Como lo veo lo escribo N° 185

Crítica a los criticones - Para el pueblo - la Defensoría del Pueblo

La crítica constructiva o no, que contenga la solución o no, o que la exponga un revolucionario o no; solo deja dos alternativas: la primera, que el criticado tome en cuenta los caminos que le ofrece el crítico y la segunda, que anule la crítica resolviendo en el menor tiempo posible lo criticado; esto último es lo que sucede a veces, lo primero es casi un milagro que ocurra y lo frecuente es que se corra la arruga, debido a esto las causas de las críticas se mantienen por mucho tiempo.
 
Por ejemplo, en Aporrea algunos escribidores arremeten con descalificaciones, contra otros compatriotas que expresan su sentir sobre la crisis que atraviesa la Patria. Es evidente que la crítica de estos escribidores, se torna personalista y esconde el miedo a perder algo, por lo que les dejo esta máxima: “La razón no puede ser desvirtuada por los sentimientos, sino por otras razones más valederas.” Claro estos escribidores se aprovechan de que muchos se niegan aceptar la crisis; quizás por la desinformación, la ignorancia sobre la economía o las políticas y otros que se quedan callados; tal vez por agradecimiento o por miedo a perder sus privilegios.
Para terminar con estos escribidores, quiero expresar que lo más infantil que puede decir alguien que se considere izquierdista es que  le diga al crítico que quisiera verlo en el cargo para para ver si era capaz de hacerlo mejor que el otro; o que le pregunte que ha hecho por la revolución o el socialismo, a estos críticos de la crítica hay que contestarle con la razón, primero; el que acepta una responsabilidad debe nutrirse con la crítica para obtener mejores resultados en su gestión; y para responder a la segunda les digo, que con solo respetar a tu semejante y superarte para ser útil a la patria, es ya de por si una de las más grandes contribuciones al Socialismo Bolivariano y a la Patria misma como dicen por allí.
Para el Pueblo
Desde ahora comenzaré a dedicarle mis observaciones al pueblo, que para mí, es todo aquel que se interese por el destino de la Patria y que hace todo lo posible por serle útil. Un bolivariano o bolivariana que respete y se respete y trate de obedecer las leyes por más injustas que parezcan, pero que no se rinda en su lucha por tratar de mejorarlas, tratando de concientizar a sus compatriotas en cada oportunidad que se le presente. Al pueblo le pido que exponga donde pueda sus deseos y necesidades, sus inquietudes, sus proyectos y sus sueños pero sobre todo que en cada reunión, asamblea o misión, exija que le rindan cuenta, en palabras entendibles, sobre el avance de la gestión.
Por ejemplo: no hay nada más evidente  que  el abandono, de nuestro aparato productivo, por ineptitud, desidia  e ineficiencia de algunos dirigentes, que no han querido acabar con el modelo rentístico petrolero pero que si han contribuido a destruir la autoestima del venezolano, que abandona su espacio y este es tomado por otras culturas educadas con el capitalismo. ¿Y qué hacemos nosotros? , nos descargamos diciendo: que se están apoderando de los negocios, de las empresas, de las industrias, de las haciendas, pero no hacemos nada por revertir esta situación a la que nos han sometido los vende patria sin conciencia, matando “por ahora” toda posibilidad de desarrollo en las áreas productivas.
 
Mientras tanto, la mayoría de los venezolanos rebosan las instituciones públicas, o se convierten en empleados y obreros en la empresa privadas, es decir, muy pocos  luchan por tomar los espacios de producción por su propia cuenta, algo nada fácil cuando en el alto poder no se cree en el talento, la creatividad, la eficacia y la lealtad del pueblo venezolano. Ni existe plan de preparación de los venezolanos para llevar con éxito cualquier misión. Prefieren buscar afuera; si es nacional, se traen o consultan técnicos, ingenieros y asesores de otros países; si es interno, colocan a funcionarios de otros estados, contraviniendo toda lógica y no escuchando las razones que el pueblo expone. Será que esa es otra línea mental para evitar el avance de la patria; la casualidad de que en ninguno de los dos casos los llamados a solucionar la crisis, conocen las costumbres e idiosincrasia de los involucrados,  esto debería ponernos a reflexionar.
 
Les recomiendo leer el artículo titulado:
 “Economicismo, dogma y “socialismo” entre otros chinos”  
Por: Alejandro Álvarez Osuna, http://www.aporrea.org/actualidad/a192583.html,  
en el que se revelan las causas y los causantes del debacle, dejando abierta una salida, “el legado del hombre acción investigación proyectado en su deber exigiendo derechos, socialismo latino, cumpliendo con el legado cognitivo del maestro Chávez” , y yo le agregaría de Bolívar en su tiempo. 
La Defensoría del Pueblo
Hace años propuse en Aporrea y la extendí a varios correos de compatriotas incluyendo a varios diputados, en mi “Como lo veo lo escribo CIV”, http://www.aporrea.org/contraloria/a24674.html que las autoridades de la defensoría del pueblo, deberían ser elegidas popularmente; y en el CXXVI, http://www.aporrea.org/actualidad/a43576.html, decía que no sabía que le impedía a los voceros revolucionarios detenerse un poco a pensar, que como es posible que un comité elegido por la cúpula del Poder Ciudadano sea quien designe al Defensor del Pueblo, cuando lo lógico es que sea el mismo pueblo quien escoja al que será el encargado de velar por sus derechos ciudadanos. Pero parece que este Poder Moral no existiera para nadie. Es una lástima que los que promulgan y comulgan que todo el poder debe ser del pueblo, no reparen que existe un vacío en este poder constitucional donde no tiene ninguna injerencia a pesar de llevar su apellido.
Elevo una vez mas esa proposición, que puede servir para reavivar la esperanza de una Patria digna y por lo tanto una nueva batalla donde el pueblo debe salir airoso. El Consejo Moral Republicano, integrado por la Contraloría General de la República, la Fiscalía General de la República y la Defensoría del Pueblo; nació acéfalo y por lo tanto no ha podido evitar la desviación, la incapacidad y la ineficiencia de los funcionarios públicos; así que no hay quien le ponga el cascabel al gato, aunque la voz autorizada para llamarle la atención, exigirle que se corrija o renuncie a la hora que pierda el rumbo o no rinda como debe, la tiene el Poder Moral traído del legado de Simón Bolívar, por el Comandante Chávez.
 
Digo que nació acéfalo porque las dos primeras instituciones llevan la terminación “de la República” pero la tercera dice “del Pueblo”, ¿entonces que esperamos para proponer que sus representante sean elegidos desde cada comunidad haciendo valer el dicho “que sólo el pueblo salva al pueblo”?. ¿Cuál es el miedo de apoyar una idea que resolverá: el problema actual de una contraloría social con voz pero sin peso? Una Defensoría que evitará los maltratos que recibe el pueblo de algunos Servidores Públicos, que defenderá el derecho de participación verdadera y mandará a la cárcel a los especuladores y hambreadores, que se la pasan abusando y robando con los precios.

Parte de mi proposición es que en cada comunidad se postule un candidato que reúna las condiciones psíquicas y sociales para convertirse en Defensor de sus vecinos, bien remunerado para que cubra sus necesidades y diligencias y podamos exigirle resultados eficaces o revocarlo. Que a su vez todos esos Defensores de vecinos integren la Defensoría del Pueblo, Institución que ha fallado, si miramos a través de la venda, cuantas violaciones de los derechos fundamentales de la gente han pasado por debajo de la mesa, que no es para sorprenderse porque los que la dirigen en este momento no guardan ningún lazo obligante con el Pueblo al que le deben consideración y respeto.



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Luis Díaz


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