Después del cierre de la frontera, el país ha sentido una leve mejoría, casi imperceptible, sobre todo en la zona fronteriza del Táchira, donde las colas, el desabastecimiento, y la continua infiltración paramilitar han mermado considerablemente. Aun así, debemos de estar claros que la decisión de limitar nuestra frontera con Colombia, no es la solución al gravísimo problema económico que tanto nos agobia.
Diversos intelectuales han sostenido que el contrabando es la causa del desabastecimiento en Venezuela, cosa a lo cual yo me opongo, ya que, desde que tengo uso de razón, la transferencia de bienes en la frontera de manera ilegal ha sido una constante a los largo de la historia. Lo que mantiene al borde del colapso, a nuestra moneda y por ende a la economía venezolana, es el dólar cucuteño.
Este dólar se genera de la siguiente manera:
En CUCUTA, hay aproximadamente 300 casas de cambio, las cuales manejan un comercio de forma malsana. La gran mayoría de los comerciantes de Táchira, llevan inmensas cantidades de bolívares (miles y millones en billetes de alta denominación), a Cúcuta y de allí los cambistas le transfieren a su cuenta el 10% mas todo el dinero cambiado. Esto resulta un tremendo negocio al pasar dinero por una frontera sin control y ganarse una decima parte y donde todos los comerciantes venezolanos y colombianos que viven en Táchira son los protagonistas.
Luego estas casas de cambio, las cuales tienen en su poder inmensas cantidades de dinero venezolano, lo venden a ciudadanos colombianos por pesos (entre estos están los contrabandistas fronterizos), quienes al pasar la frontera, compran todo lo que ven para llevárselo a Colombia. Ahora las casas de cambio poseen muchos pesos colombianos, los cuales se dirigen a las principales ciudades neogranadinas y compran dólares.
Estos dólares, son revendidos en el mercado negro venezolano a 700 bolívares cada uno, por una serie de personas que utilizan transferencias bancarias, y quienes venden hasta 100.000 dólares por transacción. Es una mega mafia envuelta en un círculo vicioso interminable, que tiene a nuestra economía en jaque. Allí participan personas de todos los estratos sociales, cuyas acciones dañan a nuestra moneda EL BOLÍVAR.
Ahora Pregunto yo:
¿Dónde estará el SEBIN, EL CICPC, y las oficinas de seguridad de todos los bancos venezolanos, que deberían observar el porqué personas naturales mueven miles y millones de bolívares en pocos días?
Toda esta problemática se resume sencillamente a la falta de control que el gobierno venezolano tiene de esta situación, tanto en la destrucción de nuestra moneda el Bolívar, como en la transferencia de bienes por la frontera ante la mirada cómplice y el bolsillo abierto los militares que custodian esa zona
Posibles soluciones a este desmadre sin control ni rumbo
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El cierre fronterizo debe prolongarse por lo menos a un año y medio, para que la economía venezolana se normalice en algunos sectores, específicamente los fronterizos.
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Se deben investigar las casas de cambio y empeño venezolanas (en el centro de Caracas, y al lado de la Asamblea Nacional hay una 40 aproximadamente), ya que se divisa el comercio de dólares en la calle sin control.
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Se deben investigar igualmente a las personas naturales las cuales manejan inmensos recursos financieros. Algunos tienen hasta tres cuentas bancarias en diversas instituciones financieras para no levantar sospechas, pero al revisar su declaración en el SENIAT, los fondos que manejan no guardan concordancia con lo que ganan.
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Hay que revisar profundamente las empresas del estado, con una auditoria que permita esclarecer su situación financiera. Estas empresas parecen sacos rotos. Se podría empezar con PDVSA, PEQUIVEN E INDUSTRIAS DIANA; porque la urea, ni el trifosfato, ni el aceite de vehículos ni mucho menos el aceite comestible se consigue en el mercado venezolano.
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Se debe modificar la educación, por un sistema de enseñanza socioproductivo que empiece desde el bachillerato.
Con estas cinco sencillas soluciones podríamos ir acabando poco a poco con el desabastecimiento e inclusive, se puede detener la inflación que lleva tres dígitos (así lo niegue el BCV).
Solo falta voluntad política
MANO DURA NICOLAS, MANO DURA…………………….
¿Hasta cuándo tanto culillo por enfrentar los problemas?