Con la Ley de los CLAP llegó la hora de meter presos a quienes especulan

Creo que la mayoría de los venezolanos, después de la aprobación de la Ley de los CLAP por la Asamblea Nacional Constituyente, no querrían escuchar las majaderas palabras de una dama quien al ser consultada sobre el precio del azúcar, solo dijo que azúcar solo se consigue con los bachaqueros, ya que la mayoría ciudadana se encuentra hasta la coronilla con los bachaqueros y sus jefes que controlan muchos sitios en la capital venezolana, especialmente en Catia.

Bueno, la cuestión es que los CLAP –de acuerdo a la Ley- tendrán como valores y principios la "participación protagónica, corresponsabilidad, solidaridad, justicia, igualdad social, preeminencia de los derechos humanos, seguridad y soberanía alimentaria, primacía de los intereses colectivos, transparencia, contraloría social".

Por otro lado, los CLAP tendrán, entre otras funciones, las funciones en materia de producción, abastecimiento y distribución, al igual que el asunto del financiamiento para adquirir los productos a precios justos, para luego ser entregadas a las personas más vulnerables del país.

En todo caso, una de sus otras funciones está vinculada con la actuación fiscal frente al saqueo de los bolsillos ciudadanos que viene haciendo la amplia tipología de mercachifle que forman parte del comercio, porque el hecho de que alguien sea el capitalista de un comercio, su calidad de mercachifle no la pierde, porque este lo que persigue es buscar siempre un provecho, un beneficio de su actuación.

Y mientras el comercio actúa mercachiflemente, las ciudadanas y ciudadanos lo que piden es que los especuladores sean sometidos, encerrados y gigantescamente multados y es aquí donde el Fiscal de los CLAP, acompañado de la Sundee, la GNB, la Policía y el Seniat se encarguen de los delincuentes.

Ya es tiempo de que vayan a las cárceles quienes vienen robando a la población, ya que emplean para sus diarios robos una herramienta política que nada tiene que ver con la economía venezolana ni sus disposiciones legales. Es tiempo, reiteramos, que los piratas, esos bandidos, vayan a las cárceles y esa es la prima tarea de los funcionarios de los CLAP, quienes tampoco descuidarán las otras tareas que tiene por delante como son la producción y la distribución de los importantes bienes que requieren los venezolanos.

Mientras tanto, una mayoría de venezolanos sigue pendiente de la creación de las tiendas de los CLAP e todo el país y que ocurra como la tienda generada en La Azulita, estado Mérida.



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Pedro Estacio


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