Estado de Derecho vs Estado de Desidia

En tiempos de Revolución bajo la llegada del presidente Hugo Chávez vimos y sentimos su gran euforia política, carisma y profundo sentir humanista al visualizar un escudo protector para el pueblo bolivariano al crear e inventarse diversas fórmulas para el beneficio del desvalido, los pobres. El Comandante Supremo sentía una angustia por ayudar y mejorar las condiciones de vida del venezolano, como muestra de ello palpamos la creación de las misiones sociales y entre ellas la Misión Negra Hipólita para rescatar aquellas personas de la calle denominadas “nómadas”, sin familia, con alguna adicción entre otros problemas.
El comandante Chávez potenció su gran sentido social para incorporarlos a la sociedad, rehabilitándoles, dándoles un hogar, un techo, trabajo y hasta la papa. Hoy veo con preocupación dicha misión luego de la disminución de nuestros ingresos económicos por la baja en los precios del petróleo.

Se ve que ha decaído o no existe en la región capital, encontrándonos gran cantidad de personas que a diario abordan el Sistema Metro de Caracas; también en las camioneticas los llamados “pedigüeños” o “vendedores ambulantes” de lo que menos te imaginas, cada uno con realidades sociales distintas; ante tanta impotencia uno se pregunta ¿será que los burócratas, directores, administradores y hasta los trabajadores de estas misiones sociales no se montan en el Metro u otro transporte para su traslado diario?

Hago un llamado público -como sujetos transformadores de la realidad como nos enseñó Chávez- para que apliquemos con el mayor sentido social una revisión profunda de la política pública en este sentido. Hago extensivo ese llamado al presidente obrero Nicolás Maduro para que se tomen cartas en el asunto e igualmente hago un llamado a los compañeros trabajadores del Viceministerio de la Suprema Felicidad Social para que hagan lo propio.

Les invito fraternalmente a reimpulsar por ejemplo un plan integral de atención en el Sistema Metro de Caracas, en las adyacencias de la Asamblea Nacional, el Bulevar de Sabana Grande, donde por cierto vemos la explotación laboral infantil: niñas y niños de la patria son expuestos por “mafias” a vender flores y dulces, pedir colaboraciones en las ferias de los centros comerciales; ante ello no podemos hacernos la vista gorda, después de todo lo que hemos conquistado para que lo extraordinario se siga haciendo cotidiano.
Como dijo Rubén Martínez Villena: “… que sus hijos no tengan que mendigar de rodillas lo que sus padres conquistaron de pie”.

Revolucionariamente, se despide un joven militante del PSUV.

abrahan19@hotmail.com
@abrahanmoises


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Abrahan Rodríguez


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