Estos son los que conspiran

No ha culminado el fin de año y las utilidades (llamadas “cariñosamente” aguinaldos) ya han desaparecido. El Niño Jesús no llega este año debido a que la Virgen María no consigue leche materna ni pañales, porque entre los bachaqueros, los mercenarios del comercio y la ineficiencia corrupta de los funcionarios que los “vigilan”, se han unido para desaparecerlos de los estantes y revenderlos por Internet a precios incontrolables. El otrora jocoso San Nicolás, que ya ha cambiado su abultado abdomen por una demacrada delgadez (su escarlata traje se le cae)  informa desde su vetusta casa en el Polo Norte, que esta temporada decembrina no podrá repartir los regalos porque empeñó su viejo trineo al verde Grinch ya que los CLAP no llegan y lo mas triste, se ha comido los renos para poder alimentar su familia y solo le quedó la nariz roja de Rodolfo de recuerdo. Por su parte, los ayudantes de Santa sin trabajo, se pusieron a bachaquear los juguetes.

Esta estúpida introducción en la que satíricamente ironizo nuestra situación tiene como tangible realidad, la bruma de angustia y desolación que en este momento abate a la familia venezolana y no precisamente a los oligarcas y enchufados. ¿Será posible que nuestro gobierno, los que detentan el poder político-social, económico y de justicia que el pueblo les confío como mandato del Camarada Chávez, no tienen un mínimo de encogimiento al pedirle al soberano, mas sacrificio de “defensa revolucionaria” cuando esto que estamos padeciendo no es ninguna revolución que defender? ¿Nuestra gente debe seguir resguardando este “proceso” que no se parece al Proceso Socialista Bolivariano Originario, sin tener ánimos y esperanzas para luchar? Coño, da arrechera. Los que conspiran no solo están del lado de la insana cúpula de la oposición, o de los “príncipes enjoyados” de la iglesia católica, o de los empresarios devenidos a mercenarios de las necesidades. No, los que conspiran de manera más insidiosa y patotera, son aquellos a los que les depositamos nuestra fe de un mejor país y la volvieron añicos. Los que más conspiran son estos y están de este lado. A ver:

·        Los que “invierten” en el saco roto de la agricultura y la producción de puertos, manipulando las necesarias divisas que deberían ser utilizadas para levantar la economía patria y que al mejor estilo de la Venezuela saudita, derrochan lo que es escaso. Prefieren gastar afuera que invertir adentro, creando un mayor desangramiento para que unos pocos se enriquezcan y los productos lleguen (si llegan) al pueblo a precios brutales.

·        Los mercaderes del hambre, que con “permiso en las fronteras” para traer comida para el pueblo, trafican y contrabandean estos alimentos a precios de la usura inhumana y al mejor postor. Es el nuevoriquismo camuflajeado de socialismo y que parafraseando al camarada Alí Primera, diríamos que son aquellos que te hablan de sacrificio, revolución y progreso, mientras tú te quedas flaco y ellos aumentan de peso.

·        Los custodios uniformados de nuestras fronteras en Apure, Táchira y Zulia, que dejaron el honor de sus divisas a un lado, para bachaquear de manera impúdica el combustible sin que nadie haga nada al respecto, porque hablar de esto es “dañar una imagen” que ellos mismos han mancillado. Vengan a ver el “impuesto” que cobran de 3.000 a 5.000 bolívares por carro en las interminables colas de las estaciones de servicio, para que el pueblo no bachaquero, pueda proveerse de gasolina.

·        Los que “manejan” las denigrantes formas de distribuir la comida, llámese CLAP (totalmente inoperativo y artificioso), PDVAL, MERCAL o cualquier rimbombante siglas que se van transformando en ocultas mafias de desidia y corrupción. ¿Hasta cuando se crean formas de distribución, que se convierten en repartición para unos pocos? La gente debe tener el sagrado albedrío y  derecho de proveerse a su gusto, sin imposiciones y a precios más que razonables, reales y humanos.

·        La incontrolable inseguridad, donde la vida no vale más que una bolsa de pan. Cuerpos de seguridad infiltrados o funcionarios que “trabajan” para ambos bandos y que al verlos, el pueblo no sabe si vienen a cuidarlos o a lastimarlos. .Aunado a esto, un poder judicial inoperante, donde el delincuente tiene resguardado sus derechos y su rápida salida y las víctimas tienen el derecho de escoger entre callar o morirse.

·        La contraloría descontrolada, donde revisarles las cuentas a los cuentadantes de los organismos del estado no parece ser su prioridad o función y mientras “más grande y meón sea el chivo, mas inmunidad” tiene. Por ladrón no será investigado, a menos que critique gobierno, que es la única forma que caiga en desgracia. Maldita sea la corrupción, los que la ejercen y peor, los que la amparan.

Y así seguiremos enunciado una gran cantidad de conspiradores de la revolución, pero los más visibles y connotados son la desidia, inoperancia, ineficiencia gubernamental y la corrupción. Esta última, es la mayor desestabilizadora del gobierno, porque afecta impune y directamente en todo el accionar de este. Estos son los que conspiran, tienen nombre y apellidos, no son del imaginario popular, son de la realidad vivencial, del día a día y lo peor es que esto es el sustento con que se nutre la cúpula de la oposición. Se juntó el hambre con las ganas de comer.

No podemos seguir viviendo de emociones de la revolución, porque nos han dado un revolcón revolucionario a nuestras emociones. Si estos conspiradores no son entrompados, no se les ataca, no se les encierra ¿Qué sentido tiene pedirle más sacrificio a un pueblo extenuado? Ya el pueblo no da para más, esa es la verdad. Está entre un presente de congoja y un futuro de incertidumbre nada prometedor. Y lamentablemente, la única verdad es que estamos entre la arrechera y la tristeza ¿Cuál escoger?

“La corrupción es contrarrevolucionaria, un corrupto es un enemigo de la Patria, un corrupto traiciona en primer lugar su compromiso con este país”  Nicolás Maduro.



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Carlos Contreras


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