En relación a la solicitud de Maripili...he leído la opinión de varios compañeros que recomiendan incluir ese material a la discusión y el debate. Pues bien, quienes se entusiasman con brío de alguien que es testigo de un grito de Eureka!!!, algo así como si se ha descubierto el agua tibia, o el hilo negro, me dan la impresión de que solo buscan amarrar navajas, para ver que resulta en esta etapa de tirar la piedra y esconder la mano.
La Ex-Ministra de Chávez, pidió al presidente Nicolás Maduro "eliminar el control de cambio y quitarle la gallinita de los huevos de oro a tanto sinvergüenza", y expresó sus argumentos.
No voy a tildar a Maripili de nada, será una valiosa y hermosa camarada, hasta que ella diga lo contrario, bueno valiosa y hermosa seguirá siendo siempre, independientemente de sus posiciones políticas, digo, camarada, Chavista y Bolivariana.
Promover la eliminación del control de cambios, conduce a pensar en todos los otros controles, que igual que aquel son el punto de fuga para la corrupción administrativa y el despilfarro de los recursos públicos. Pero por supuesto, quizá ella se pronuncia hoy desde el segmento de los venezolanos que son usuarios frecuentes del mercado de divisas, quienes adicionalmente a la sumatoria de todos los otros cientos de controles que rigen en el aparato del estado se sienten acoquinados por el irreductible mercado negro de divisas.
Pronunciarnos solo por el desmontaje del control de cambios, como una opción de salida de la crisis y la guerra económica, sin tirarle ni una flor al desmadre que vivimos con los otros controles, como por ejemplo: Aduanas, Peajes, Inspectorías, Ministerios, Gobernaciones Alcaldías, cuerpos policiales etc. Todos, convertidos en punto de control permeados por la corrupción y la viveza de los oportunistas. Aquí mismo, en Anzoátegui, tenemos un ejemplo calientico, el tráfico de cajas del CLAP para uso de parcelas políticas, es decir, funcionarios desviando a su antojo la distribución de las cajas con fines proselitistas, apuntalando sus facciones dentro del PSUV y sus futuras aspiraciones electorales, en desmedro de la unidad y las oportunidades para el movimiento popular.
La corrupción campeando en los controles, sin los cuales, seguramente caeríamos en el caos, en la barbarie, en el sálvese quien pueda, como herencia del estado burgués, sobrevive como viejo trapiche que saca el jugo y deja el gabazo de los otra militantes revolucionarios, y de los aventureros oportunistas que osan asumir el liderazgo de esos puntos de control del estado.
Maripili, el problema no está en quitar el punto de control, pues este es la garantía de la preservación de la república, el problema pareciera estar en resolver el misterio de como desmontar la corrupción, como combatirla, como llegar a transcender a un nuevo nivel de ciudadanos cultos, conscientes, responsables, irreductibles, caldo de cultivo de funcionarios públicos dignos, amparados por el ejercicio de la ley y la autoridad implacable, en sintonía con la voluntad de gobernar para todos, obedeciendo al soberano.
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