Desde las últimas décadas del siglo pasado, a los venezolanos nos acompañan politiqueros y élites de poder que dentro y fuera de las fronteras nos consideran que los venezolanos somos unos flojos, son especuladores, un litro de gasolina es más barato que un litro de agua, frente a esta atmosfera real se enfrento el Comandante Hugo Chávez, recuerdo esto para los que piensan que la llegada al poder de Hugo Chávez fueron las circunstancias.

Hoy debe de estar en ruedo la primera de las medidas con la Ley Habilitante.

La cultura de la participación hay que alimentarla, hay que empujarla y luego respetar esa participación de todos, palabras de Comandante Supremo, un afanoso sembrador de esa cultura con mil y un métodos.

Las formas de autogobierno fueron satanizadas y vistas con recelos por quienes piensan que esos modelos de organización desplazaran las formas políticas del gobierno llámese Gobernaciones, alcaldías y juntas de vecinos… etc. La respuesta está a la vista, cuál comuna se niega a trabajar con una alcaldía, los subsistemas de autogobierno son subsistemas medulares de decisiones.

La oposición desmerita la organización del autogobierno, su meta es el ataque económico para regresar a Venezuela al abismo de la década de los 90 del siglo pasado.

La cultura de la participación nos permite como pueblo conocer que padecemos, adentrar como hoy muchos ciudadanos lo hace denunciando a los especuladores, apoderándose de herramientas comunicacionales en muchos casos, conformando en brigadas activas haciendo el Autogobierno como columna vertebral de la cotidianidad política.

La ingesta irracional publicitaria que nutre la sociedad de consumo, línea estratégica es una apuesta de la oposición y su desarraigada burguesía que la conforma en su mayoría, sueñan que nuestro pueblo lo arrastre un aluvión, El Ta barato dame dos, compro tres televisores y vendo dos, apuesta que la participación masiva de nuestro pueblo a los diferentes locales multados, permitiendo un caos de consumo que romperá el sentido natural de protección del gobierno revolucionarios para evitar la especulación y que esta misma masa ‘’Jambrienta de consumo’’ estallara en una explosión social en contra del gobierno que los protege.

Para la burguesía son premisas:

Los venezolanos somos especuladores por naturaleza

Los venezolanos no les interesan asumir su papel participativo

Nuestra batalla es en la calle pero no debe ir desnuda a la batalla, es necesaria una cruzada de conciencia incesante dirigida a los venezolanos y no a los militantes de una tolda política.

No podemos librar la batalla de la emancipación con reglas de la lógica capitalista,no tendremos mayor crítico a esta despiadada oposición que nuestro Comandante Supremo su pensamiento y acción. La cultura de la participación no es solo militancia, durante esta guerra económica tengamos en cuenta que la mafia amarilla apuesta a: reforzar las acciones contrarevolucionarias dentro de centros de entes del estado, promoviendo despidos , generando bajar la autoestima a cualquier trabajador, desatar el rumor como alimento de la ingesta consumista.

No se puede atacar una cultura especulativa nutriendo un voraz consumo, comprar electrodomésticos con precios justos no significa que Ud. deba abarrotar su casa de 4 o 5 televisores hacer eso es apostar a lo que quiere la mafia amarilla para el inicio del 2014,

La mafia amarilla comienza ahora la etapa de vender una Venezuela como una sociedad enferma de consumo, por lo tanto no puede sostener la creación del Socialismo del Siglo XXI. El Presidente Nicolás Maduro, la Ley Habilitantes necesitan de una cultura de la participación encarnada por el pueblo, por verdaderos servidores públicos con practicas socialistas, la eficiencia revolucionarias hoy es necesidad ponerla en prácticas para todos, sólo así venceremos la cultura que los Venezolanos somos especuladores, de nosotros depende si estamos afianzando un Cambio de época bajo la lucha y liderazgo de nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez o simplemente es una época de cambios que no se sembró en el pueblo holísticamente y seguirán nuestros gigantes en el atalaya de los tiempos diciendo, aramos en el mar…

¡Venezuela pueblo de libertadores y no de especuladores ¡