Sí Presidente Maduro, “tolerar la corrupción sería matar a la Revolución”, ha dicho Ud., una verdad del tamaño del sol, es una verdad “plena como la luna llena” como en el lenguaje siempre poético que solía usar nos lo diría “su padre”, nuestro Comandante Eterno, Hugo Chávez Frías.
Es imprescindible que Ud. y su gobierno comiencen a echarle mano a los corruptos que vienen haciendo de las suyas y que da la impresión de que como ya el Comandante partió ahora pretende hacer una rebatiña con los fondos públicos.
Es sorprendente como la derecha, que no sale de una denuncia y que cuestiona todo lo que hace y deja de hacer el gobierno, mantiene silencio absoluto ante la situación que semanas atrás públicamente denunció la Presidenta del BCV, Edmeé Betancourt ante los medios.
Nos referimos a los 20.000 millones de dólares de CADIVI que fueron otorgados a “empresas de maletín” por funcionarios corruptos, funcionarios con conductas similares a las del funcionario del INDEPABIS que hace pocos días fue capturado, después de extorsionar a comerciantes de una populosa parroquia de la capital.
Dice el profesor W. Acosta, uno de los pocos analistas de nuestro proceso a los que he oído denunciar con vehemencia el desastre en el otorgamiento de dólares en CADIVI en 2012, que además de investigar y enjuiciar a los corruptos habría que hacerlos devolver lo que se “robaron”. Por mi parte, creo que si logramos que se exilien y acusen al gobierno de que los está persiguiendo por razones políticas, sin dejar por fuera a los que deberán saltar la talanquera, el país ganaría algo.
Sin desvalorizar el gran esfuerzo que el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro y el del gabinete que le acompaña viene desplegando por todo el territorio desde el propio 19 de abril, el gobierno de calle debe consolidar el frente anticorrupción en cada una de las regiones donde se lleva a cabo. La eficiencia o nada, debe ser complementada con “anticorrupción o nada”.
A esta altura ya deberíamos tener un “Comando Anticorrupción”, que el Presidente Maduro debe encabezar y dicho comando debe orientarse a detectar casos de corrupción y especialmente a aplicar la ley de manera implacable a quienes promueven y/o practican la corrupción en el seno del Gobierno.
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