y así evitarles el trago amargo de responder ante la justicia por sus estafas y robos y como ejemplos emblemáticos tenemos los casos del ex diputado del chavismo y salta talanquera, Luis Velásquez Alvaray y el del ex magistrado Eladio Aponte Aponte, quienes hoy andan tranquilos disfrutando de ingentes sumas de dinero mal habido, el primero en Costa Rica y el último en Miami, protegido éste último por la CIA.
Nos preguntamos frente a esos dos casos; ¿La justicia nunca los traerá al país para juzgarlos?, es que acaso se archivó, por ejemplo, el expediente de Velásquez Alvaray o es que el gobierno de Costa Rica se niega a extraditarlo? Lo de Aponte lo entendemos mejor, pues reconoció a las autoridades del norte que si incurrió en fechorías, pero inculpó como sus cómplices a varios militares patriotas dignos y por eso ya goza del mayor apoyo del gobierno estadounidense, al punto de que éste le otorgó, más rápido que inmediatamente, el estatus de asilado político.
Esta nota la escribimos antes de que Maduro se juramentara ante la Asamblea Nacional, por lo que su discurso de orden nos abre oportunidades excepcionales para que sigamos trajinado este tema…
oliverr@cantv.net