O arreglamos el país, o nos jodemos

Tenemos un país sumamente golpeado económicamente y se demuestra por la carencia de bienes por la cual la patria sufre desde hace más de dos años.

Venezuela es el país más rico del planeta, en el cual posee yacimientos petroleros que le asegurarían ingresos financieros por un periodo de tiempo más o menos prologado, solo si este recurso es utilizado eficientemente en el desarrollo interno del país. Por otro lado, la patria cuenta con una cantidad de recursos no petroleros en cuantía, la cual pudiesen ser utilizados en crear una serie de microfabricas cuya producción sea masiva y que permita darle al país una riqueza incomparable que le ofrezca a sus habitantes una vida completa y económicamente sustentable.

Dentro de los recursos no petroleros se encuentran La Bauxita, El Hierro, el Coltan, El Oro; que son riquezas incuantificables cuyo uso debería estar destinados exclusivamente a los venezolanos para que en el proceso de transformación se le de ese valor agregado y sea un producto que pudiese ser vendido al precio justo y no regalar la materia prima como actualmente se hace a las potencias extranjeras.

¿Cuál es el verdadero problema de los venezolanos?

El verdadero problema es que de tanto uso y abuso que se le da a la renta petrolera para sostener el país; hoy nos damos cuenta de la fuerte dependencia que tenemos a las potencias que mas criticamos, donde Venezuela compra todo lo que consume con los dólares producto de ese rentismo hacia la explotación indiscriminada del oro negro, y cuando digo esto, me refiero inclusive que hasta compramos la comida y los insumos derivados del petróleo.

Aunque suene contraproducente, este autor adquirió recientemente y después de unas dos horas de cola, un litro de tiner, que al revisar la etiqueta del producto pude observar que era importado de México. Ni siquiera la empresa petrolera produce lo que consume su propio país... Así de mal estamos!!! Es decir, estamos bien jodidos !!!.

Para nadie es un secreto que el comandante Hugo Chávez, haciendo uso del liderazgo que lo caracterizaba, regañaba, insultaba y hacia constante renovación de esos cuadros políticos que gerenciaban las empresas del estado; pero a la llegada del presidente Nicolás Maduro esto se perdió y las empresas que pertenecen al sistema público empezaron a quebrar tomando en cuenta la falta de supervisión. Hoy en día de las pocas que están operativas y que fácilmente se podría contar con los dedos de la mano, están inmersas en una baja productiva generando atraso y carencia más acentuada en la población.

El gobierno debe implementar bajo una política real de estimulo, un reimpulso a todas las empresas del estado e iniciar de esta manera una ola productiva en el país, que permita una absorción domestica que satisfaga los requerimientos del consumo interno. La absorción domestica no es más que el uso de bienes y servicios, que permitiría acabar con la escases y a la vez crear una cantidad considerable de puestos de trabajo que eliminaría paulatinamente todas aquellos modos de subsistencia que el pueblo ha adquirido, producto de la improductividad nacional (mototaxis, bachaqueo, vendedores de golosinas, contrabandistas, ladrones, gestores de diligencias entre otros).

El gobierno del presidente Nicolás Maduro adolece de voluntad política que permita darle continuidad al desarrollo del país, ya que, para nadie es oculto que en el gobierno se han conformado elites pseudo revolucionarias, que manejan al estado, haciendo uso de influencias y con una compra sostenida a punta de billete de todas las conciencias de aquellos que una vez creyeron en el comandante Chávez. Lamentablemente esta situación ha abierto una brecha abismal entre el pueblo y “estos gerentes socialistas del estado”, y se puede comprobar cuando uno observa una caravana de cualquier ministro con una legión de escoltas y sendas camionetas lujosas con los vidrios bien oscuros que no le permiten ver las colas, el desabastecimiento y la delincuencia que por no extender esta lista, ya están acabando moralmente a la patria de Bolívar.

Venezuela debe convertirse en un mediano plazo, en la pequeña China de América Latina, transformando ese caudal de materias primas que poseemos en bienes y/o artículos que la sociedad latinoamericana consuma. El gobierno nacional debe dejar a un lado esa política entreguista de darle a precios tan bajos que cualquier mortal se avergonzaría, toda esa materia prima que le vendemos a las potencias. Somos nosotros los criollos patriotas venezolanos los que debemos transformar esos recursos naturales no renovables en productos para el consumo interno y la exportación. Se deben crear enclaves financieros en zonas remotas del país para fortalecer la economía e iniciar una redistribución social eficiente que permita darle valor agregado a la producción interna y que la nación se desarrolle a pasos gigantes.

Post data: propongo a manera inmediata, y con extrema urgencia realizar mesas de trabajo que permitan, con ayuda de los medios de comunicación social, explicarle al país los enormes errores cometidos por el gobierno en materia económica y a su vez generar las soluciones que le permitan darle un verdadero golpe de timón a la economía nacional y por ende a la sociedad en general.



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Iván Martínez


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