En febrero del 2011, escribí (y cayó muy mal) sobre la pretensión del Ejecutivo de construir 40 mil viviendas en Fuerte Tiuna. No aseguro que esa fuera la intención inicial, pero, en todo caso, fue lo que reseñó Ciudad Caracas.
Señalaba en mi escrito que la ciudad no es sólo viviendas, tiene jardines de infancia, escuelas y liceos. Dispensarios, ambulatorios y hospitales. Bibliotecas, cines y teatros. Plazas, parques y canchas deportivas. Áreas productivas, estacionamientos y espacios para el abastecimiento y la disposición de aguas servidas y desechos sólidos.
Dije que era imposible, en el área establecida, contar con el espacio suficiente para ese número de viviendas y el equipamiento y los servicios que enumeré y, ni aún, haciendo edificios de 20 pisos.
Expliqué que las viviendas populares deben estar cerca del suelo para no tener ascensores que, además de costosísimos, se echan a perder a cada rato. Que los edificios deben ser de baja altura, adosados para formar bloques, con patios internos para los juegos de los niños, que faciliten la autogestión de los vecinos en el mantenimiento y manejo del las áreas colectivas.
Y concluí diciendo que sí se hicieran edificios de 12 pisos (que sigo juzgando contraproducente), sólo se pudiera llegar a 17 mil viviendas. Pedía finalmente que no atropelláramos la construcción de viviendas, pues, el buen vivir es permanente y la emergencia pasajera.
Ahora, un reportaje publicado de nuevo por Ciudad Caracas, anuncia que avanza a buen ritmo la construcción de las 13 mil viviendas de Fuerte Tiuna. Allí explican que se trata de un desarrollo de nueve sectores con edificios de 16 y 12 pisos y que, contaran con espacios deportivos y educativos para el desarrollo de los niños y adolescentes…
No me alegro que hayamos coincidido, seguiré lamentando que se construyan altos edificios de viviendas para el pueblo. Dejémosle esto a los ricos que, hasta de ascensores para sus vehículos, pueden disponer.