18 Bs. El kilo de carne

Sábado por la tarde “aterrizo” con mi esposa en el Central Madeirense, de la prolongación de la avenida 5 de julio, sector Nueva Barcelona, de Barcelona. Pocos compradores; aunque observo cierta “gentecita” al frente de las cajas. En los anaqueles hay de todo. El desenvolvimiento de clientes y empleados en el interior del establecimiento es súper normal. Todas las cajas están activadas. Muy distinto cuando llega los productos de la dieta básica con precios regulados, cuando sólo activan la mitad para incidir más en la cola exterior. ¡Claro! Al haber menos cajeras, se demora el pago y la cola exterior al mercado no avanza; por el contrario se agranda e impacta más.
Pero ese no es el rollo que atañe a estos humildes garabatos. De lo que trato de informarles es que al acercarme a los exhibidores de carne de res vi varias postas de carne de res muy bien presentadas con precios a 18 Bs. el kilogramo. En los rótulos observe aparte de los precios y el peso, el tipo de carne: solomo de cuerito, solomo abierta y falda de res. Rápidamente llamé a mi esposa para que aprovechase esa ganga. A mi lado un señor hablaba maravillas de la carne a tiempo que tomaba dos piezas, que es lo que permite el supermercado. Al rato mi compañera se hizo de dos piezas, una de falda de res, y la otra, de solomo de cuerito. Total de kilos, cuatro. Total en bolívares, Bs. 72. Eso en la calle sobrepasa los 200 bolívares.
Rápido regué el contenido de tremenda ganga y acudió mucha gente a proveerse de tan importante rubro alimenticio. Por supuesto que los comentarios fueron a favor del Presidente Maduro: ¡Que buena carne, gracias a Maduro! ¡Así es que se gobierna. Maduro está metiéndole el pecho al problema de la alimentación! Pero. Por supuesto que escuché cosas como estas: “No confío en esa carne”. “Esa carne es importada de Nicaragua y el control de calidad no es confiable”. “El otro día la compré y cuando llegué a casa estaba podrida”. Pero todos se apertrecharon caleta de sus dos piezas. ¡Tremendo caradurismo!
TINTERO
Ernesto Villegas,- antes de Ministro, - es reportero y de los buenos. Serio y ponderado. Su rol de Ministro no ha podido ocultar su vena reporteril. En el primer programa de Tanía Díaz, Dando y Dando, en su nueva etapa, le dio un baño a sus detractores. A los autores de la maledicencia que le señala como que presiona a los medios los instó a que presenten pruebas. Palabras más, palabras menos, expresó: “Estoy consciente que soy un objetivo, como todos los personeros del Gobierno Revolucionario, de los ataques destinados a malear al Presidente Maduro y a la Revolución. Pero eso a mí me resbala”.


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Américo Hernández


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