Corruptos de ayer y de hoy, cómo evitar que la corrupción nos devore

Gobernantes corruptos ha habido y hay todavía muchos en Venezuela, antes en la cuarta república estaban aliados en lo que el pueblo llamaba folklóricamente la “guanábana”.

Los corruptos de ahora, rojos y amarillos, como los caracterizó Maduro de acuerdo a su tonalidad, al igual que los de antes, tienen la capacidad de operar escudándose en las estructuras del Estado que les permiten manejar sus intereses particulares y evadir las acciones de la justicia.

La fuente principal que los alimenta son las riquezas que provienen del petroleo, pero generalmente se alían con sectores privados para desfalcar los fondos del patrimonio público. (recordemos los 20.000 millones de dólares “subsidiados” entregados a empresas de maletín, vía SITME en 2012).

Los corruptos de hoy, como los de ayer, practican la costumbre chocante de exhibir su riqueza malhabida ostentando camionetotas, realizando viajes onerosísimos, regodeándose de lujos y simplemente malgastando una riqueza que no les ha costado producir.

Cuando la justicia, casi por azar, ha logrado ponerles el ojo, en la mayoría de los casos terminan presentándose como mártires y disidentes políticos a quienes el régimen persigue por su posición política, para quebrarlos y silenciarlos; en otros casos se evaden, desdoblándose y metamorfoseándose hasta colocarse en la acera ideológica opuesta al pensamiento revolucionario que originalmente los elevó a la condición de líder y/o dirigente de masas; excepcionalmente, apenas en estos días, vemos “bichos de uña” encarcelados por corruptos y con amenaza de que se les aplique todo el peso de la ley por sus trapacerías y demanes con los fondos públicos (Alcalde de Guanarito, Gobernador de Guárico y más recientemente Alcalde de Valencia.)

Un país como Venezuela, donde la ingente riqueza petrolera que nadie produce sino que apenas unos pocos extraen del subsuelo y que luego debe ser repartida, históricamente ha padecido el mal de la riqueza fácil y del dinero mal habido. Fue famosa la frase de uno de los dirigentes históricos de Acción Democrática (AD), Gonzalo Barrios, quien llegó a decir “en Venezuela la gente roba porque no hay razones para no robar”.

Tiene un reto de marca mayor el Presidente obrero Nicolás Maduro Moros, quien ha invocado la lucha contra la corrupción como uno de los frentes que implementará en su gobierno. Pero este reto debe asumirlo la sociedad toda, a favor de la honestidad, la trasparencia, la honorabilidad, la franqueza en el manejo de los recursos públicos.

El poder popular, que es como se denomina ahora el pueblo organizado, tiene el compromiso de sumarse a la cruzada que el Presidente ha emprendido. Especialmente desde la visión que el Comandante Chávez dejó como referente de hombre público honesto y trasparente que hasta su propia vida dio en nombre de la Patria que tanto amó.


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Carlos Luna Arvelo


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