(Por una nueva geopolítica del conocimiento)

La verdadera lucha contra la corrupción

La corrupción y su intrínseco “abuso de desviar los recursos de la nación a manos de unos pocos”, representa una nota constante en la problemática de forma y fondo, en la que se estructuran nuestros procesos democráticos.

Ahora bien, en el caso venezolano la corrupción es uno de los males adquiridos desde el propio proceso de conquista y colonización, en la cual el saqueo de nuestros recursos y la estructuración de grupos de poder, profundizaron las asimetrías territoriales que a ritmo acelerado reproducían de manera simultánea la dominación y dependencia económica, situación está, que en la relación hombre-naturaleza imponía los valores mercantiles a la nueva sociedad que a fuerza de antagonismo se forjaba.

En esta perspectiva, los patrones de dependencia que encapsula el sistema capitalista en sus distintas fases, genera las condiciones para que nuestras economías funcionen subordinada a sus leyes, así como se muestra en la Venezuela Agroexportadora (XV-XIX), Venezuela del Petróleo (principios XX-1950) y Venezuela Centralizada (1950-hasta la actualidad), periodización que hace Beatriz Ceballos, al cual hacemos referencia para denotar como en distintos procesos el espacio geográfico venezolano ha estado subordinado a las necesidades del capital extranjero. A esto podemos agregar, que sobre dichas estructuras espaciales en nuestro devenir histórico, hemos tenido distintas formas de gobierno (dictaduras-democracias) siendo la corrupción una problemática que no ha desaparecido con el modelo de ejercer el poder, pues el acto ilícito de apropiarse de los recursos de la nación no conoce de color político, el mismo constituye un problema moral de fondo.

En este sentido, la corrupción problema moral y ético de fondo de vieja data, sólo puede ser combatido con una verdadera revolución educativa y cultural, capaz de trascender los valores de cambio mercantiles a los valores de uso que eleven el espíritu humano, pero esto también implica fortalecer las estructuras que consoliden el sistema de seguridad social y ciudadana.

En síntesis, un problema como la corrupción debe ser atacado de manera estructural y no simplemente como un tema partidista, es por ello, que para avanzar en la formación del hombre nuevo es necesario reconstruir las fibras morales de nuestros ciudadanos, dicha lucha también implica un sistema judicial transparente y eficiente, que no se venda al mismo dinero que roban los corruptos, razón por la cual no estamos lejos de Angostura cuando nuestro Libertador solicitaba la creación del Poder Moral, cumpliéndose esto, cuantos males se hubiesen evitado.









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Alexander Colmenares

Profesor-Instructor-Soldado de las Ideas.

 alexmax001@hotmail.com

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