El Bachaqueo, para grandes males, grandes remedios

Es indiscutible lo de la guerra económica contra Venezuela, no
reconocerlo nos lleva a pensar que quienes lo niegan lo hacen por
otro interés subalterno. Interés político oculto, tarifado de los
medios que repiten como loro lo que muchos afirman en las redes o son
unos reconocidos ignorantes. Hay una guerra y el gobierno debería
actuar como lo es, con medidas drásticas.

El problema es como resolver esta situación, por cuanto se ha
introducido variables sociales en el circuito económico del país
desde hace unos años para acá. Un fenómeno que solo estaba en la
frontera con Colombia, pero ahora está en todas partes y se denomina
los bachaqueros. El bachaquerismo, lo llamamos así para evaluarlo
como fenómeno social, es una acción mediante el cual individuos que
antes vivían de otras actividades no tan productivas, pero rentables
como el buhonerismo en sus diferentes categorías, en los diversos
mercados semanales de la ciudades, desempleados y sobre todo mujeres
ávidas de una buena ganancia ahora lo hacen a diario recolectando
todas las mercancías de consumo masivo, acaparándolas y revendiéndolas
a precios inflados.

Esta actividad criminal contra el pueblo en
general, influye en toda la estructura de costos del sistema
económico y de forma más alevosa contra el pueblo, los trabajadores y
trabajadoras que no pueden dejar de atender su trabajo para estar a la
caza de productos diarios en los mercados. En concordancia con la
propaganda discreta pero efectiva del valor de cambio del dólar
paralelo trastocan la economía nacional. Los enemigos no dan la cara
pero la articulan desde adentro y afuera contra Venezuela.

La falla fundamental del estado está en la impunidad con la que
estos bachaqueros actúan, por cuanto los órganos de control central,
se han amarrados las manos al colocar demasiados formalismo
burocrático para atacar a los comerciantes, quienes se prestan como
colaboradores a los bachaqueros. Los mismos comerciantes están
haciendo su agosto con la mercancía que debería venderla en un mes y
lo hacen en un día. Allí es donde el gobierno y esas agencias de
control han demostrado su ineficacia e ineficiencia. Y no se diga de
sus agentes policiales y militares que se han sumado a la corrupción
generalizada. Los gobernadores y alcaldes afectos políticamente en
algunos estados lo hacen de forma tímida y muy torpe, cuidando su
estabilidad política en los cargos. Con miedo a que los señalen
como perseguidores y acosadores del pueblo, cuando debe ser una
política en contra de los delincuentes bachaqueros , así estén
inscrito en el partido o sean miembro de ubch. Esto debe ser parado
de forma contundente. Los operativos de abastecimiento que realiza el
gobierno ha resultado un buen paliativo para que no se genere unas
revuelta contra los mismos comerciantes inescrupulosos, pero ellos no
lo entienden así.

En cuanto a los políticos de la derecha en esos mismos cargos, por lo
menos del estado Lara no hacen absolutamente nada por el control de
los precios, aun cuando es su responsabilidad, pero ellos actúan como
oportunistas y los medios regionales nunca les señalan esas
responsabilidades. Todos en contra del gobierno nacional, es su
estrategia.

Dado estas premisas, proponemos medidas que debería tomar el
gobierno nacional para acabar con esta situación.

Primero, declarar una emergencia económica, porque estamos en una
guerra que atenta contra el mismo. Establecer legalmente mediante un
decreto que la acción del bachaqueo es delito y prohibido en todo el
país. Cualquier individuo que lo haga será castigado severamente
aplicando el principio “hasta que el estado se sacie”, es decir
decomiso de toda mercancía y de todos sus recurso monetarios o
cuentas bancarias. Deberá demostrar las procedencias de sus recursos.

Segundo: Crear un cuerpo de seguridad de estado compuestos por agentes
bien formado en conjunto con fiscales y jueces con un fuero especial
en los estados que asuman el combate del bachaqueo y el contrabando.
Su autoridad estará por encima de las autoridades militares y
policiales que lo permiten.

Tercero: cerrar la frontera con Colombia en un primer momento durante
un mes. La medida se evaluara mensualmente. Es la sobrevivencia como
gobierno que está en juego. Esta medida drástica, permitiría que
todos los productos de un mes se quedaran fríos en los depósitos de
quienes lo tiene acaparado y como a su vez la policía y guardias
nacionales PATRIOTAS desplegados (que debe haber), hacerle una
cacería para descubrirlo y decomisarlos sin pago alguno. En un mes se
notara el efecto.

Cuarto: Un llamado fuerte al gobierno colombiano solicitándoles
colocar una oficina de cambio oficial de monedas en la frontera con
Venezuela de forma inmediata para acabar con el ataque a nuestra
moneda venezolana de parte de delincuentes colombianos. El
cumplimiento de este llamado, sería la única forma por la que se
revisaría, la medida de reabrir la frontera desde Venezuela.

Quinto: nacionalizar todas las importaciones de materia primas,
productos terminados o semiterminados necesarias para elaborar
productos venezolanos con el precio del dólar al cambio oficial.
Determinar científicamente los costos y la ganancia de todas las
empresas.

Hay momentos en la historia que permite transformar a presidentes en
estadistas, dejar de estar amenazando con ministros de economía
cuidando la forma y durmiendo la siesta
Lo demás es buscar a dios por los rincones.



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Delfín Amaro


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