El caso de Luisa Ortega Díaz sirve (y muy bien) para comprender el ejercicio de la actividad política en Venezuela y cómo los medios de comunicación juegan con entera libertad al "desarrollo" o involución de una sociedad que cada día se desprende de la ética y la moral. Hay matones y ladrones buenos y malos. Hay corruptos buenos y malos.
Recordemos lo que dijo o sugirió ese "eminente" intelectual venezolano, Tulio Hernández. Recomendó a través de las redes sociales, que alguien podía pegarle un matero a un humando por la cabeza desde un cuarto o quinto piso de un edificio. Alguien lo hizo y Tulio Hernández continúa siendo un "eminente y destacado" sociólogo.
II
Creo que Luisa Ortega Díaz se atoró y este atoramiento poco la ayuda a salir de este espinoso asunto donde se metió. En este atoramiento que padece, se le ocurrió pulsar con su dedo el botón 3 del ventilador.
Sin colocar las manos en el fuego por nadie, lo más o menos claro de todo este atoramiento, es que Luisa Ortega es potencialmente cómplice de probables hecho de corrupción.
Esta complicidad no está demostrada pero fijándonos en lo que ha venido diciendo, no hace falta probarlo. Esto se deduce de lo dicho. En los casos de extorción, le cabe la de ser una presunta jefa de una banda que operaba en el ministerio público con la presunta participación de su esposo. En esto de la extorsión, toda cae en el campo de lo presunto. Hay necesariamente que mostrar o demostrar que Luisa Ortega Díaz forma parte de una banda. Este un trabajo, que deberá acometer prontamente Tarek William Saab, aunque para el mundo mediático que trabaja sin ética; Luisa Ortega Días es una especie de heroína.
En el campo de la complicidad por caso de corrupción, la situación de ser cierta, le asegura la calificación de ser pieza de ese proceso. Ya ella se ha venido delatando como cómplice, cabe ahora determinar si esta situación de cómplice es un recurso que tiró para tratar de salir no muy embarrada de este atoramiento o responde a un hecho real.
En su última aparición por las redes sociales", Luisa Ortega Díaz agregó un nuevo delito a su presunto prontuario. Dijo Luisa Ortega Díaz a través de las redes sociales, que "dispone de pruebas para demostrar vínculos de Maduro con corrupción de Odebrecht"[i] . Esta dicho, lo que dijo y no puede decirnos ahora que la torturaron para decir esto.
¿Qué pudo y puede estar pasando por la cabecita de Luisa Ortega Díaz?
Dejo estas posibles hipótesis.
1) Es altamente probable, que por la cabecita de Ortega Díaz haya pasado la idea de echarle mano al principio de lo que es igual no es trampa. En consecuencia, Luisa Ortega se haya dicho y hecho: Ustedes cogen y yo también cojo en el ministerio. Utilizo la capacidad del ministerio público para eso. En esta posible aplicación del lema: "lo que es igual no es trampa"; Luisa Ortega Díaz pudo actuar con premeditación y alevosía, porque su papel de cómplice lo cubrió guardándose posibles pruebas. Aplicando la técnica de lógica deductiva; la ex camarada Luisa Ortega es (presuntamente) doblemente corrupta. Dejó coger y cogió.
2) Luisa Ortega se jugó la carta anterior, pero viendo que la MUD la adoptaba para cubrir su ausencia de liderazgo y discurso, se puso en otra opción y se diría: Antes de caer como extorsionadora, le hago una suplencia a la MUD por su falta de liderazgo. Lleno temporalmente ese huecometro que tiene la MUD por unos días y me convierto en una lideresa nacional.
3) Esta segunda opción no se le ha agotado. Es tan inmenso el huecometro de la MUD por su falta de liderazgo y el vació ético de los medios de comunicación, que Luisa Ortega tendrá muchos chance de permanecer como líder negativo de la MUD y de los medios por mucho tiempo. En esto, Luisa Ortega también calcula bien. Ustedes me usan y yo los usos.
No sé qué tan honesta es la ex camarada Luisa Ortega Díaz. No la creo con esa condición. Si la MUD la adopta definitivamente ese es su asunto. Yo tengo desde hace rato mi idea y espero, que la izquierda venezolana le dé su tratamiento correcto.
En el supuesto caso que no forme parte de la extorsión, forma parte de una banda de cómplice porque acaba de decirlo: "dispone de pruebas". Es decir, si saca las pruebas, resulta cómplice o si no es capaz de "demostrar los vínculos del gobierno con Odebrecht", nos resulta una soberana mentirosa y en cualquier caso; la morcilla continúa siendo negra.