Ante el ataque desmedido y desproporcional, como es y ha sido hasta ahora la estrategia del enemigo sin rostro que tiene la revolución bolivariana, debemos actuar ya, pero, con inteligencia y aplicando medidas radicales que permitan tomar conciencia.
En septiembre, se avizora el inicio de un año escolar atípico, es un espacio de influencia que utilizan los grupos económicos que manejan la producción, distribución y venta de los útiles y uniformes escolares, para arremeter contra el pueblo venezolano. La excusa es la de siempre, que no hay divisas a tiempo, que no se está produciendo, que se debe pagar empleados, entre otras, al final es echarle la culpa a Maduro o la Constituyente. Esta vez, una libreta de 3.500 pasó a 15.000 o 20.000 bolívares fuertes, resma de papel de 15.000 a 40.000, así sucesivamente. Una falda azul marino de 18.000 a 55.000 bolívares fuertes. Sin meter el calzado que se disparó por las nubes. Estos precios representan, un cuadro nada halagador para la familia venezolana, pega en el bolsillo muy duro.
Ante esta situación despiadada, el Gobierno Nacional o la ANC, deben hacer un decreto donde especifiquen que el uso de uniformes no es obligatorio en las escuelas y liceos. Con tal que vaya vestido el y la estudiante, cumpliendo las normas de aseo e higiene personal, es más que suficiente. Eso induce a tener un mayor resguardo y protección dentro y fuera de la institución, pero, debemos tumbarles el negocio a los que juegan con las necesidades de nuestro pueblo. Aunque sea de manera temporal, pero, debemos actuar como gobierno.
Aunque el Gobierno Nacional viene adelantando algunos programas de atención inmediata para la producción de uniformes escolares con algunas cooperativas, colectivos, microempresas, empresas de producción social, organización de mujeres productivas, ente otras, esto no da abasto para cubrir todo el territorio nacional. Por lo que debe surgir una medida más drástica y contundente a razón de protección del bolsillo de nuestro pueblo.
Creo que la ANC, debe utilizar su poder para hacer un decreto ley de carácter temporal y aplicabilidad progresiva en este orden, incluso reducir la lista de útiles escolares o su adquisición de manera progresiva en los tres lapsos del año. Algo debe hacerse, para eso fue que el pueblo votó; "Detener la guerra ya".
A su vez, las instituciones de educación deben activar los Consejos Educativos para que controlar y vigilar que esta medida se cumpla y se acate, incluso, estableciendo algunas normativa que incluyan la práctica del reciclaje y recuperación de útiles escolares, intercambio solidario entre padres y representantes y otras alternativas que conduzcan a complementar este decreto y sobretodo a generar conciencia. Sin menoscabo de garantizar el derecho al estudio de todos y todas.
Algo que critiqué toda mi vida de estudiante, fue el uso de prendas de vestir específicas para poder estudiar, insignias y demás. Es algo absurdo, pues, sostuve que la persona es la que estudia y no su ropa o uniformidad. Posición que me costó expulsiones, pero, igual estudie.
En mi época de estudiante, fui a la escuela hasta con alpargatas, debido a que no tenía recursos suficientes para comprar zapatos. Siempre use un cuaderno Caribe o Libreta, un lápiz Mongol y la Cartilla; los libros siempre los consulté en la biblioteca. Toda mi vida cuestioné que el derecho al estudio era algo humano y nadie podía negarme la entrada a la escuela. En todo el proceso de formación, así lo demostré, dado que mi rendimiento académico siempre fue excelente (reconocido como buen estudiante), aunque, eso tendía bajar a causa de mi conducta rebelde. Luego fui a la universidad, previo pleito por el cupo, así como con la inutilidad de los uniformes en bachillerato, demostré nuevamente que los fulanos exámenes de admisión y la denominada prueba actitud académica (patrocinadas por el CNU-OPSU), eran mecanismos inútiles, excluyentes, reducidos a simples actos discriminatorios; vaínas que se inventaron los Adecos y Copeyanos, para garantizar su modelo de vida. En conclusión, estudie, me gradué y postgradué, usando el menor recurso posible, sólo el sacrificio, dedicación y definición de lo que quería, hizo posible lo que ahora soy para mi país: un patriota.
Aunque esto no justifica, que en tiempos de revolución, no tengamos uniformidad y las condiciones optimas para estudiar, debemos transformar algunos procesos, hábitos y hasta costumbres que aún se mantienen. Y, dada la arremetida que tenemos de los sectores que manejan este rubro de los útiles y uniformes escolares, y el poco margen de maniobra que tenemos, debemos radicalizar la afrenta y el lanzamiento de una medida como esta "Por ahora" no al uso de uniformes en escuelas y liceos; les daría en la madre a todo ese comercio.
En relación a los útiles escolares, el trabajo docente debe ser con lo mínimo necesario, sin restar la calidad; activar los Consejos Educativos (resolución 058) en su rol contralor de estas medidas. A la par, reactivar los y las Supervisores itinerantes (decreto 1011), para que se usen los libros de la colección bicentenario correctamente. Éstos no pueden estar durmiendo en los estantes y depósitos de las escuelas, a la espera de su utilización. Y así sucesivamente, con el resto de los procesos educativos en todo el año escolar.
El Proyecto Canaímita debe reorientarse y garantizar que cada niño cuente con este instrumento. La Unidad de Soporte Técnico debe hacer una batida por todo el país a fin de actualizar estos equipos y montar los enlaces por cada institución escolar para que estén en mantenimiento permanente. Hay que hacer un plan en coordinación con los organismos de seguridad del estado para ubicar los equipos que han sido robados y perdidos; hay formas como hacerlo. La ANC, debe legislar sobre la materia e imponer una pena considerable para proteger la sustracción de estas herramientas y su uso en áreas que no son las correctas. Así protegemos la política pública y bienes nacionales.
Al mismo tiempo que el MPPE, va organizando los equipos multidisciplinarios para reorientar, actualizar y usar los contenidos del software educativo de esas Canaímitas. Todos los y las maestros deben ser formados y entrenados progresivamente en estas herramientas y en el uso del texto de la colección bicentenaria. Relanzar los proyectos de la reutilización del papel, cartón y nuevas formas de apoyo al conocimiento en todos los niveles y modalidades, es y debe ser una constante. Son medidas para concientizar y actuar, será como la forma de darnos cuenta de nuestros pensamientos, actos y responder de la manera más adecuada a esta realidad que arropa al colectivo: guerra económica contra Venezuela.