Los puertos están vacíos, sin contenedores. Quienes allí conozco me lo recalcan a diario: ¡solo están llegando contenedores traídos por el gobierno!
No podemos menos que hacernos la gran pregunta: ¿Qué destino entonces tienen los 900 millones de dólares que el Gobierno Bolivariano asigna semanalmente a las empresas privadas que los solicitan??
Los cheques en dólares salen a nombre de las facturas proforma presentados en la solicitud de divisas, es decir ya no a nombre de la empresa que los solicita. ¿Cuántas de éstasempesas están triangulando la gran estafa? ¿Terminan estos dólares en alimentando el mercado paralelo? ¿Son una nueva válvula de escape de fuga de divisas?
Se hace entonces imperante que de forma obligatoria tengamos la capacidad de exigir a quienes se les asignan divisas su comprobante de importación, que además debe ser supervisado para asegurarnos de que no se pidan dólares sobrefacturados y que las mercancías importadas, si es que llegan, entren al mercado con un valor de costo que no sea el valor del dólar paralelo.
Desangrar a la patria robándose los dólares asignados debe ser un delito que pueda ser comprobado y castigado, sin la impunidad o la trampa de por medio.
Si tuviese la Revolución que eliminar el SITME y abrir la Oficina Nacional de Importaciones para que sea el Estado quien compre y traiga materias primas y productos importados, no nos debe temblar la mano. Demasiadas oportunidades a un empresariado que no hace sino desvalijarnos de nuestra riqueza nacional con cada día más descaro.
Hay que atacar la Guerra Económica con la Guerra Popular de Control Económico, el estado tiene que actuar con eficacia y rapidez, cada empresa beneficiada con los dólares de SICAD deberá ser vigilada permanentemente, de forma de saber muy bien el destino de los dólares que se les asignan.
Seguir regalando dólares a los ladrones no salvará a la patria.
¡Chávez vive y la lucha sigue!