De acuerdo a una resolución publicada en la Gaceta Oficial número 40.211, el ministro de Comercio, Alejandro Fleming, revocó la facultad que desde mediados de junio tenía el presidente del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis), Eduardo Samán, para designar y remover a los directores y al personal de confianza de ese instituto. Se desconoce el efecto que dicha medida pueda tener sobre la capacidad de Indepabis de cumplir con eficiencia sus funciones de garantizar el acceso a los bienes y servicios, para lo cual fue designado por el Presidente de la República.
La disputa, ciertamente, está dada entre: Unos, que no quieren que se ataque la corrupción, pero, no tienen claro, qué hacer con sus amigos corruptos, ni les interesa, realmente la Revolución, cómo marcha; ni tienen capacidad ni autoridad moral para tener un cargo en la Revolución, ni representan a nadie. Lamentablemente, gran parte, de los venezolanos, que han visto este exabrupto cometido, de revocar la facultad que desde mediados de junio tenía el presidente del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis), Eduardo Samán, para designar y remover a los directores y al personal de confianza de ese instituto.
La gran mayoría del pueblo venezolano, elevadamente afectados por la corrupción, ven que sus demandas y legítimos reclamos se posterguen y, sean siempre, los corruptos, los más beneficiados. Otros, que luchan por erradicar la corrupción y, con ello, asegurar la continuidad de una conducción, básicamente, ética de la Revolución bolivariana, como principal virtud. Además, de, ser liderada por un presidente obrero, hijo de Chávez y éticamente intachable – basta decir que hoy están abiertos procesos de investigación contra la corrupción, en instituciones y empresas públicas- pero que, además este tipo de acciones anti corrupción, está tocando intereses particulares.
Tengo la ligera impresión que lo primero que debe aparecer en nuestras conciencias es: “a quién, se les hace el juego con estas decisiones, que perjudican la ética de la Revolución”. No es, a mi modo de ver las cosas, lo subjetivo, lo que debe primar, veamos lo objetivo, lo sustantivo de la Revolución, creo que el optar por desautorizar a Samán, no garantiza la continuidad de una gestión limpia, significa que, entre otras cosas, se irrespeta la voluntad del presidente Nicolás Maduro, que dijo, en su momento, queremos que el Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis), sea conducida por un hombre honesto y, con capacidad para garantizar la comida de los venezolanos y ponerla al alcance de todas y todos. Ciertamente, el optar por el revocarle facultades a Eduardo Samán, tiene relación, también, con el miedo de algunos pomalacas, que hoy están atornillados en el gobierno, y que temen a los cambios necesarios, para que el pueblo venezolano participe, decida y esté mejor informado de lo que se hace.
La Revolución Bolivariana y quienes hacemos vida en ella no podemos poner por delante, la inestabilidad, la incapacidad, la mentira y el desgobierno, que podría ocurrir, con estas tomas de decisiones, que beneficias a los corruptos. Eduardo Samán, y hay que decirlo abiertamente, es, hoy por hoy, la persona, que debe seguir designando y removiendo a los directores y al personal de confianza de ese instituto. En estos catorce (14) años de Revolución Bolivariana, Eduardo Samán, ha demostrado a lo largo de toda su vida estar en contra de todo tipo de corrupción, incluyendo tráfico de influencia.
Acertada decisión tomada por nuestro presidente Nicolás Maduro al nombrar presidente del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis) a Eduardo Samán. Camaradas, pareciera que hay “revolucionarios” que no quieren, que exista la justa distribución y comercialización de alimentos, para todas y todos y que los programas sociales, sean abiertos, transparentes, que se realicen de manera adecuada y sigan beneficiando, a todos, especialmente a los que menos tienen. Estas decisiones Claro Oscuros, tomadas por algunos personeros del gobierno, son improcedente, por qué hay intereses, entre quienes propugnan la corrupción, que no podemos avalar; por mantener el espíritu democrático y de fortalecimiento de las instituciones, camino por el que debemos transitar al tiempo que nos dará la posibilidad de decirles a los corruptos, que no estamos dispuestos a validar acciones incorrectas y poco constructivas para la Revolución Bolivariana.
Solo el pueblo salva el pueblo.
Patria Socialista o Muerte… VENCEREMOS.