Sin muchos fondos, escribiremos someramente sobre la empresa petrolera Giusti, Ramírez, Del Pino y Martínez y sugerencia para la nueva etapa Quevedo.

En su artículo "Las serpientes se anidan en PDVSA-Occidente" de la Socióloga Andrea Soto Carmagno (30/07/2005), manifestaba que:

"Desde Luis Giusti, comerciante del petróleo, el gran jeque de la misión privatizadora de la industria petrolera venezolana, hasta los objetivos continuistas de la gran feria neoliberal de Guaicaipuro Lameda, a la cabeza del gigante petrolero del estado, quien desde su despacho, este nefasto demonio corrupto, mantenía una posición de competencia con el Presidente Chávez, demostrando que él era superior, pero resultó ser un conspirador en pañales, sin base económica y sin soporte político".

No es de sorprendernos que nuestra industria siga aun en manos de una logia golpista y privatizadora, o al menos, para ser más directo, existe un control externo que designa las directrices desde un comando estratégico apoyado internamente que envía toda la información secreta a los bunkers de las transnacionales y operadoras intervencionistas del gobierno norteamericano en alianza con los grandes carteles petrolero que dominan la geopolítica petrolera.

Desde el momento en que nuestro presidente Hugo Chávez asume a la máxima magistratura en 1999, luego de su juramentación ante el extinto Congreso Nacional lo anima el deseo de cambiar físicamente las estructuras de la nación, rompiendo con el esquema neoliberal que impulsaron Carlos Andrés Pérez (CAP) y Rafael Caldera (RC).

Chávez, como militar bolivariano y estudioso de la historia de Venezuela, desde la cárcel de Yare venía desarrollando con todos los integrantes del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200), un plan soberano para la nación, considerando que el rescate del Estado en manos de la elite hacía necesario implementar bajo el ejercicio de la soberanía popular, entregarle el destino al pueblo mediante un proceso de transformación, sobre todo en materia económica sustentada en el artículo 51 de la Constitución del 61 donde señala como primer deber de todos los venezolanos está en "…honrar y defender la patria y (…) resguardar y proteger los interés de la Nación".

Desde su base de poder, a partir de 1999, comienza a llevar a cabo todos sus sueños bolivarianos y revolucionarios, implementar una política sustentada en el marco de la plena soberanía económica sin condicionamientos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.

Las nuevas medidas llevadas a cabo, comenzando con el plan Nueva Soberanía Petrolera, considerando los secretos bien ocultos de nuestra industria manejada por una elite meritocrática, echan por tierra con el apoyo del gobierno de CAP la supuesta Nacionalización de nuestra industria (1975), con la creación de PDVSA y 17 años más tarde 1992, arranca un nuevo periodo de reajuste transnacional entregando nuestras riquezas al capital privado con la realización de las denominadas Rondas de Negociaciones de Campos Marginales considerando el pretexto de fortalecer nuestra economía.

Desde ese entonces, 1996 un ejercicio de modalidad financiera a favor del capital transnacional se efectúa el denominado Convenio de Asociación para la Exploración a Riesgos de Áreas Nuevas donde participaron 75 empresas que comenzaron a desangrar nuestra soberanía económica. A partir de ese entonces arranca el plan privatizador Giusti, proponiendo la necesidad de vender a PDVSA y solventar la denominada crisis fiscal que estaba cuajado desde el denominado "viernes negro" y por la caída de los ingresos provenientes de las exportaciones petroleras. Tremenda embuste del lord Giusti ya que los aportes al fisco eran exageradamente pobres con relación a la ganancias reales de venta de petróleo. Es decir, había una evasión fiscal sin control del gobierno.

En este retorno de las empresas concesionarias mediante la Apertura Petrolera en el gobierno de RC (1994-1999) que según el mismo presidente Caldera consideró que este hecho económico constituía una pequeña rendija para que se les abra las oportunidades a las transnacionales con todos sus "recursos" y "poderes" para convertirla en una puerta abierta al capital privado muy "cónsono con los tiempos de globalización que impide elegir nuestro camino propio" (Gastón Parra Luzardo).

Sin duda alguna, estos hechos abrieron las posibilidades de la participación del capital privado en las actividades de exploración, producción, refinación y mercado de crudos. Toda esta acción entreguista nos indicaba que poseíamos un ausente compromiso con nuestra nación, un Estado inexistente y complaciente y una falta de compromiso político para con nuestra soberanía porque solo el compromiso era con el capital transnacional y el resto era para la elite "criolla" mayamera.

Una vez comprometido el presidente Chávez con su palabra, con su pueblo y con los ideales bolivarianos pone en marcha un Plan de Rescate de nuestra dignidad: Refundar la Patria mediante el ejercicio de los planes de cambios impulsados al comienzo de su mandato que chocaron con los intereses de los grandes poderes económicos. Fueron tres los talantes de su política que más incomodó al capital privado: la política exterior y la política de defensa y de esta manera las 49 leyes promulgadas por la denominada Ley habilitante, la Ley de Tierra, la ley de Pesca y la ley de Hidrocarburos, siendo esta ultima el detonante que se activó desde la Casa Blanca en Washington.

Con esta disposición desde Miraflores, Chávez demuestra un Plan que fue perturbando al capital privado y a sus representantes meritoraticos, a las elites "criollas", a la iglesia, a los partidos políticos AD-Copei, y a un cuerpo traidor de la FAN. Con esto comienza a desbaratarse la estructura hegemónica del sistema político de Venezuela 1958-1999.

Con todo esto y para ilustrar un poco este articulo quiero citar un párrafo escrito por el colega Juan Pablo Mitré, docente y conferencista guatemalteco, publicado en Aporrea el 24-11-2008 titulado "Venezuela en medio de triunfos y fracasos"

"Venezuela es un país petrolero, nada más, con unas grandes reservas apetecidas por las grandes corporaciones para el sustento del capitalismo en crisis, con una industria estratégica como lo es PDVSA que está en manos de una minoría oligárquica que sustituyó a aquella oligarquía petrolera diseñada por Luis Giusti, pues cuidado con estos nuevos actores que no han sabido combinar la inquietud del presidente para con el pueblo organizado. Tanto PDVSA, como la gobernación del estado Zulia pudieran muy bien ser el eje principal para el nuevo poder capitalista o el eje motor para impulsar el fracaso del proyecto revolucionario. Ojo pelao presidente con PDVSA y los nuevos actores en la gobernación, ellos serán el circuito más expedito para acabar con este importante proceso. Es por ello que un cambio a nivel político, hay tiempo, desde el PSUV y un cambio profundo desde PDVSA, estarán asegurando la permanencia revolucionaria."

Justamente nueve años tardó esta advertencia para que fuese considerado este Plan de quiebra de nuestra Estatal, comenzando a figurar la industria como un ente en desorden, aislada de contexto que funcionaba como caja chica de la "oligarquía petrolera" heredera de Giusti, Lameda y Juan Fernández. Por esto aprovecho de nuevo citando al mismo Mitre en otro artículo aparecido en Aporrea el día 27-08-2016: "Las tres PDVSA: En transición, actual y la peor"

"No existe una tabla organizativa que busque reivindicar la fortaleza laboral que por muchos años, desde 1936, hicieron que los reclamos laborales, fuesen respetados por parte de los verdaderos dirigentes laborales. No hay dirigencia política clasista que se defina en su humildad con los cambios experimentados en la época. PDVSA cuenta hoy en día con una dirigencia burócrata, golpeadora de los intereses de los trabajadores y en tal sentido, muchos de sus trabajadores honestos han manifestado, en uno de esos viajes que realice a la Costa Oriental del Lago de Maracaibo, que tal es el caos que no hay respeto a la dignidad revolucionaria profesada por el presidente Chávez, prevalece el robo diario de materiales, sin control y cuando se practica el control, el operador de perdidas es amenazado de muerte. El mal trato a los obreros de los muelles, el ausentismo laboral producto de una mala política de la alta gerencia, es el largo y continuo trajinar del día."

Este párrafo refleja el nuevo escenario que se venía preparando para justificar el quiebre de los valores de la industria. Los directivos manejaban la filosofía "dejar hacer" para contribuir al hecho de que "PDVSA no sirve" o "PDVSA esta quebrada"

La mayor reserva del mundo representado por la Estatal PDVSA, con una autentica infraestructura cónsono con el nivel que lo representa económicamente en el planeta pero con una tecnología que todavía está bajo el poder de la Apertura Petrolera, con una filosofía corporativa al servicio del mercado, con unos cuadros gerenciales que "hasta hoy" (?) continuaron integrados por el personal de confianza de antiguas transnacionales.

Esta situación nos fue demostrando que aún no se había dado un verdadero cambio en el control petrolero y menos en las claves de comercialización y en el control de los contratos. El exceso de autonomía financiera por parte de la "empresa Ramírez" permitió que PDVSA no lograra mantener su estabilidad dentro del mercado y de controlar los excesos de las transnacionales en materia de tecnología y los canales internacionales de comercialización internacional.

En materia de reestructuración, en este momento, en esta etapa de destape de la "cañería" hay que modificar varios aspectos, o al menos hacer una fuerte investigación. En primer lugar, revisar bien el denominado Plan Estratégico Socialista (PES) y el denominado y el burocrático Golpe de Timón, ambos fueron debatidos bajo el control de las gerencias corruptas y donde la participación de la clase obrera fue muy pobre, por lo tanto, la necesidad de reflexionar desde "0" contribuiría a darle al país la mejor satisfacción bolivariana y revolucionaria.