Donde andará el INDEPABIS será que ya tomó vacaciones o pensara seguir con la misma política de su anterior presidenta. Ese organismo debe reestructurarse de verdad, transformarlo en un poderoso órgano con amplia cobertura. Que hacen sus directores nacionales ante tanto abuso de sobreprecio y de especulación.
Da la impresión que tras su desaparición no descansan las grandes corporaciones las cuales están muy interesadas en eliminar el Indepabis o reducirlo al cascaron vacío sin objetivos ni metas en el cual acaba de dejarlo su anterior administración.
La estrategia estuvo en involucrar al mayor número de funcionarios y directores en las mayores tentaciones de la corrupción, ante lo cual muchísimos cayeron, se les fue irresistible negarse a corromperse una y otra vez.
Para esto los tentaron con viajes, vehículos, dinero en efectivo trasformadas en jugosas comisiones las cuales se hicieron colar fácilmente para derrumbar en un inicio la moral inculcada en un principio por el mismo Eduardo Samán.
La estrategia de los enemigos de la revolución en estos últimos años ha sido infiltrar aquellos organismos que anuncien los mejores proyectos y trabajos, donde hayan estado íntegros personajes que en un momento elevaron con mística, servicio, responsabilidad, decencia, quienes se opusieron a derroches y contratos inescrupulosos.
Por eso la estrategia cumplida ha sido desaparecerlo, disminuirlo. Una cosa dice Samán desde Caracas y otra hacen sus directores en las regiones.
Por eso los precios de los productos en sus mismas marcas y presentaciones varían tan brutalmente de un comercio a otro, inclusive en las mismas ciudades y cuando es entre ciudades distintitas la cosa es mucho peor.
El Listerine que se vende en Farmatodo de Maracaibo en la presentación de un litro vale 54 bolívares, mientras que en Mérida en la Farmacias Saas cuesta 300 bolívares. Es mejor hervir hojas de eucalipto y hacer gárgaras, con eso ya tenemos un antiséptico.
Hemos llegado al colmo de no encontrar aceite PDV en su presentación de un litro. Como es el más económico y el que produce el Estado a través de PDVSA pues no se encuentra. Claros enemigos buscan hundir los logros de la revolución.
Tampoco hay aceite para cocinar, pero si se encuentran todos los aceites de oliva importados donde sea, para eso si hay dólares CADIVI y del Sicad, pero para la producción de las empresas nacionales brillan su ausencia.
Por eso nuestros productos son tan costosos, aquí lo que se mantiene es una altísima especulación la cual no es controlada por organismos fuertes dentro del Estado. Por eso en los concesionarios Toyota cobran comisiones superiores a los 600 mil bolívares por un vehículo cuyo precio es inferior al valor real.