Ya habíamos propuesto cómo comenzar. Pero a pesar de que el más grande sindicato del país, en la voz de su conductor Wills Rangel, del sindicato de trabajadores petroleros del país, había acogido nuestra propuesta y la había anunciado públicamente, el cierre de la frontera -ordenado por el presidente-, ha frustrado temporalmente el mecanismo propuesto, que no buscaba solamente quebrarle el espinazo a ‘dólar today’, sino también a su génesis: el dólar-Cúcuta.
Para aquellos y aquellas que no conozcan la propuesta inicial, invitamos a revisarla en: < http://www.aporrea.org/
Bueno, entonces recomencemos con el tema, puesto que cualquier ingreso en divisas no nos caería mal, y menos ahora, cuando los anuncios de una nueva sobreproducción petrolera mundial, amenaza con echar más hacia abajo todavía, los precios del barril de petróleo.
Y aunque nos encontramos en medio de un nuevo festín electoral, que enfrenta a los “polarizados” y trata, como siempre, de aplastar a las minorías pensantes, que no están en los partidos de la MUD ni en los del POLO, y, por tanto, el país estará mayoritariamente distraído con este nuevo circo de obscenas demostraciones en el uso de los dineros públicos y de demostraciones obscenas en el uso de dineros -sucios- venidos del exterior que acicatean a “políticos” locales afiliados internacionalmente al fascismo agresor, y que -como los perros- “bailan al son de la plata”, emprendamos este nuevo ejercicio:
En primer término, Colombia, cuyo gobierno es abiertamente lacayo del aparataje industrial-militar gringo, NO va a derogar un decreto de “su” Banco de la República, incluido dentro de su normativa para hacer eventualmente lo que ha hecho de nuestra moneda y su valoración internacional. Y no lo va a hacer porque ese gobiernito, traidor a su pueblo, sigue instrucciones directas del decadente imperio estadounidense, y ha sido felicitado múltiples veces por haber erosionado con éxito nuestra economía y haber colaborado con aquellas premisas que pretenden consolidar los norteamericanos, de que todo lo que huela a socialismo no funciona, o ‘no puede funcionar’, etc., cuando en la realidad lo que vienen haciendo históricamente es NO dejándolo funcionar, porque saben lo exitoso que resulta cuando se le deja fluir tranquilamente.
[ Uno de los ejemplos más evidentes es el caso cubano, donde pese al bloqueo -brutal por demás- se han alcanzado índices mundiales récord en lo que resulta más básico y necesario para que una sociedad sobreviva y avance siempre, como son los de la alimentación (nutrición), la salud y la educación. ]
La “guerra económica” contra Venezuela, por ejemplo, NO es nada, pero NADA, comparada con el despiadado bloqueo que se le ha montado a Cuba durante 54 años, y que no tiene visos de acabarse, a pesar de un ablandamiento en las relaciones entre EEUU y Cuba, y de un masivo y permanente rechazo mundial a esa criminal práctica.
Entonces, sin ahondar mucho en que los ataques a nuestra moneda, como el que nos han hecho (que responden a una sugerencia sionista incluida en la normativa del Banco de la República colombiano), se han realizado antes en la Alemania dividida, en Chile y en la propia Cuba, y, por tanto no responden a un ataque “novedoso” o “exclusivo”, dedicado a Venezuela, comencemos a contra-atacar… Primero, para obtener divisas a partir de dos productos que hacemos en el país, y que en gran medida derrochamos a diario, como lo son la gasolina y el gasoil.
Es decir, basándonos en la propuesta inicial, “abramos unas delgadas puertas” en nuestra línea limítrofe, para nuevamente darle utilidad a las estaciones de servicio que ya instalamos a lo largo de nuestra frontera, dentro de la geografía del estado Táchira, como son las llamadas Bombas “SAFEC” (Servicio de Abastecimiento Fronterizo Especial de Combustible), y recomencemos a vender gasolina y gasoil, mientras se instalan las diecinueve (19) nuevas estaciones expendedoras que anunciara Wills Rangel, del sindicato petrolero, y que estarían funcionando antes de terminar el 2015 dentro de las geografías de los estados Zulia y Táchira… (y que ya, por lo visto, no estarán).
Reguemos la voz hacia el Departamento Norte de Santander y hacia el Departamento del Cesar en La Goajira colombiana, en el sentido de que vamos a venderles combustibles a automóviles con placas colombianas. Y comencemos a “ordenar” el tráfico fronterizo de vehículos, inicialmente con vehículos ‘colombianos’ cuyos dueños sean usuarios “normales” de gasolina y, también, potenciales comercializadores de combustibles, o sea, que compran aquí para vender allá.
¿ Cómo comenzamos a “ordenar” el problema ? Pues, sencillamente abrimos un registro computarizado de esos vehículos con placas colombianas que pasarán a comprarnos gasolina y gasoil. En nuestras estaciones SAFEC solamente se les expenderá combustibles a esos vehículos con placas colombianas. Y los conductores de esos vehículos, idealmente, deberán presentar en las oficinas que instale PDVSA en las oficinas de los puentes internacionales, los “papeles” que los acrediten como dueños o choferes autorizados por sus dueños, para poder ingresar en nuestros registros y pasar a nuestro país, casi exclusivamente a comprar gasolina o gasoil.
Eso, en primer término. En segundo lugar, a los conductores que vengan, como estarán ya registrados, se les chequea su entrada y se les otorga un salvoconducto o ‘pase’ para desplazarse por las carreteras que los lleven exclusivamente a las estaciones de combustible, y, al regreso, deberán entregar el salvoconducto, que podrá ser un simple ticket o papel.
En tercer lugar, cada conductor de automóvil deberá mostrar ante las autoridades fronterizas, los dólares suficientes para llenar el tanque de su vehículo y los pesos que cueste una carrera de taxi entre la frontera y la ciudad colombiana más cercana (esto último, por si al regresar intentan cometer algún ilícito en cuanto a contrabando de extracción, o transgresión de nuestra leyes monetarias, y el vehículo pueda resultar retenido).
Creo que en estos inicios pueden establecerse esas cantidades en montos exactos: 25 dólares por automóvil (para adquirir 50 litros y no más), y 50 dólares por camioneta o camión (para adquirir 100 litros y no más). Eso, en cuanto a gasolina, que estaríamos colocándola a 0,50 dólares por litro, ya que a los colombianos esas mismas cantidades les costarían 35,50 dólares y 71 dólares, respectivamente (ya que en Colombia el litro de gasolina se expende a razón de 0.71 dólares el litro). Eso significaría, para aquellos que la compran y la revenden, una ganancia bruta de 21 centavos de dólar por litro.
[ En el caso de la venta de gasoil, deberán hacerse los cálculos correspondientes, en cuanto a precio de venta por litro y cantidad de litros a vender, similares a los de la gasolina. ]
En pequeñas cosas como las descritas, es que afirmamos que pudiéramos comenzar a ‘ordenar’ un negocio (hasta ahora desordenado e improductivo), que muy bien puede hacer el país, con un producto que sí produce, y con un producto que desafortunadamente se derrocha… mientras se reabre “libremente” la frontera y establezcamos cómo se va a encarar realmente “todo” el negocio, cuando ya entre un número mayor de compradores (y de vehículos). Por ejemplo, compradores con automóviles de placas venezolanas que residen en Colombia, pero también en Venezuela, que usan “normalmente” la gasolina en sus automóviles, y otros que la compran para revenderla al otro lado de la línea.
Pero, como digo, comencemos por “algo”. Hagamos “algo”. Comencemos con esos automóviles de placas colombianas. Y avancemos en un registro automotor de “compradores” de gasolina en dólares, con ese primer “lote” de autos ‘colombianos’. Miren que cualquier entrada en divisas le conviene al país, mientras solventamos la situación político-económica internacional, en la que ya no será posible (al menos en los próximos años) contar con el tan anunciado (por Chávez) Banco del Sur, porque los gringos ya dividieron arrechamente a este subcontinente, “pegándose” a Colombia, a Perú, a Chile, a Paraguay y hasta Uruguay, con sus gobiernitos lacayos y traidores a sus pueblos, pero sí podremos contar con el Banco de los BRICS en un futuro más-que-cercano, hacia donde nos encaminamos inteligentemente, para despecho de los gringos y de la derecha internacional y local.
[ Hasta podríamos, si nos atrevemos, crear una nueva paridad entre el bolívar y el dólar, basada en estas negociaciones de compra-venta de estos derivados del petróleo, que pudiéramos llamar (así como llaman al ‘Simadi’), “Dólar-gas”, por ejemplo… ]
Ahora bien, propuestas como la aquí esbozada tiene que hacerse con funcionarios honestos y comprometidos con la patria. Los dólares a recibirse deben llegar a los bancos que se designen para ello. Debe cuidarse también que los dólares no sean ‘evidentemente’ falsos. Porque de lo contrario no estaremos haciendo NADA. Los despachos de combustibles deben hacerse ajustadamente, y, en principio, como se propone: 50 litros por carro y 100 por camioneta, aunque se les venda más de una vez al día, (y cada vez 50 o 100 litros), y a 0,50 dólares por litro.
Y nuestros custodios fronterizos (GNB y Ejército) tampoco deben permitir que esos vehículos colombianos, a los que se les permita pasar a nuestro país, salgan con víveres u otros bienes comprados en Venezuela para ser revendidos en Colombia, porque como decía mi abuela: “nos saldría lo roto por lo descosido”. Deben salir exclusivamente con el combustible adquirido… y ya.
En un próximo artículo traeré a la consideración de los lectores, ideas sobre cómo comenzar a “jugar” contraofensivamente, como lo ha hecho el gobierno de Colombia con nuestra moneda, pero en sentido contrario.
Porque como a pesar de la presión del cierre de la frontera, el gobierno colombiano NO va a rectificar (porque además se arrechan sus amos), y también persiste la “mala” intención, en cuanto a que nuestra moneda continúe devaluándose, con las divisas que recibamos en esta frontera podremos influir en la paridad de la relación peso-bolívar, compitiendo gradualmente, audazmente y de abajo hacia arriba con los fulanos ‘dólar-Cúcuta’ y ‘dólar Today’, reventando el accionar de las casas de cambio colombianas (legales e ilegales) con su absurda paridad peso-bolívar, y, de paso, revaluar nuestro signo monetario, llevándolo a la paridad que nos resulte conveniente.
Lo que, igualmente, a la hora de desdolarizar nuestra economía definitivamente, cuando firmemos los acuerdos ‘swap’ con China, y entremos de lleno a formar parte del BRICS Bank (respaldados por nuestras enormes reservas petroleras), y perfeccionemos entonces esos contratos financieros, inicialmente entre China y Venezuela, pero en un futuro cercano con otros países del grupo Brics, mediante los cuales podamos intercambiar flujos de caja futuros, de acuerdo a lo que establezcamos bilateralmente o multilateralmente, en un escenario de ganar-ganar, en los negocios de intercambio que hagamos, nos convendría hoy (de todas formas) ir mejorando la paridad dólar-bolívar, para avanzar en esa nueva etapa económica que vivirá el planeta, de caída libre para el imperio, pero de avance indiscutible para nosotros (y para la América insumisa), no solamente desde el punto de vista económico sino político también.
Eso, por cierto, también nos aproxima al punto de que se produzca una agresión imperial contra nuestro país, recordando que la invasión a Irak se precipitó cuando su presidente Sadam Hussein anunció que dejaría de vender su petróleo en dólares, para iniciar la des-dolarización de la economía en aquel país árabe. Es por eso que el imperio anda otra vez a la búsqueda de cualquier “chispa”, que puedan presentar por sus televisoras como una guerra civil (aunque ésta no exista o sólo sea un remedo de confrontación que pueda ser magnificado audiovisualmente), y que sirva de excusa para la agresión, y que tiene en la mira más próxima, las elecciones del 6-D (en Venezuela)… pero ya esto sería tema como para otro artículo.
Los electores deben tener muy en cuenta esta amenaza, cada vez más cercana.