Samán, ¿por qué será destituido de su cargo?

Samán, el actual Presidente del Indepabis, es un caso perdido. Parece que no entendió la señal que los poderosos le enviaron, desde el MPP de Comercio, hace poco, poniéndole la camisa de fuerza que le impide remover y/o destituir a funcionarios corruptos en el Instituto que “preside”.
Pero no, él, tan inteligente que parece, sin atender a la señal enviada sigue empeñado en la lucha contra la corrupción y contra las mafias que especulan a través de la comercialización de productos. Uno lo oye narrar, con desparpajo, como desde hace tiempo viene siguiéndole la pista a la empresa privada que especula, especialmente en el campo de los medicamentos, sin dejar por fuera a las clínicas.
Habla como si los poderosos no fueran quienes controlan el aparato productivo y quien importa y distribuye buena parte de los productos que se comercializan en el país. Olvida que su poder no es cuento y que al “peligro mayor” ya el imperio lo sacó del camino. Olvida que el poder popular, también se ha ido difuminando con la partida física del Comandante.
Él quiere seguir empeñado en que los empresarios y los comerciantes tengan “ganancias justas”, olvidando que en el capitalismo, que aún pervive en el país, es la mano visible de los capitalistas quien decide los precios, sin que importe cuántos puedan o no acceder a los productos. Total, los comerciantes y los empresarios no son monjas de la caridad.
Se olvida que, ya antes, él fue echado del Gobierno por “radical”, por extremista, por querer atacar los intereses de grupos poderosos, por empeñarse en defender los intereses del pueblo. Parece que su memoria es frágil y ahora, cuándo ya ni Chávez está, cree que él va a poder hacer lo que ni cuándo Hugo Chávez pudo, que iluso.
Sigue empeñando en lo mismo, haciéndose el loco quizás, tratando de eludir lo ineludible, insistiendo en una vana lucha contra el capitalismo, tratando de acusar al capitalismo y a los capitalistas de pervertidos y de corruptos y corruptores. Como si el capitalismo y los capitalistas no contaran con la más descomunal maquinaria mediática que tiene una hegemonía mundial para fabricar ideas, opiniones, gustos, prejuicios y pareceres de y en la gente. El mejor ejemplo lo conoce Samán con la experiencia que vivió con la Mattel, cuando era funcionario, antes de que esos poderosos lograran sacarlo con el concurso, por supuesto, de sus “fichas en el poder” del gobierno revolucionario.
Amigo Samán, tiene dos opciones: solicítele a Nicolás pleno y absoluto respaldo frente al Indepabis, colocándolo bajo dirección directa de la Presidencia de la República o renuncie a su cargo, antes de que los poderosos lo hagan destituir, hágale ese favor al poder popular, sí realmente cree en él.
 



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Carlos Luna Arvelo


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