La soberanía nacional venezolana es indivisa, no puede ser nacionalizada por terceras personas.
Es un hecho constitucional que la propiedad privada inmobiliaria tiende a reducir la propiedad común de todos los nacionales porque, por ejemplo, son muchos y muy extensos los inmuebles que pertenecen a compañías extranjeras que podrían resultar enemigas de nuestra soberanía.
Esas tierras no podrían servirle al Estado para ser usadas como trincheras defensivas u ofensivas relacionadas con el respeto de nuestra soberanía, sino al país enemigo. Observemos que tales propiedades han sido estratégicamente escogidas por esos países enemigos.
Tales propietarios convierten esos inmuebles en una suerte de enclaves, de bases económicas y de espionaje directo. Por ejemplo, las compañías transnacionales tienen grandes extensiones de tierras y locales que son de su privada propiedad y en consecuencia son una suerte de enclaves extraterritoriales de esos países enemigos. Estas transnacionales trasladan sus ganancias hechas en nuestro país, al suyo de ellas y pagan los mismos impuestos cargables a los nacionales.
Por consiguiente, los apátridas nacidos y criados en Venezuela podrían ser llamados a comprender que mal pueden declararse amigos de potencias enemigas y seguir teniendo propiedades inmuebles en el país ya que esos inmuebles pueden servir de bases militares y de espionaje-caso Hacienda Dactari.
Estamos, pues, ante fallas muy graves de las que adolece nuestra reciente reconquista de soberanía nacional, misma que podría irse perfeccionando.
30/07/2015 07:21:29 p.m.
[1] Creo que Uruguay recientemente empezó a legislar sobre estos temas.,