Hemos sostenido en multitud de ocasiones, que el discurso anti-corrupción por sí sólo no basta para acabar con las prácticas corruptas que, lamentablemente, se han venido generalizando de una manera asombrosa en nuestros entes públicos, sobre las cuales nos llega bastante información oficiosa y variada y que para nada la hemos recibido como algo extraño, pues ante la ausencia de procedimientos contralores preventivos, los cuales los eliminó el Gobierno de Caldera en 1996, el incremento de la corrupción es la respuesta más inmediata que hemos venido observando desde que se tomó tan absurda medida y más en un país como el nuestro, en donde, como lo dijo alguna vez un político de la 4ta.: “se roba porque no hay razones para no hacerlo”.
Vale señalar que más allá de esa información oficiosa que recibimos sobre corrupción, la propia Fiscal, Dra. Ortega Díaz, a través sus declaraciones a los medios, nos ha dicho que en su despacho hasta mayo de este año, cursaban 5.274 causas y entre los meses de enero a agosto último, han sido privadas de libertad por corrupción 966 personas, 822 han sido acusadas y 568 imputadas, de donde es dable concluir que esa información oficiosa que nos llega es totalmente cierta y qué importante nos resultan estos datos de la Fiscal, pues con ellos se demuestra, de forma irrebatible, que las autoridades del rééégimen chavista, a diferencia del pasado reciente, sí está llevando los corruptos a la cárcel.
Pero es que ante las cifras tan altas de corrupción que la Fiscal revela, se hace obvio que falta más acción estatal para prevenirla y es por ello que hemos retomado el tema a los fines de hacerle un angustioso llamado al Contralor, Dr. Galindo Ballesteros, para que cumpla su promesa de restablecer el control previo que hizo a los pocos meses de juramentarse ante la AN (12/14), para ser precisos el 20 de abril próximo pasado, durante los festejos de los 45 años de la fundación del Instituto de Altos Estudios de Control Fiscal, cuando dijo en el acto inaugural: “después de varios meses de estudio creemos ciegamente que a través de la prevención podemos disminuir y evitar el flagelo de la corrupción” e igualmente agregó, tal y como lo reseñó el Correo del Orinoco del día siguiente, 21/04 (pág. 17), que tenía en su “agenda de trabajo (..) la modificación de la Ley Orgánica de Contraloría, para volver a restablecer el control previo.”
Tal ofrecimiento nos llenó de inmensa alegría y satisfacción y hoy lo recordamos porque ya se hace impostergable su puesta en marcha, pues no es posible que sigamos viendo que la corrupción cada día se potencie más y más, sólo porque no tenemos una política rigurosa de control preventivo que le ponga coto a quienes sin mayores obstáculos y bajo mil argucias, se roban los dineros y bienes públicos.
