Gigantesco robo empresarial contra ciudadanía venezolana

-Ningún producto, bien, ni servicio se ha salvado de la guerra maligna desatada por el imperio contra los hijos de Simón Bolívar.

Solo basta comparar los 18 mil Bs. que es el costo de un cartón de huevos en las ferias soberanas con los precios bachaqueados que se observan en todas las calles y vericuetos no solo de Caraca sino del resto de las ciudades del país, según se aprecia de una visita por los lados de la parroquia Candelaria y Catia y las denuncias que hacen e provincia.

Pero si el robo está en los precios de algunos productos como es el caso de la cebolla, que una bandada de malandros cartelizados del comercio la está expendiendo a Bs. 90 mil, también lo apreciamos en los productos destinados a lavar los platos de las casas, cuyo galón supera los Bs. 80 mil, tan caros como un pan de jamón que se consigue entre Bs. 80 y 160 mil bolívares y ni hablar del jamón, cuyo kilo supera los 100 mil Bs.

Pero el cerebro, digamos el quid del asunto, está en que la mayoría de todo lo que están vendiendo hoy día los supermercados, abastos, licorerías así como mercados (presuntamente Libres), y las tiendas, son bienes adquiridos desde hace meses y años atrás, de modo que esos precios que hoy presentan para que sean adquiridos, no son de ese tiempo atrás, sino de hace 10 o 15 días, lo que evidencia mucho más el robo.

La única forma de que el malandraje que especula diga que no es cierto, es que, antes que nada, presente los números, las estadísticas de sus ventas durante el mes pasado y las compare con las ventas de los primeros 15 días del mes en curso, lo que a su vez permitirá conocer el carácter que ha tenido la reposición de bienes o productos para su venta –factura en mano comprobable- y lo que es seguro, es que ninguno de ellos podrá comprobar que el volumen de sus ventas siempre es alto y que debido a ello necesita adquirir nuevas mercancías y reponer sus productos cada semana de acuerdo a como se lo venden los mayoristas.

El asunto cierto es que, hasta los vendedores de ramas medicinales andan robando a la mayoría de pendejos que se inclinan por adquirir sus beneficios huyéndoles al pastillaje que venden los laboratorios transnacionales, según expertos, una mafia que hasta financia a las instituciones de salud del mundo vinculadas de una forma u otra a la Organización Mundial de la Salud OMS. Solo basta echar una mirada a las farmacias y nos enteramos de otra de las tropelías de la guerra –junto a la del dólar tu dei- que adelanta el imperialismo estadounidense contra Venezuela.

La cuestión estriba en que no hay maneras como el comercio especulador –ya generalizado- argumente que no está robando a la ciudadanía y si muchos de los comerciantes no desean ser tildados de delincuentes, pues que saquen sus facturas y demuestren que no roban, asunto que nadie hace y se limitan a decir que si al cliente no le parece, pues que no compre.

El malandraje de los comerciantes está tan de anteojito, que están tan involucrados por re o por fa, pues si el distribuidor, que por lo general trabaja con el fabricante o productor- cada vez que le vende le incrementa el precio- entonces se convierte en cómplice del productor y/o detallista; así de facilito eso se ve, en estos momentos, en el precio que viene exhibiendo hoy día la mayonesa, que cuesta Bs.64 mil.

Y continua siendo peor el caso de la gran mayoría de los productos provenientes de nuestro campo- la lista es larga-, como son los casos de el pollo (algunos dicen que el kilo a Bs. 28 es una falacia, pues venden cada pollo en 100 mil o más bolívares); la chuleta ahumada cuesta más de Bs. 100 mil; la leche, cuya jarra que no llega a los 2 litros cuesta Bs. 40 mil; 45 mil Bs. El Kg de zanahoria; más de Bs. 20 mil el Kg. de parchita; Bs. 14 mil la piña y cualquier variedad de productos, que parecieran haber llegado al mercado después de haber salido de la aduana del puerto de La Guaira y pagado sus aranceles respectivos.

Toda una gran mentira gigantesca se expande sobre las ciudades como si se tratara de una nube y en efecto, es una nube gris conspirativa, especulativa, que no encuentra a su paso quien la detenga y por ello crece día a día, presuntamente aplaudida por los vagabundos que manejan el dólar tu dei y del que los malandros nacionales se valen para robar ante la sonrisa del imperio.



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Pedro Estacio


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